La bandera peruana continúa flameando fuera del país, esta vez gracias a dos representantes nacionales: Kenny Pacheco y Carlos Felipa, paratletas que se encuentran participando primer Campeonato Abierto Internacional de Paratletismo 2022 en Colombia. Evento que les permitirá alcanzar un cupo a los próximos Juegos Parapanamericanos Santiago 2023.
Dicho campeonato se lleva a cabo en la ciudad de Cali, por lo que Depor decidió hablar con los protagonistas nacionales, quienes no solo podrían clasificar a Santiago 2023, sino también, de acuerdo a los puntajes requeridos, meterse a la cita olímpica de París 2024. Es decir, pueden conseguir un doble festejo, pero lo más importante, es que puedas conocer sus historias y por lo que luchan día a día no solo por ellos, sino para dejar en alto la bandera peruana en paradeporte internacional.
Kenny: Autor de su propio sueño
Nacido en el Rímac, pero fue criado en Carabayllo, Kenny tenía 23 años cuando su vida dio un giro 360. En ese entonces, un joven universitario tomó un bus con la finalidad de llegar a su hogar, sin saber que en dicho transporte un delincuente le apunto con una pistola en la espalda. Acto que terminó en la paraplejia.
Sin mayores detalles, Pacheco afirma que el deporte fue una de sus salidas más rápidas tras el asalto. Sin embargo, nunca imaginó que su talento traspasara las fronteras representando al Perú. “Me gustaba el deporte de forma aficionada, me gustaba ir al gimnasio, pero nunca pretendí hacerlo de modo de vida como una profesión, sino que cuando adquiero la discapacidad, comienzo a considerar al deporte como una parte integral de mi vida para conservar mi salud, mejorar mi calidad de vida”, sostuvo.
Eso sí, su primera opción estuvo bajo del agua, exactamente en una piscina, pues la natación se convirtió en la primera posta que lo llevaría a su verdadera pasión: el atletismo. “Fue casi una cuestión de coincidencia y fortuna en ese sentido. Un día mi entrenador llega a Perú, él justo es especialista en atletismo de campo, y él es el que inicia y me instruye en la disciplina”, comenta.
Hoy Kenny es ganador de una doble presea dorada en el Open de Colombia gracias a sus actuaciones en la impulsión de bala y el lanzamiento de disco. Una competencia que tuvo lugar a tan solo tres días de la cuarentena en Perú por el COVID-19, pues después de estar en la cumbre, la angustia y preocupación, fueron pan de cada día para el mundo del deporte nacional.
“Me afectó mucho (la pandemia), la incertidumbre, no saber cómo van a venir las cosas, qué hacer. Todos tuvieron que adaptarse para tratar de conservar el ritmo de cómo los eventos se estaban dando, se tuvo que posponer Tokio 2020, muchas competencias, pero siempre estuvo ahí latiendo la esperanza de que esta situación iba a pasar”, señala y aclara que ante la poca preparación que vivió durante la inmovilización no pudo llegar a los Juegos Olímpicos. “Los entrenamientos se tuvieron que cumplir como se podía, no como debieron ser cumplidos. Siento que muchos atletas no hemos tenido la oportunidad suficiente para poder demostrar que estamos a la altura de una paralimpiada”, agrega.
Para Kenny no existe nada que pueda detenerlo. Además de ser paradeportista, nuestro representante cuenta con su propia panadería, un proyecto personal debido a su gusto por lo artesano. Además de ello, estudió literatura, creando, junto con dos socios, una editorial llamada Entheos. “Nos gustaría ser un medio para que la gente tenga un acceso a este nivel y sobre todo que los autores peruanos tengan un lugar donde puedan editar sus libros de la manera cómo ellos les plazca y al mismo tiempo teniendo los nutrientes que nosotros podemos ofrecer desde las perspectivas que nosotros hemos especializado”, comentó emocionado.
La valentía de Carlos
Con una gran sonrisa y su gran carácter, Carlos se sienta a atornillar una prótesis para su pierna izquierda, recordando que aquella herramienta le permitiría abrir camino a lo que tanto había soñado sin previamente haberlo planearlo hace más de 10 años, cuando portaba un uniforme militar.
Para ello nos trasladamos en el año 2010 en una operación antiterrorista ejecutada en el VRAEM. Desde pequeño, Felipa siempre quiso defender los colores de su país, siendo su padre su mayor ejemplo, pues él mantuvo el cargo de coronel en la Policía Nacional del Perú (PNP). Sin embargo, su carrera la direccionó al ejército, siendo la Operación Chavín de Huántar el hecho que despertó su vocación.
“Predico (OCH) un poco esa mentalidad de guerrero en la cual me digo a mí mismo que se tiene que ajustar a las consecuencias de lo que estás decidiendo”, nos cuenta acerca de lo vivido en aquella época y aclara que desde un inicio supo del riesgo de su decisión. “Cuando yo decidí ser militar sabía que en cierta forma estaba entrando a algo que iba a cambiar o vida o perder la vida”, sostiene.
Fue así que, a sus 29 años, durante una de sus operaciones junto a la patrulla, Carlos estuvo a punto de cortar el hilo entre la vida y la muerte al toparse con un explosivo enterrado por los cerros donde caminaba. Al ser activado, mutiló automáticamente una de las extremidades de su cuerpo. “Volé por el aire, caí por el piso, traté de pararme una dos, tres veces y cuando me di cuenta que no podía pararme, me miré la cintura, me di cuenta que estaba con la correa del uniforme y retazos de tela. Me toqué las piernas y sentí sangre en mis manos”, recuerda. “Desde ahí supe que mi vida había cambiado”, agregó.
Al inicio no fue fácil sobrellevarlo, pero gracias al apoyo familiar, el hoy paradeportista obtuvo la motivación necesaria para continuar con su vida, esta vez vinculada al deporte. “Hace 12 años era algo que te truncaba la vida, que te limitaba algo, pero descubrí que no que la discapacidad es una opción que te hace describir nuevas fortalezas, nuevas formas de vivir y de adaptarse a las condiciones”, manifiesta.
“Encontré el para atletismo, lo único que necesitaba era una pierna para correr. Así qué pasó el tiempo y pude conseguir una pierna y con eso inicié el para deporte”, señala Felipa, quien en el 2013 se convirtió en el primer para atleta de pista en hacer metros planos y salto de longitud, pues como él mismo nos cuenta, en ese entonces solo había deportistas que practicaban básquet en silla de ruedas y otros que hacían maratón. “Fui el primero empezó a mostrar que la discapacidad no era un impedimento”, indica sonriente.
Su primera competencia fue en Medellín en el 2014, talento que logró clasificarse a los Parapanamericanos de Toronto 2015, quedando en cuarto lugar 6m planos, séptimo en salto de longitud. Sin embargo, Lima 2019 significó para Carlos el máximo poderío que puede llegar a mostrar. Esto gracias a la perseverancia de lucha materializada en la medalla de plata en la competencia de lanzamiento de bala F63, fue ahí cuando descubrió que esta especialidad se acoplaba a su edad y a sus condiciones. “No hay nada como ganar una medalla en tu país”, sostuvo.
A pesar de los inconvenientes, Felipa (39) y Pacheco (30) continúan enfocado en poder brindarle más alegrías al Perú, pues dentro de sus metas más grandes se encuentra los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023. Razón por la que Cali será la puerta que deberán abrir para su clasificación a Chile. “Lamentablemente no recibimos el presupuesto del IPD, pero independientemente cada deportista ha buscado cómo solventar los viajes”, declara. “Solo somos dos atletas, y en ese caos yo estoy acá como delegado, jefe de equipo, todo. El entrenador no pudo viajar por falta de presupuesto”, explicó Felipa.
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