La trabajadora sexual Jana (49) se refleja en un espejo de una habitación en el burdel Candy Store en Berlín. (Foto de Odd ANDERSEN / AFP)
La trabajadora sexual Jana (49) se refleja en un espejo de una habitación en el burdel Candy Store en Berlín. (Foto de Odd ANDERSEN / AFP)

Como cada año, todos los 2 de junio se celebra el día internacional de la trabajadora sexual. La fecha no es coincidencia, pero sí busca crear conciencia sobre la violencia que sufren las personas que se dedican a “uno de los trabajos más antiguos del mundo”.

Esta frase es, tal vez, una de las más escuchadas para cuando alguien se refiere a las mujeres y hombres que ejercen el meretricio; sin embargo, aún queda mucho por aprender de ello y reconocerlo como un trabajo en el que exigen respeto y luchan por sus derechos.

¿Por qué se conmemora el 2 de junio?

La elección de esta fecha como día de celebración se remonta a 1975, donde más de 100 meretrices se apostaron en la iglesia de Saint-Nizier de Lyon (Francia) con el objetivo de protestar contra la presión gubernamental que se ejercía sobre ellas y la violencia policial de la que eran víctimas.

Después del asesinato de dos trabajadoras sexuales y la falta de respuesta por parte de las autoridades, las meretrices decidieron organizarse y declarar una huelga que duró por 8 días en total y que terminó con un allanamiento policial.

Desde entonces, en el calendario de las conmemoraciones, quedó establecido el Día Internacional de la Trabajadora Sexual cada 2 de junio. En 1976 fue el primer año en que se recordó esta fecha.

Países luchan por los derechos de las trabajadoras sexuales

En Argentina, las mismas mujeres se organizaron para dar lucha a la búsqueda del reconocimiento de derechos de las meretrices. En la unión y compañerismo encontraron un motor para dar batalla, tras más de una década de sufrir acoso y violencia, detalla La Nación.

Así fue como en 1994 nace la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR).

Tan solo un año de haberse creado esta ONG, las trabajadoras sexuales lograron sumarse a la Central de Trabajadores Argentinos lo que les permitió superar uno de sus primeros conflictos: la automarginación.

En México, el 60% de las meretrices ha sufrido algún tipo de violencia o discriminación y el 90% no lo denunció por miedo, según datos de COPRED (Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la CDMX).

Este país de Norteamérica logró conformar varias organizaciones civiles que han conseguido reivindicar los derechos de las y los trabajadores sexuales, conocidos también como PERTS (Personas que Ejercen el Trabajo Sexual), detalla Unión Guanajuato.

Movimiento de Trabajo Sexual de México (MOTRASEX), MoKexteya AC, Agenda Nacional Política Trans de México, Asociación en Pro Apoyo a Servidores AC (Aproase), la Asociación Mexicana de Trabajadores Sexuales (AMETS), entre otras, sirven de apoyo.

En Ecuador, el secretario de Inclusión Social del Municipio en Quito, Fernando Sánchez tuvo recientemente mesas de trabajo entre autoridades y trabajadoras sexuales par negociar los lugares donde pueden y no ejercer su oficio, al ser consideradas zonas turísticas y de paz, según Extra.

Ante ello, David González, presidente de la Plataforma Latinoamericana de Personas que Ejercen el Trabajo Sexual (Plaperts), indicó que se necesitan autoridades más inclusivas que vean al trabajo sexual como un problema integral, para que nadie resulte ser vulnerada o discriminada. Recalcó que sus derechos laborales deben ser respetados, porque “estas mujeres deben tener una jubilación digna”.

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