Deportivo Llacuabamba es un equipo apoyado por una comunidad minera y que sueña con llegar a la Liga 1. En la no existe el peso de la camiseta. Es más, el favorito no siempre campeona. Muchas veces este torneo nos regala equipos que son sorpresas y sueñan con darle fútbol profesional a los lugares más alejados del país. El último de ellos es el sorprendente Deportivo Llacuabamba de La Libertad.

¿DÓNDE QUEDA LLACUABAMBA? Primero, dejemos claro dónde queda Llacuabamba pues seguro nunca has escuchado de este pueblo. Bien, se trata de una comunidad minera que está ubicada en el distrito de Parcoy, provincia de Pataz, departamento de La Libertad. Llegar hasta Llacuabamba puede ser toda una odisea. Ello pues si vas en camioneta desde Trujillo demorarás cerca de 15 horas y si decides hacerlo en bus te tomará aproximadamente 18. Sí, así de lejos está. Y la ruta incluye varios tramos de trocha. Aunque la lejanía no ha sido una traba para el equipo que dirige Roberto Tristán. Ellos supieron adaptarse a esto y avanzaron desde la etapa distrital. Es más, clasificaron a la Nacional como subcampeones de La Libertad.

EL ORO, SU GRAN RECURSO: La economía de este pueblo la mueve uno de los minerales más preciados. De hecho, la comunidad de Llacuabamba paga la campaña de su equipo a tal punto que hace pocos días Hernán Saavedra, su presidente, aseguró que si ‘el precio del oro no baja pueden jugar hasta la Copa Libertadores’. Y su deseo es enfrentar en la comunidad de Llacuabamba a los equipos más pintados del país. Por ello, tienen un proyecto que busca darle al estadio Municipal la capacidad de 8 mil espectadores. “Yo les digo que no nos miren como pobrecitos, porque tenemos para mucho y podemos competir con la U o Alianza”, aseguró Saavedra.

EL EQUIPO: Lo cierto es que hoy están a solo noventa minutos de jugar en la Liga 1. Si este domingo le ganan o empatan a Carlos Stein harán realidad su objetivo: la diferencia de goles los beneficia en caso de un empate. Para hacerlo realidad, Deportivo Llacuabamba no tiene muchas figuras pero sí jugadores guerreros. Entre ellos destacan Segundo Acevedo (ex Aurich y Mannucci), Felix Uculmana (ex Sport Huancayo), Héctor Cruz Cheng (ex Cristall) y Jorge Esparza (ex Universitario). Una mención aparte merece Javier Trauco, primo del seleccionado nacional Miguel Trauco, quien también llegó a la Finalísima en 2017 y 2018 con José Carlos Mariátegui (San Martín) y Santos FC (Nasca), respectivamente.

Veremos si este cuadro minero logra llegar a Primera y jugar con los más pintados en Llacuabamba, un pueblo cuyo nombre comienza a sonar en nuestro fútbol.

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