De Lilian campeón en 1998 al reto de Marcus en 2022: la increíble historia de los Thuram con Francia

Si bien los goles fueron de Theo Hernández y Randal Kolo Muani, la labor de Thuram, de neutralizar a Hakimi en el segundo tiempo, es para resaltar. Desde que arrancó el Mundial, Deschamps lo ha tenido bien en cuenta al veloz atacante del Borussia Monchengladbach, siendo uno de sus principales actores de reparto (ha jugado cuatro de los seis partidos de Francia, todos entrando desde el banquillo). Esto a pesar de ser uno de los últimos convocados para el Mundial tras la baja de Presnel Kimpembe.

Por eso, no es de extrañarse que cuando le toque pisar este domingo la cancha del Estadio Lusail frente a Argentina, lo haga con doble motivación. Marcus Thuram tendrá la posibilidad de lograr lo que nadie antes había hecho en el fútbol, levantar la Copa del Mundo como lo hizo su padre (Liliam Thuram) y ser la primera pareja padre e hijo que gana un Mundial. La leyenda francesa lo logró en 1998 con un año más que su hijo (26 años) y de la mano de Deschamps, quien era capitán del equipo.

Marcus poco o nada recuerda ese histórico logro para Francia (tenía apenas 11 meses cuando los galos vencieron a Brasil por 3-0 en la final), por lo que ahora está ante la opción de ser parte de la tercera estrella de ‘Les Blues’ con su papá viéndolo desde las gradas (es uno de los invitados estrellas que ha dicho presente en Qatar 2022). El apellido Thuram puede seguir estando en los libros del fútbol mundial, pero con la propia historia de Marcus.

El camino del hijo

Tener un apellido tan importante en el fútbol pocas veces se puede solventar de tal forma como lo ha venido haciendo Marcus Thuram. Liliam, leyenda de la Juventus y recordado en Barcelona fue una figura conocida entre finales de los 90′s hasta 2008 (año de su retiro). Su papá no quería que sus hijos se involucren con el fútbol, pero cuando vio al pequeño Marcus con el balón supo que sería futbolista.

Por el tiempo que jugó su padre en Italia, Marcus nació en ese país, al igual que su hermano Khéphren (también futbolista, de 21 años). Lilian no quería que estén ligados a la pelota por el miedo de que vivan bajo la sombra de ser “los hijos de Thuram”. Sin embargo, todo cambió cuando vio a Marcus, que en ese momento era un niño, tocando el balón con Ronaldinho Gaucho en Barcelona.

“Yo quería que mis hijos practicaran otro deporte, judo o esgrima. Vivíamos en Italia, donde los jugadores son considerados como semidioses, y sabía que si les metía en el fútbol iban a ser siempre los hijos de Thuram. Esperé hasta llegar a Barcelona para que comenzara, en un escenario más propicio. Realmente entendí que era futbolista cuando llegamos a Barcelona. Cuando lo vi jugar con Ronaldinho, entonces lo entendí”, confesó Lilian en una entrevista en L’Ëquipe.

Cuando Lilian jugaba sus últimos años como futbolista en Barcelona, Marcus tenía nueve años y cada cuanto iba a visitar a su padre a los entrenamientos en La Masía. Iba a ver su papá, pero de paso ver a sus ídolos: Thierry Henry y Ronaldinho, también tocar en balón con un joven Lionel Messi, que recién daba sus primeras apariciones en el club catalán.

Justamente, poco antes de que su padre se fuera retirara en Barcelona, uno de los amigos de Lilian le regaló un par de botas a Marcus, ese amigo fue Lionel Messi.”Me quedé despreocupado en ese entonces, era un niño de 10 años, y él tenía 20 años”, declaró en una entrevista a AFP. “Sus botas eran muy pequeñas para mí, así que se las regalé a un amigo, las debe tener aún”, agregó.

Luego del retiro de su padre, Marcus regresó a Francia para seguir su labor formativa. Sabía que tener el apellido Thuram podría haberle abierto muchas puertas a temprana edad, pero decidió labrar su propio camino y crecer de manera correcta. Se fue con 15 años a la cantera del Sochaux como le recomendó su padre. “Sochaux está muy lejos de todo, no hay mucha presión de los medios, es una burbuja de protección”, dijo Marcus al L’Equipe.

A diferencia de su padre, que jugó de central, a Marcus le gustaba más el ataque y aprovechando su gran velocidad eligió ser delantero y extremo por banda, de paso sacarle provecho a la fortaleza física que heredó de Lilian, no por nada le decían el ‘Gigante de Guadalupe’. En 2015, debutó de manera profesional con 18 años y su primer gol se lo hizo de cabeza a Lyon.

Tras ello, Marcus Thuram se marchó al Guingamp, donde en dos temporadas en la Ligue 1 marcó 17 goles en 72 partidos y terminó de asentarse en la élite. Esto hizo que su nombre llamara la atención de otros clubes en Europa y así llegó al Borussia Monchengladbach, un club que se ha especializado en reclutar jóvenes talentos. Llegó en 2019 y en su primera temporada anotó 14 goles, dio nueve asistencias en 39 partidos y fue fundamental que el ‘Monche’ vuelva a una Champions League.

Marcus mantuvo la regularidad en una liga tan competitiva como la alemana y al año siguiente, en 2020, fue llamado por primera vez por Didier Deschamps. Aunque debutó con la camiseta de Francia en una derrota ante Finlandia (2-0), el simple de hecho de ser llamado por sus buenos números, lo motivaron para seguir así. Hoy por hoy es una de las figuras del ‘Monche’ y su nombre ya suena en clubes grandes de Europa, como Atlético de Madrid.

Esta temporada, Marcus Thuram marcó 10 goles en 15 partidos de la Bundesliga y dio tres asistencias. La baja de Kimpembe le dio un lugar en la lista para disputar su primer Mundial y la ausencia de Karim Benzema, quien se lesionó después de la lista y ya no ha vuelto a ser llamado (no estaría ni en la final, Deschamps no ha querido hablar del tema) le dieron más opciones para sumar minutos en Qatar 2022.

Su máximo consejero

Tener a un padre que ha brillado en el fútbol le ha servido de apoyo moral a Marcus Thuram. Si bien ha tenido que lidiar con algunas referencias sobre lo que hizo su padre, queda claro que el delantero del ‘Monche’ no le da importancia y busca su propio camino. En Qatar 2022, durante una conferencia de prensa, las preguntas fueron entorno a Liliam y él respondió de forma breve.

No porque no quiera hablar de su padre, sino porque sabe cuál es el rol de Lilian en la vida de sus hijos: ser un consejero. “Siempre me dice que sea yo mismo, que mantenga los pies en el suelo. No me molesta que me pregunten por ello, si les digo la verdad. Es un orgullo tenerle como padre y no hay un consejo especial para este momento. Desde niño me ha estado dando consejos”, señaló Marcus.

El trabajo de Lilian con sus hijos es mas en el plano mental, en darles carácter, en tener conciencia social y determinación. “Mi padre no me ha dado un consejo especial para el Mundial, me ayuda sobre todo en el aspecto mental, reveló. Los ideales de Marcus son claros que incluso cuando ocurrió la muerte de George Floyd, el delantero celebró un gol y se hincó en una rodilla honrando al fallecido.

Y aunque su padre es su principal consejero, también es su principal crítico. En 2020, Marcus protagonizó un lamentable hecho cuando le escupió en la cara a Stefan Posch, acto que desaprobó Lilian. “Es completamente comprensible lo que está pasando en los medios, yo mismo estaba viendo el partido, y me quedé en shock, incluso me pregunté si realmente era mi hijo”, dijo en su momento.

“Después de lo que hice mi papá no me llamó como en tres días. No quiero que la gente piense que soy capaz de escupir a alguien a propósito porque no tiene sentido, estaba molesto”, explicó Marcus, quien fue sancionado con seis fechas de suspensión y tras ese incidente no ha vuelto a protagonizar otro, por respeto a su hermano, a su padre y familia.

Lo que se hereda no se hurta

El llamado de Marcus Thuram para Qatar 2022 se convierte en la pareja 23 de padre e hijo que disputa una Copa del Mundo. Además, es el séptimo caso en la historia de la selección francesa, antes ya había pasado con Jean y Yourdi Djorkaeff, Julien y Yannick Stopyra, Guy y Didier Senac, Rene y Pierre Pleimelding, Rene y Jean Gallice y Roger y Patrice Rio.

Sin embargo, ninguno de los descendientes tuvo la oportunidad que se le presenta al jugador del Borussia: ser campeón del mundo y tomar el relevo de su padre, Lilian. Sería el primer caso en la historia del fútbol, lo más cercano que se tiene soon padres campeones o hijos campeones, pero no ambos.Por ejemplo, Periko Alonso jugó con España en el Mundial 1982, pero no pudo salir campeón,

Su hijo Xabi Alonso sí lo pudo hacer en Sudáfrica 2010 con la ‘Roja’. Otro caso sonado es el de Cesare Maldini y Paolo Maldini, el padre jugó el Mundial 1962, mientras que el hijo disputó desde Italia 90′ hasta Corea-Japón 2002. La historia de Peter y Kasper Schmeichel también es para resaltar: ambos defendieron la portería de Dinamarca: el papá desde 1995 mantuvo su arco sin goles por 470 minutos.

Kasper superó a su papa con un total de 495 minutos sin gol en la selección de Dinamarca. Pero nada se compara a lo que podría pasar este domingo si Marcus levanta la Copa, como lo hizo Lilian en 1998 y ambos con Didier Deschamps como líder. Se verá en la final.

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