Hay Pinocho para rato. Hemos disfrutado de varias adaptaciones de este clásico de Disney y el 2022 es un tanto particular porque la industria cinematográfica invirtió en tres producciones, incluyendo la versión de Guillermo del Toro disponible en Netflix. No es para menos, porque el muñeco viviente fue la primera cinta animada en ganar un Premio de la Academia allá por la década de 1940.
Todo éxito siempre trae cola, por lo que hay muchas adaptaciones que merecen ser evaluadas. En esta oportunidad, veremos cuál es la mejor y la peor en este año.
Arranquemos con la peor de todas: el remake de live-action de Pinocho, estrenada en 2022 y disponible en Disney Plus. Esta película comete el error de no tener alma, porque es una adaptación casi cuadro por cuadro de la cinta original. Es cierto que agregó un par de cosas como hacer que Stromboli sea arrestado por sus crímines y el Monstro sea cualquier otra criatura menos una ballena, pero nada útil para el desarrollo de la trama.
El pecado original de este Pinocho es saltar la evolución del personaje: nunca vimos que aprenda el bien del mal, sino que apareció siendo un buen niño desde el principio. Siempre hubo alguien más que obligaba a Pinocho a hacer cosas malas y esa inocencia arruina el sentido original de la historia.
Pinocchio: A True Story es la primera cinta de 2022 y sí que tiene un ángulo único respecto a lo que vimos en Disney. La cinta fue producida en Rusia y se siente barata y recicla perezosamente las imágenes de la obra original. La historia no se salva, porque es completamente absurda, ya que los argumentos a menudo surgen de la nada y los hilos de la trama se resuelven de manera anticlimática.
Aunque Pinocchio: A True Story no es una buena película, su falta de calidad hace que tenga cierto encanto respecto a la versión live-action. Si te animas a verla, recuerda que no merece ser tomada en serio y tan solo disfruta de los momentos.
Por último, Pinocho de Guillermo del Toro es, de lejos, el contundente ganador. Esta versión es la más oscura del resto de adaptaciones, con el drama de Gepetto por perder a su hijo por culpa de la guerra y la tensión familiar causada por el facismo italiano de Mussolini. La animación stop-motion hace que el ambiente se sienta sucio, triste y nostálgico pero, aún así, Pinocho brilla en sus escenas.
El Pinocho de Guillermo del Toro no es una película para niños, algo que Disney trata de hacer con todas sus producciones, sino una obra dedicada a la historia familiar. El cierre no es el más alegre, pero esa tristeza es lo que acentúa el mensaje de la película. Sin duda, es una película hecha con corazón y una propuesta original para lo que hemos visto hasta la fecha en Disney.
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