Jordan Herzog, mejor conocido como “Crimz”, es un niño de 14 años que fue sacado de la escuela por su padre para que pueda entrenar para convertirse en una estrella de Fortnite. Su padre es quien tomó la decisión, ya que se dio cuenta de que la secundaria era un impedimento.
La razón la tiene un millonario torneo de ese juego. "En el campeonato repartirán 30 millones de dólares" (Fortnite World Cup), nos cuenta el joven jugador. Él se inició en este mundo desde muy pequeño y, ahora, entrena unas 10 horas al día para conseguir su ansiado premio.
Su habitación se ha convertido en un centro especializado de altas prestaciones. Donde Jordan recibe clases particulares a través de Internet que lo ayudan a mejorar. Su padre ha invertido una gran cantidad de dinero en equipo gaming. Una inversión que ronda alrededor de los 30,000 dólares.
Hasta ahora el niño ha logrado ganar aproximadamente 60,000 dólares en torneos, sin embargo esta cantidad va completamente destinada a su carrera, para que pueda crecer y convertirse en una súper estrella del battle royale.
Jordan es un prodigio de los videojuegos, desde los 3 años ya jugaba con lo profesionales y a los 7 estaba en las competencias del juego Halo. A los 12 gano su primer torneo local y ahora planea ganar aun más.