Marcelo Daniel Gallardo, emblema de River Plate y mejor técnico de su historia. (Foto: Reuters)
Marcelo Daniel Gallardo, emblema de River Plate y mejor técnico de su historia. (Foto: Reuters)

, historia dentro de la propia historia. Desde su llegada a como DT en junio del 2014, el ‘Muñeco’ le ha dado un sinfín de alegrías a una institución que, tras ganar seis torneos locales y una Libertadores en su etapa como jugador, ya le guardaba un cariño inmenso. En el documental de “River, el más grande siempre”, el estratega, junto a otros grandes protagonistas 'Millonarios’ como Enzo Francescoli y Ariel Ortega, entre otros,, repasan partidos, anécdotas y títulos del riquísimo pasado y presente del club argentino. Sin obviar, claro, los momentos complicados, que también existieron.

Para la felicidad del hincha de River, los últimos cinco años bajo el mando de ‘Napoleón’ han sido más que exitosos. Así como Gallardo acumula trofeos (ganó 10 de las 14 finales que disputó, por ejemplo), también regala emociones, las mismas que, a mí parecer, se evidencian fácilmente en los siguientes cinco partidos de su ciclo en Núñez. ¿Concuerdas?

River Plate vs. Atlético Nacional (Vuelta - Final Copa Sudamericana 2014)

Desde aquel 26 de junio del 2011, fecha en que River cayó por un global de 2-0 ante Belgrano de Córdoba y descendió por primera vez en su gloriosa historia, los de Núñez ya eran ampliamente conscientes que el camino de regreso a lo más alto del continente iba a ser largo, sufrido y sumamente trabajoso. Y es que, seguro, no tenían en mente que un hombre llamado Marcelo Gallardo -a quien ya conocían como jugador- iba a llegar para convertir la tristeza en felicidad (y títulos, muchos títulos).

Pezzella, anotando el segundo de la noche. Franco Armani, ahora arquero 'Millonario', lo sufría. (La Página Millonaria/Fernando Sánchez)
Pezzella, anotando el segundo de la noche. Franco Armani, ahora arquero 'Millonario', lo sufría. (La Página Millonaria/Fernando Sánchez)

El primero, la Copa Sudamericana del 2014, torneo que significó el final de una sequía de 17 años sin títulos internacionales (desde la Recopa 1997). River venía de eliminar al eterno rival, Boca, en las ‘semis’ y no levantar el trofeo ante Atlético Nacional, según el propio Gallardo, hubiera sido “una picardía”. Por los goles de Gabriel Mercado y Germán Pezzella, dos inamovibles de la línea defensiva de un ‘Muñeco’ que había asumido solo seis meses antes, y las asistencias del mejor ’10’ del continente, Leonardo Pisculichi, la picardía no se dio y River, tras tanto sufrimiento, volvió a la gloria.

Cruzeiro vs. River Plate (Vuelta - Cuartos de Final Copa Libertadores 2015)

En la vuelta de los cuartos de final de la Copa 2015, River tenía un reto enorme por delante. Algo que jamás había logrado, pero que, si existía un momento para hacerlo, era ahí, en Belo Horizonte. El 1-0 sufrido en el Monumental en la ida tenía solo un remedio: vencer a domicilio a Cruzeiro y eliminarlo por primera vez en la historia. Claro, las finales perdidas de 1976 (Libertadores) y 1991 (Supercopa) merecían cierta venganza.

Julio, 1976. Santiago, Chile. River Plate caía por 3-2 ante Cruzeiro en el partido de desempate (final) de la Libertadores. (Twitter/Antonio Ubilla)
Julio, 1976. Santiago, Chile. River Plate caía por 3-2 ante Cruzeiro en el partido de desempate (final) de la Libertadores. (Twitter/Antonio Ubilla)

Y, qué mejor que hacerlo con una goleada. El ‘Millonario’ lució su mejor juego de la temporada 2015 en el Mineirao, con una actuación sublime del siempre polémico Teófilo Gutiérrez, quien aportó con un gol (golazo) de los tres que hizo el conjunto dirigido por el ‘Muñeco’ Gallardo. Al fin y al cabo, los tantos de ese día no solo sirvieron para clasificar y eliminar por primera vez a la pesadilla llamada Cruzeiro (luego lo repitió en la edición 2019), también ayudaron a que River vuelva a levantar la Libertadores luego de 19 largos años.

River Plate vs. Tigres (Vuelta - Final Copa Libertadores 2015)

Luego de tumbarse a Guaraní, Cruzeiro y a Boca en las semifinales, el destino decidió volver a juntar a River Plate y a Tigres UANL, ya rivales en fase de grupos, en la gran final de la Copa Libertadores 2015. Curiosamente, el cuadro originario de Monterrey, México, era el mismo que, con un agónico triunfo en Chiclayo ante Juan Aurich (5-4) en la última jornada de grupos, le permitió al ‘Millonario’ seguir con vida en el torneo. Qué simpática coincidencia, ¿no?

Simpática, también, fue aquella noche lluviosa del 5 de agosto para el hincha de River, donde los de la banda roja golearon a un equipo ‘felino’ lleno de figuras y levantaron el título de campeón de América por tercera vez en su historia (1986, 1996 y 2015). Nada fue casualidad: el ‘Muñeco’ -suspendido- se la jugó por el experimentado Fernando Cavenaghi y al joven Lucas Alario para compartir la delantera en su habitual 4-2-2-2, y acertó por completo. El ‘Pipa’, justamente, junto a Carlos Sánchez y Ramiro Funes Mori, desataron la emoción en el Monumental.

Gallardo empezaba a hacer historia como DT de River. En esa Copa, su equipo solo cayó en dos oportunidades (San José de Oruro y Gremio). (Difusión)
Gallardo empezaba a hacer historia como DT de River. En esa Copa, su equipo solo cayó en dos oportunidades (San José de Oruro y Gremio). (Difusión)

River Plate vs. Jorge Wilstermann (Vuelta - Cuartos de Final Copa Libertadores 2017)

Lo denominó el “desafío más grande” de su carrera, y no le faltaba razón. Luego de caer por 3-0 en la ida de los cuartos de final de la Libertadores 2017, River tenía la obligación de revertir la serie, en casa, ante el sorprendente Jorge Wilstermann boliviano (que venía de eliminar a Atlético Mineiro en octavos y dejar afuera a Atlético Tucumán y Peñarol en fase de grupos). Los de Gallardo necesitaban cuatro goles para clasificar, y terminaron haciendo 8. Una máquina.

Bajo una lluvia torrencial, River logró lo impensado: metió el doble de goles de los que necesitaba y clasificó a las 'semis' de la Copa. (Difusión)
Bajo una lluvia torrencial, River logró lo impensado: metió el doble de goles de los que necesitaba y clasificó a las 'semis' de la Copa. (Difusión)

La pobre actuación del ‘aviador’, entonces dirigido por el peruano Roberto Mosquera, bien pudo ser a causa de “pánico escénico” (basta con ver las imágenes de lo que fue el ambiente del Monumental aquella noche para sentirlo), pero, por respeto a sus futbolistas, al ‘profe’ y también a River, sería más adecuado atribuirle los méritos a Gallardo, quien innovó con una inédita formación 3-3-3-1. Scocco, con cinco goles, fue la gran figura de una jornada inolvidable.

River Plate vs. Boca Juniors (Final Copa Libertadores 2018)

“El partido del siglo”, “el superclásico más importante de la historia”, la lista de pomposos titulares -aunque ciertos, muy ciertos- podía seguir por toda una vida. River y Boca, Boca y River, los dos clubes más grandes de Argentina, se medían cara a cara en la final más épica que el fútbol nos haya regalado. Por lo que jugaban ambos equipos, por la historia de cada club, por el orgullo de sus fervientes hinchas, por la tensión producto de la violencia, por los flashes, cámaras y ojos puestos sobre el duelo en el Santiago Bernabéu. Los ingredientes estaban todos puestos sobre la mesa.

En su llegada al Monumental de Núñez, el bus que llevaba a los jugadores de Boca fue recibido con piedras y gas lacrimógeno. (Marca)
En su llegada al Monumental de Núñez, el bus que llevaba a los jugadores de Boca fue recibido con piedras y gas lacrimógeno. (Marca)

Gallardo, líder inobjetable del ciclo más exitoso en la historia de River, firmó ese sábado 24 de noviembre del 2018 la mejor receta posible. A pesar de salir tambaleante y muy inseguro en el primer tiempo, el equipo de 'Napoleón’ levantó tras el gol de Dario Benedetto y, gracias al ingreso de Juan Fernando Quintero y el gol del ‘Oso’ Lucas Pratto, igualó el marcador. Y, en el tiempo extra, los 9 hombres de Boca (expulsado Barrios y lesionado Gago), fueron bien aprovechados por el propio ‘Juanfer’ y también por Gonzalo Martínez, quien corrió el largo de la cancha sin oposición en el último minuto para empujarla y despertar el júbilo a miles de kilómetros de Buenos Aires.