Maryory Sánchez se coronó campeona de la categoría femenina de CONMEBOL Evolución de Arqueros, evento que se realizó en Paraguay.
Maryory Sánchez se coronó campeona de la categoría femenina de CONMEBOL Evolución de Arqueros, evento que se realizó en Paraguay.

La hoja de vida de no es casualidad: se puso los guantes para defender a la ‘U’, a la Academia Sport JC de Ecuador y a en la última Copa Libertadores Femenina, donde las blanquiazules hicieron una campaña histórica (llegaron a cuartos de final). ¿Y qué creen? La rompió. Destacó a tal nivel que se quedó en Asunción para representar a la en dos amistosos y luego en el torneo Evolución de Arqueros que organizó la Conmebol: ocupó el primer lugar.

Maryory se lució. Superó a seis rivales del continente y dejó en claro que es la ‘1′: “Me llamaron y me dijeron si me podía quedar unos días más para este torneo. Sin embargo, no me explicaron nada, de hecho, en un inicio me habían dicho que era como un curso, un seminario al que iba a tener que asistir”.

¿Te esperabas este premio?

Es la segunda edición de este torneo de la Conmebol, pero la primera a la que asisto. Sí sabía que existía, pero no me imaginaba que la experiencia era tan bonita, sobre todo porque solo hay arqueros. La verdad, no.

¿Cuándo te diste la sorpresa?

Me quedé en la Villa Olímpica de Paraguay y todo fue realmente lindo. Pude conocer a arqueras de toda la región, algo que nunca antes había podido hacer. Estaba súper feliz. Luego ya empezó la competencia y de hecho el primer partido lo pierdo 5-1 contra Chile. Luego, contra Argentina empecé perdiendo y los otros dos de fase de grupos también los gané, fueron contra Ecuador y Bolivia, aunque este último lo sufrí. No tanto al momento de tapar, sino al hacer los goles. En semifinales superé a Uruguay y en la final, nuevamente, me crucé con Chile.

¿Meter goles?

Lo más difícil, porque estoy acostumbrada a estar en el arco. Es verdad que aquí en Perú he tenido campeonatos parecidos, pero es diferente. Son parte del desafío de arqueros que se hace al finalizar la temporada entre todos. Pero más que nada por afición.

¿Por qué crees que fuiste la elegida para representar a Perú?

Creo que porque estaba en Paraguay y justo venía de competir en la Libertadores, estaba en competencia, a diferencia de otras arqueras que ya tenían más de dos meses de para porque el torneo local terminó en agosto. Eso sí, no fui la única. Diego Enrique fue el representante de los hombres y quedó cuarto.

¿Cómo te han recibido?

Con mi familia tengo la costumbre de que si logro algo, es decir, gano un partido o algún torneo y estoy en el extranjero, hacemos videollamada. Sin embargo, en Paraguay justo no había internet en ese momento. Cuando me llegué a conectar vi que había un montón de llamadas perdidas, se las devolví y estaban como locos, contentos. Y ahora, que llegué a Lima, mis primos me hicieron una pequeña bienvenida.

Empezaste el año jugando en la ‘U’ y terminaste en Alianza Lima…

Al inicio me llamaron para jugar la Libertadores con Universitario, donde finalmente no sumé ni un minuto, pero igual estuve con el equipo. La idea era seguir allí todo el año, pero me salió la propuesta de Ecuador. Regreso, ya la Liga Femenina había culminado y solo me quedaba trabajar por mi cuenta hasta que apareciera algo. Así me estuve preparando en un centro de alto rendimiento hasta que me llamaron de Alianza Lima. Siempre esperé esa convocatoria, sobre todo porque iban a enfrentar a mi ex equipo, Deportivo Cali.

Pero no estuviste desde el inicio…

No, me llaman porque se lesionó una arquera (Fiorella Valverde). Eso fue un día antes del viaje. El grupo me recibió de la mejor manera, y en la Libertadores fue todo de locos. Hicimos historia, logramos lo que ningún club peruano había logrado antes. De hecho, el último partido, ante Corinthians fue alucinante porque todos pensaban que nos iban a aplastar y no fue así.

¿Les afectó el gol rápido?

Sí, fue como un baldazo de agua fría, porque se dio a los 30 segundos y todas nos quedamos mirando con cara de ‘qué pasó’. Luego logramos empatarlo, y el resto ya fue historia. De todos modos, tuvimos muchas opciones de gol que lamentablemente no logramos concretar. Igual, creo que hicimos un partido redondo contra el campeón.

Ahorita estás de vacaciones, pero ¿sigues entrenando?

Sí. A veces, los mismos chicos del centro donde entreno me dicen que estoy loca, porque voy aún haya llegado el día anterior de viaje. Pero es porque quiero estar preparada para cuando haya alguna oferta. Todo diciembre seguiré preparándome, será como mi pretemporada.

¿Volverá al Perú?

Su primera experiencia en el extranjero llegó con la pandemia. Maryory estaba en su casa cuando de pronto sonó el celular, era Pedro Pablo Loguercio, su representante. “Alista tus maletas, nos vamos a Colombia”, le dijo por el auricular. La arquera no lo podría creer, su sueño más grande se estaba cumpliendo: representar al Perú en el extranjero con uno de los equipos más grandes del continente en el fútbol femenino, Deportivo Cali.

¿Cómo fue tu paso por Deportivo Cali?

Fue la primera experiencia fuera y dura en verdad, porque llegué junto con la pandemia y estuve encerrada cinco meses con desconocidos. Estaba con la dueña de la casa, dos perros y nada más. No podía salir, entrenaba solo por Zoom. Fue realmente duro. Luego, llegó el campeonato y por toda la paralización fue muy corto. Sin embargo, aquí estamos, fue una experiencia muy productiva, tanto a nivel personal como profesional. Además, era mi sueño, siempre quise ir a jugar a Colombia.

¿Y en la Academia Sport JC de Ecuador?

Ahí ya todo fue más tranquilo, ya podía salir y hasta viajar. Era un equipo que recién había ascendido a Primera pero que tenía ganas de invertir y de hacer las cosas bien. En lo individual, me fue muy bien. Me pude cruzar con grandes como Independiente del Valle. Esa es mi idea, estar afuera, así sea un club pequeño, porque solo así me podrán seguir viendo.

¿Cómo has encontrado el fútbol peruano?

Yo he tenido la oportunidad de jugar en Colombia y Ecuador y allá por ejemplo el torneo no es tan largo. Dura máximo tres meses, pero eso sí, el nivel es altísimo. Lo único malo, en Ecuador, por ejemplo, es que el torneo es muy centralizado, no hay así no más equipos de provincia. Creo que acá la transmisión del torneo le ha dado un impulso tremendo, hasta sentía envidia sana, me hubiera gustado ser parte del mismo.

¿Te quedas el próximo año?

Yo quiero darle lo mejor a mi país y para ello necesito estar en la más alta competencia. Quiero estar en el extranjero, en el nivel más alto.

¿Estás como jugadora libre?

Ahorita, mis papeles los tiene Alianza. Tengo la alternativa de quedarme pero mi prioridad es volver a salir. Mis actuaciones afuera también harán que se les pueda abrir las puertas a mis demás compañeras.

¿A qué liga apuntas?

A mí me gustaría ir a Europa, a España más que todo. Creo que tienen una liga altísima y muy bien organizada. También sueño con la de México, pero en realidad aceptaré lo que venga.

¿Objetivos con selección?

Ir a la Copa América a conseguir el cupo para el Mundial Femenino.

¿Eres la primera deportista peruana en trabajar con Puma?

Sí, estoy muy contenta y emocionada por ello. Cuando me explicaron en qué consistía el proyecto (‘She Moves Us’) me ilusioné mucho, porque iba con mi personalidad y con lo que quiero demostrar. Yo soy alguien que trata de inspirar, de mostrarle a todas las personas que hay que prepararse siempre y, sobre todo, de hacer creer que entre las mujeres podemos juntarnos y apoyarnos para lograr grandes cosas juntas de una manera auténtica. Y es justamente ese el mensaje que quiere hacer llegar Puma a las personas. Es increíble.

Destinada al arco

Tenía 15 años cuando Maryory Sánchez tomó la mejor decisión de su vida: dejar el vóley y Deportivo Gémenis para ponerse los chimpunes y luchar por sobresalir en el deporte que tanto ama, a pesar de que en ese momento su círculo cercano le decía que era un deporte ‘solo para hombres’. Eso sí, lo que no sabía es que terminaría en el arco. Maryory soñaba con ser una goleadora.

¿Por qué el fútbol femenino y por qué arquera?

Yo empecé de delantera, extremo, hasta que un día la arquera del club donde jugaba (Cantera) se fue de viaje y el entrenador me pregunta si puedo ir al arco. Acepté y me imagino que lo habré hecho bien, porque en la siguiente clase lo vuelve a repetir y así en varias oportunidades. Hasta que un día van los de selección, me ven y me convocan como arquera, yo me quería morir.

¿Qué pensaste en ese momento?

Yo estaba dando gritos al cielo. Estaba entre molesta y triste. Pero mi mamá me decía que me calmara porque estaba en selección y que por algo pasan las cosas. Hoy, no me arrepiento, creo que he logrado muchas cosas.


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