Este fue el once que arrancó la final ante Cruzeiro (Foto: difusión)
Este fue el once que arrancó la final ante Cruzeiro (Foto: difusión)

En el calendario de -y, por supuesto, también del fútbol peruano- hoy no es un día cualquiera: se cumplen 23 años del ‘baile’ que le metieron a Racing de Argentina (4-1), por las semifinales de Copa Libertadores. Por ello, en Full Deporte por Depor se contactaron con Marcelo Asteggiano, quien contó más de una anécdota de aquella campaña. Sobre todo con .

El exdefensor celeste recordó la final que jugaron en Brasil con Cruzeiro: “Estuvimos cerca porque la final en Belo Horizonte fue cerrada y luego llegó un gol desafortunado, aunque también tuvimos la de Julinho (falló un mano a mano frente a Dida)...”. El panel en ese momento interrumpió al argentino y le consultaron: “¿Le dijeron algo?”. Asteggiano respondió...“Julinho sabe que nos debe un departamento a cada uno (risas)”.

A propósito de ese recuerdo y de la pregunta que le hicieron si era verdad que el delantero iba a la concentración a hacer bromas a los compañeros, Asteggiano destacó el buen ambiente que se formó: “Ese grupo humano fue fantástico y hasta ahora nos comunicamos. Bueno, y Julinho es una persona muy bromista, que cuando hay que entrenar se toma el fútbol muy serio, pero cuando terminaba sabíamos que era así”.


El ‘Mago’ la tenía clara

Cuando le consultaron sobre a qué se debía el éxito de aquel plantel de Sporting Cristal, Asteggiano no solo destacó que se sostuvo la base del equipo. También habló de la convicción: “Recuerdo que ese año hicimos la pretemporada en Lima e hicimos un cuadrangular en Estados Unidos. Un día Sergio (Markarián) nos habló y nos dijo que el objetivo era el título nacional y llegar a la final de la Copa Libertadores”. Sí, se tenían fe.

Para el exdefensor celeste, el partido que marcó un punto de quiebre fue el triunfo sobre Vélez Sarsfield en Buenos Aires (se ganó 1-0 con tanto de Jorge Soto). “Me quedo con el duelo de Vélez. Más allá de que lo ganamos fue un punto de quiebre porque sabíamos que al rival que venía –que era Bolívar– lo podíamos superar. Desde lo anímico nos dio un envión muy grande”, añadió.

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