Ya esta aquí el capítulo 51 del manga de Dragon Ball Super. La historia del "Prisionero de la Patrulla Galactica" continúa en este episodio que no presentó peleas épicas, pero si mostró como nuestros héroes mueven sus piezas de cara a un próximo enfrentamiento contra Moro, incluyendo la posibilidad de que el Ultra Instinto este de vuelta.
Como es natural, Goku no dejará que los planes de Moro, el consumidor de planetas, se lleven a cabo. Estando en la sede se la Patrulla Galáctica, el saiyajin se dirige a Merus y decide poner a prueba su poder, ya que noto que "no ha peleado en serio". Por ello, ambos deciden combatir en una sala de entrenamiento de la institución y es en este encuentro donde Gokú se da cuenta del enorme poder que el soldado de élite tiene dentro de él
Gokú usa el Super Saiyajin 3 y luego, sube a SSJ God para seguir luchando contra el habilidoso soldado, pero en ese momento Jacco les pide que se detengan, pues la habitación de entrenamiento está a punto de derrumbarse por el enorme poder desplegado por ambos combatientes.
Y aunque la pelea no tiene un ganador definido, Gokú quedó satisfecho porque encontró lo que buscaba. Resulta que de acuerdo a las palabras del protagonista, Meerus “conoce un mundo que él desconoce” y debido a esto, decide entrenar a su lado para poder perfeccionar una técnica que “hace que su cuerpo se mueva por su cuenta”. ¿Sabemos de qué habla, verdad? ¡ El Ultra Instinto!
El plan de Gokú es entrenar con Meerus para perfeccionar el Ultra Instinto y enfrentar a Moro, pues cree que esta técnica funcionará aunque el villano sea capaz de drenar su energía. Recordemos que las transformaciones habituales no sirvieron, así que es turno de que este nuevo nivel de poder entre en acción.