Robin van Persie fue protagonista en la 'Naranja Mecánica' durante el Mundial Brasil 2014.
Robin van Persie fue protagonista en la 'Naranja Mecánica' durante el Mundial Brasil 2014.

Por: José Bragayrac

Atónitos, Sergio Ramos y Gerard Piqué componen una de las imágenes más icónicas de los últimos mundiales. Como actores secundarios, de fondo, adornan lo que podría ser el lienzo perfecto de un artista del gol: levitando, con su cuerpo extremadamente liviano como si acabara de lanzarse de un avión en paracaídas. Y ¡pum!, un golaaaaazo.

Casi seis años después sigue habiendo magia en esos segundos. Como el primer beso, construye una satisfacción inmediata y eriza los vellos con solo recordarlo.

Pase quirúrgico de Daley Blind desde la banda izquierda, algunos metros después de la línea media del campo, y la pelota viaja muy suave para terminar posando en la frente del chico prodigio de Rotérdam.

En ese tránsito, Piqué acompaña con la mirada, Ramos ya perdió la marca del tulipán y a lo lejos, Jordi Alba solo contempla.

Y es ahí que sucede el acto máximo del encanto. El ‘9’ parte del movimiento teórico de una ‘palomita’ para adaptar su humanidad a la trayectoria matemática del balón. Y en el aire, arquea la cabeza hacia arriba para pegarle preciso a la redonda en una especie de caricia sublime que desorienta por completo a Iker Casillas con una parábola perfecta. ¡¡¡¡¡goooool!!!!!

Si los goles fueran manuales de vida, el de Van Persie a España ese viernes 13 de junio del 2014 sería un manual para aprender a volar.

Al entonces delantero del Manchester United ya lo tenía entre mis engreídos desde su explosión en el Arsenal de Wenger. Una zurda prodigiosa y una derecha letal lo hacían autor de colosales definiciones, en especial por aquel 2011/2012.

Siempre dinámico y sobre todo estético para doblegar a los porteros, su habilidad también me seducía por la exagerada celebración de sus goles. Festejaba cada tanto suyo como el último, como el más importante.

Esa tarde, ante el vigente campeón del mundo, Holanda terminó haciendo cinco goles para una jornada histórica. El de Van Persie resultó ser el 1-1 porque un cuarto de hora antes Xabi Alonso había abierto la cuenta de penal.

Aquel cuadro de Van Gaal caería en semifinales ante Argentina, por penales. Y le diría adiós al Mundial haciéndose del tercer lugar con un 3-0 sobre Brasil. Sí, a ese Brasil que días antes la Alemania de Joachim Low sepultó en el ridículo con una catana de 7-1.

Hubo, seguramente, figuras más grandes en la historia del fútbol. Pero pocos como ese gol de Van Persie, digno de un compendio de historia del arte.

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