Es uno de los mejores esgrimistas que tiene actualmente el país. Nos representó en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y ahora lo volverá a hacer en Santiago 2023. Se llama Eduardo García Biel, tiene 24 años, y ya se está preparando para este magno evento deportivo que se disputará en la capital de Chile, entre octubre y noviembre de este año y que brinda boletos clasificatorios a los Juegos Olímpicos París 2024.
Se formó en una familia de atletas: su madre era nadadora y su hermana, badmintonista. Probó una variedad de deportes, entre ellos, el bádminton, fútbol, ajedrez, vóley y gimnasia, pero ninguno le convenció tanto como la esgrima. “El primer día que agarré una espada tenía 6 años y me disloqué el hombro por lo pesada que era. No pude ir a practicar por un mes, pero estaba seguro de que quería volver. Un mes después, regresé y empecé a entrenar ya hasta el día de hoy”, nos cuenta. Depor conversó con él para saber cómo van sus entrenamientos y conocer los objetivos que tiene en mente.
A meses de Santiago 2023, ¿cómo divides tu tiempo entre tu carrera de ingeniería industrial y la esgrima?
Yo ya he terminado la carrera en diciembre en la UTEC. Ahora, los malabares que estoy haciendo son con el trabajo y los entrenamientos, ya no con los estudios. Cuando estuve en la Universidad era bien duro; bueno, lo sigue siendo. El sacrificio era que los fines de semana estaban dedicados a entrenar y estudiar. Y, entre semana, debía entrenar muy temprano o muy tarde o ambos. Siempre he podido sobrellevarlo en el caso de la Universidad porque me han dado flexibilidad, me han permitido retomar exámenes, me han dado tiempo extra, quizá, para prepararme para alguna evaluación. Por ahí, nunca he tenido problemas. Y en el caso del trabajo ahora, es un poco más complicado, tengo que adaptar mis horarios.
¿Y te han dado las facilidades en tu trabajo?
Yo tengo que chambear mis horas. Igual, tengo buena relación con mi jefe y cumplo bien mi trabajo. Entonces, cuando debo salir quizá (más temprano), que no pasa mucho, o llegó un poquito más tarde o lo que fuera, que casi nunca pasa, no hay ningún problema. Pero sí es una chamba dura en la que estoy. Ya de por sí trabajamos más de 9 horas normalmente. Pero lo que he hecho, por ejemplo, es adelantar alguna vez vacaciones para una competencia. Estoy manejándolo dentro de lo posible.
¿Vas a viajar a algún lado para tu preparación de cara a Santiago 2023 o te vas a quedar acá en Lima?
Bueno, lo ideal sería que vaya a alguna base de entrenamiento. Puede ser que ocurra, porque yo tenía planificadas unas competencias: iba a irme a una Copa del Mundo en Turquía y a otra en Cali, Colombia, pero por temas de presupuesto, que no salió a tiempo, ya no voy a ir. Esa plata igual queda para la preparación de Santiago. Entonces, quizás me vaya a una base en Europa antes de octubre. De todas maneras, tengo dos competencias hasta ese entonces, que son el Campeonato Panamericano a mediados de este mes en Lima y el Campeonato Mundial que es en Italia a fines de julio.
¿Y cómo sientes que van tus entrenamientos aquí en Lima?
Definitivamente, no es un año en el cual me haya podido preparar tan bien como en otros. Para los Juegos Panamericanos Lima 2019, no hice un ciclo en la Universidad, estuve todo el tiempo entrenando y compitiendo. Participé en un montón de competencias. O sea, el esfuerzo deportivo que hice esa vez fue enorme, sacrifiqué un montón de cosas. Pero esta vez como ya pues cambian las cosas. Estoy chambeando y acabo de terminar la Universidad, mis prioridades han cambiado un poco. Pero de todas maneras estoy entrenando lo mejor posible.
Y una vez en Santiago, ¿cuál es el objetivo que te has propuesto en ese evento?
Bueno, la idea sería conseguir una medalla esta vez. Puede ser. La verdad es que es totalmente posible. Pero justamente estas competencias que tengo ahora van a ser un buen indicador para ver si es que me falta algo para llegar a esa meta. El Campeonato Panamericano, sobre todo, va a tener a casi todos o a todos los deportistas que van a estar en los Juegos Panamericanos, porque todo el continente participa. Va a ser un perfecto medidor para saber si tengo que hacer más físico o si tengo que trabajar más la parte técnica; así que eso va a estar bastante bueno.
¿Tienes planeado realizar una campaña para los Juegos Olímpicos París 2024?
Todo depende del resultado en Santiago 2023, porque clasificar a los Juegos Olímpicos en mi deporte es muy difícil. O sea, para que tengas una idea, el sistema de puntuación para clasificar a los Juegos está enfocado en equipos. ¿Eso qué quiere decir? En esgrima, hay la práctica individual y también hay por equipos. Y lo que hacen es que, si clasifica un equipo por la prueba de equipos, clasifican todas las personas para el individual también. Entonces, los equipos fuertes, hablando del continente, son Estados Unidos, Cuba, Venezuela, Canadá inclusive. Ellos clasifican por equipos porque tienen varias personas de alto nivel y todos esos participantes también acceden a la modalidad individual. Las plazas individuales que quedan son muy pocas. En mi caso no tengo un equipo muy fuerte para clasificar de esa forma, entonces me quedan las plazas individuales, que es un camino muy duro.
¿Y te ha sido a fácil o accesible poder practicar esgrima en Perú?
La verdad es que no. He tenido que salir bastante del país. Al inicio, cuando era más chiquito, quizás no podía ni tenía el interés de practicar de manera tan competitiva. Pero cuando fui adolescente, 15 años, ya era más consciente de mis entrenamientos y empecé a mejorar bastante. Se me abrieron las puertas a nuevas competencias, a más presupuesto y subvención también tanto del IPD, que siempre he estado apoyándome, como del Comité Olímpico Peruano, que me ha dado becas que me han permitido ir a todo lo que tenía que ir. Entonces, no ha sido fácil, pero no por la parte del esfuerzo, sino que, en Perú, como que no hay tanta cultura, no hay tanta esgrima en general, el nivel no es muy alto. Hay que salir y salir es caro.
¿Qué crees que hace falta para mejorar este deporte en el país?
Bueno, es un deporte caro de por sí, hablando de implementos. Es un deporte de coliseo, además; no es que se pueda hacer en cualquier lugar. Ya de por sí eso trae algunas complicaciones. Pero, por otro lado, no hay mucha cultura de este tipo de deportes en el Perú. El enfoque siempre está en lo de siempre. Entonces, falta difusión. También faltan referentes, personas que con sus logros puedan compartir la cultura de la esgrima con los niños, que en verdad todo empieza desde los más chiquitos. Coger a un chico de 20 años es casi imposible que se vuelva un deportista de alto rendimiento. Entonces, nada, promoción del deporte, como el IPD siempre está haciendo. Yo creo que vamos mejorando cada año.
¿Hasta dónde esperas llegar con la esgrima?
Bueno, yo siempre he querido ser campeón olímpico, como todo deportista. Y si no sueñas en eso, jamás vas a llegar ni siquiera a ser campeón nacional, tienes que pensar siempre en grande. Entonces, me encantaría. Hay que ir por pasos. Me encantaría poder clasificar a unos Juegos Olímpicos, aunque sea bien complicado. La vida útil de un esgrimista es bastante larga. Hay campeones olímpicos de 40 años, y eso se da porque es un deporte en el cual la experiencia es superimportante. Es demandante físicamente, por supuesto, pero como no es un deporte en el cual te destruyes necesariamente las rodillas o las articulaciones, en general puedes tener una carrera larga. También me gustaría, si es que me va bien en la carrera, irme a vivir a Europa en su momento, entrenar fuerte desde allá y continuar compitiendo hasta que me dé el cuerpo.
Y de todos los campeonatos que has competido en tus 24 años, ¿con cuál te quedas?
Creo que uno de los más importantes fue la Copa del Mundo de El Salvador, una en la cual quedé segundo hace un montón de años. Era Sub 20, tenía 16 años más o menos. En este entonces, recién estaban empezando a entrenar de verdad; y en el deporte hay un momento muy importante en el cual un deportista pasa de ser un chico que hace las cosas en automático porque se lo dice su entrenador o su papá a entrenar tú mismo a conciencia y darte cuenta de las cosas a mejorar, como si fuera un trabajo. Entonces, yo alrededor de esa época todavía no lo hacía tan en serio. Tenía mis logros, pero sentía que no era bueno. Y a esa Copa del Mundo yo fui pensando que me iban a pasar por encima, y quedé segundo. Entonces, esa competencia cambió mi mindset (mentalidad). Y desde ahí empecé a entrenar mucho más en serio y pensando que realmente podía lograr cosas más grandes. Es una competencia que me marcó, es una de las más importantes de mi carrera. Realmente cambió mi vida.
¿Algo último que quieras decir?
Bueno, que estoy muy agradecido con UTEC, con el IPD y con mi trabajo, porque me han apoyado desde el primer momento. La Universidad me ha dado becas que me han permitido estar mucho más tranquilo con mis estudios, aparte de la flexibilidad para los exámenes y todo. El IPD siempre ha estado apoyándome desde que soy chiquito, desde que tuve los primeros logros hasta el día de hoy. Y en el trabajo, ahora, ningún esfuerzo pasa sin ser reconocido, y me dan las flexibilidades que a veces necesito.
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