Detrás de cada deportista que llega a competir en unos Juegos Olímpicos existe una historia de superación. Pero hay casos en los que el esfuerzo va mucho más allá de lo deportivo. Uno de los más importantes es el de la nadadora Yusra Mardini, quien hace un año tuvo que bracear más fuerte que nunca para salvarse de morir ahogada en las aguas del mar Mediterráneo.
Yusra nació hace 18 años en Siria, donde fue entrenada por su padre desde muy pequeña. Empezó a competir de forma internacional a la edad de 13 y su futuro era bastante prometedor. Sin embargo, la guerra en su país la obligó a escapar en busca de refugio junto a su hermana Sara, también nadadora. Y esta decisión casi les cuesta la vida.
Las hermanas Mardini y otras 20 personas se subieron a un bote que partió de Turquía rumbo a las costas griegas. Pero el motor empezó a fallar y la embarcación empezó a llenarse de agua. Ante el temor de morir ahogados, Yusra y Sara se lanzaron al mar para arrastrar la lancha durante tres horas.
"Necesitábamos tener menos peso en el barco y nadie más aparte de nosotras sabía nadar. Cuando entré por primera vez en el agua todo mi cuerpo estaba temblando, como ocurre antes de competir", explica Yusra, quien asumió el reto de salvar a las otras 19 personas que la acompañaban.
"En ese momento sentí que la vida era algo más grande que yo misma. Toda la gente en ese barco era parte de mí. Me pareció que era mi deber para saltar en el agua. Si me hubiera ido, me hubiera sentido mal conmigo misma por el resto de mi vida", agregó la nadadora, quien vio de muy cerca la posibilidad de morir en el intento.
"Se estaba haciendo oscuro y hacía frío, el viento soplaba y me estaba congelando. No podía abrir los ojos, por que estaban llenos de agua salada", recuerda. Fue recién a medianoche cuando llegaron a las islas griegas, con todas las demás personas a salvo.
Actualmente Yusra Mardini vive en Berlín, Alemania, donde consiguió el reconocimiento legal como refugiada y fue becada por el Comité Olímpico Internacional. En esta ciudad pudo entrenar para convertirse en uno de los 10 atletas que formarán el equipo de refugiados de Río 2016. Y la nadadora siria fue elegida como abanderada de esta delegación.
"Cuando nadaba por mi vida, nunca habría imaginado que llegaría donde estoy ahora. Espero que abran las fronteras para los refugiados, conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos, y que mi ciudad natal esté en paz de nuevo", dijo Mardini en conferencia de prensa previa a la inauguración.
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