Los Philadelphia Eagles desataron una gran polémica en la previa del Super Bowl 2018, luego de que el jugador Malcolm Jenkins, safety del equipo, ofreciera un pase de cortesía para ver el duelo ante los Patriots a Kempis Songster, un hombre liberado hace poco más de un mes de una prisión de máxima seguridad.
La fortuna de Songster se inició cuando Malcolm Jenkins, activista social y finalista al premio al Hombre del Año por su trabajo voluntario y de caridad, hizo una visita el año pasado a la prisión de Graterford como parte de su educación para comprender mejor el sistema de justicia penal.
"Hace unas semanas vi un artículo que decía que Songster saldría de la cárcel y quería hacer algo especial para él", declaró Jenkins al Daily News. "Sabía que se había dedicado a una vida de servicio y que está tratando de devolver lo que le ha quitado a la sociedad. Tiene talento, ideas, y vi que ambos queremso reformar y sanar nuestras comunidades", agregó.
Jenkins como finalista al Premio Payton por su trabajo con la Coalición de Jugadores que influyó en una promesa de casi 100 millones de dólares de la NFL para ayudar a grupos comunitarios y organizaciones de justicia social, recibió dos boletos para el Super Bowl.
"Cuando obtuve esos boletos, él fue la primera persona que se me vino a la mente", dijo Jenkins. "Normalmente invitan a niños o personas enfermas, pero quería dar un ejemplo de que a veces podemos pensar de manera diferente y escucharnos unos a otros, así que qué mejor plataforma que el Super Bowl para demostrarlo", indicó.
Songster, de 45 años de edad, estuvo preso durante 30 años por un asesinato que cometió cuando era adolescente. Recibió cadena perpetua en 1988 por matar a Anjo Pryce, de 17 años. Pero su sentencia fue interrumpida luego del fallo que encontró que las sentencias de cadena perpetua automáticas para menores de edad son inconstitucionales. Songster fue liberado el 28 de diciembre del año pasado. (EFE)