Es fácil buscar culpables o individualizar una derrota luego de un partido. Incluso más cuando se trata de una final; y el caso se agrava cuando esa final fue por el título de la Champions League. Sin embargo, el sol no se puede tapar con un dedo, y no hace falta ser un experto, 'científico' o 'filósofo' para darse cuenta de que el mismo Liverpool que alzó su sexta 'Orejona' tuvo su punto más bajo, el 2018 en Kiev (ante el Real Madrid), en el arco. Puesto que en el Wanda Metropolitano (frente al Tottenham) se convirtió en un muro para los remates de Son, Lucas Moura y compañía, gracias a las genialidades de Alisson Becker, el portero que celebró la victoria vía 'facetime' con su familia, que se convirtió en el verdugo de Messi, y que casi deja el fútbol por sobrepeso.
Las comparaciones son odiosas, pero en ocasiones inevitables. Gran parte del título de Champions que perdió el equipo de Anfield en el 2018 se debió a los clamorosos errores en el arco de Karius. Por lo que los 'Reds', de cara a la temporada 2018-19 no dudaron en invertir los 75 millones de euros que pagaron por Alisson a la Roma y que por algunos días convirtieron al brasileño en el portero más caro de la historia del fútbol. Aunque este registro fue batido pocas semanas después por el Chelsea, que pagó 80 'kilos' por Kepa Arrizabalaga.
Alisson, junto a Van Dijk, por quien el Liverpool pagó otros 75 millones de euros, se convirtieron en esa garantía en el área propia que tanto necesitó el tridente ofensivo Mané, Firmino y Salah. Allá donde no llega el central, llega el portero y viceversa.
Tanto en Liga como en Champions, el portero ha justificado la inversión del club inglés en su primera temporada. Un año que se resume en un título y ocho intervenciones durante 90 minutos ante los 'Spurs' en Madrid.
El 'Pelé del arco'
A inicios de 2018, el joven guardameta ya destaca en la Roma, sin saber que ese mismo año, en abril, escribiría una de las páginas más épicas en la Champions League, tras remontarle un 4-1 al Barcelona de Messi en el Estadio Olímpico (3-0). Un cachetazo histórico que tuvo en Alisson a una de las figuras y que gracias a ese duelo el mundo entero puso sus ojos en él. Incluso el legendario exportero de selecciones brasileñas Cláudio Taffarel (campeón del mundo en el 94), se refirió a el como el 'Pelé de los arqueros'.
"Alisson tiene mucha personalidad. Le dimos mucha confianza y eso hizo la diferencia", aseguró el exportero previo al Mundial en Rusia, al recordar que su pupilo fue convocado como titular de la selección brasileña incluso cuando aún era suplente en la Roma y tenía dificultades para destacar en Italia.
Y fue precisamente personalidad y sobre todo confianza lo que mostró y transmitió Alisson pero ya con el Liverpool en las semifinales de la Champions League ante el Barcelona. Otra vez el portero brasileño pasó de ser víctima a verdugo de Messi y el Barcelona.
Los azulgranas se impusieron en el Camp Nou 3 a 0 y nada hacía presagiar que se quedarían sin jugar la final del certamen. Sin embargo, una nueva genial actuación de Alisson, acompañada de la efectividad de un arrollador equipo 'Red', dejaron a los de Valverde a puertas del cielo, el mismo que alcanzaron los de Klopp semanas después. Liverpool remontó la serie con una goleada histórica de 4 a 0, para después conquistar Europa nuevamente en la final.
Pensó en abandonar el fútbol por su estatura y peso
Siempre hay que dar lo mejor de uno porque, en ocasiones, el destino te juega una mala pasada. Un antiguo entrenador de porteros, mentor del internacional brasilero Alisson Becker , confesó al medio inglés 'The Sun', a finales de julio de 2018, que persuadió a los padres del portero para que éste no cuelgue los guantes.
"Un día los padres de Alisson vinieron a buscarme pensando que él no tenía futuro en la profesión y querían sacarlo del fútbol", contó su mentor Daniel Pavan al citado medio.
"Pensaban que tendría más futuro en los estudios", añadió. "Pero trabajé para convencerlos de que Alisson iba aún a crecer más y tendría un gran futuro como arquero". Pavan afirmó que tranquilizó a los padres sobre la escasa estatura de Alisson en aquel entonces. Hoy en día, el exarquero de la Roma mide 1,93 metros.
"Cuando Alisson Becker comenzó tenía una maduración más lenta que los demás chicos, eso le hacía ser más bajo y con más peso que el resto", indicó Pavan, que reconoció que no gozaba de la condición de titular. Sin embargo, "gracias a Dios ellos (sus padres) me escucharon. Un año después creció 16,51 centímetros", sentenció.
Cuestión de familia
Mientras que parecía que todo Anfield se había trasladado a Madrid, entre las celebraciones, cánticos y momentos de júbilo que vivieron los 'Reds' en el campo del Wanda Metropolitano luego ganar la Champions League, una imagen de tranquilidad y sosiego llamó la atención de la prensa, hinchas e incluso de los propios jugadores: la de Alisson tendido en el campo con su medalla de campeón y con el celular en la mano.
Resulta que la esposa de Alisson no pudo estar presente en Madrid debido a su embarazo. Terminado el encuentro, el portero brasileño hizo videollamada con ella y su hija para celebrar el título.
"Soy un tipo tranquilo. No necesito mucho para vivir bien (...) Cuando puedo traigo a alguien aquí para estar juntos y sentir la falta de Brasil. Estoy feliz aquí en Roma con mi esposa y mi hija, que nació aquí y es tanto romana como brasileña. Para vivir bien solo necesito a mi familia", contó Alisson cuando aún era jugador del equipo italiano. Y a la fecha, solo ha confirmado que no necesita más para ser feliz.
Pero la familia no solo ha sido importante en la actualidad para el brasileño. De hecho, ser portero es casi una tradición en la familia de los Becker.
El bisabuelo de Alisson fue guardameta en los años 40 del siglo pasado y su madre custodiaba los tres palos en sus tiempos de jugadora de balonmano.
Esa misma demarcación la ocupa el padre en sus partidos informales con amigos y, como para garantizar la continuidad de la tradición familiar, también comienza a proyectarse el hermano del número uno del Liverpool y la selección brasileña.
Alisson Becker lleva sangre alemana en las venas, aunque nació con la 'guinga', esa suerte de cadencia con la que los brasileños explican la capacidad fina para dominar el balón y regatear sin despegarlo de sus botas.
En suma, es una mezcla de portero elegante y sobrio de corte europeo que bien pudo haberse dedicado a la moda y las pasarelas, con un jugador de potrero que sabe desgranar rivales en una sola baldosa como si fuera un delantero.
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