Muy pocos futbolistas en el mundo, casi nadie, puede decir que enfrentó a Maradona y Lionel Messi y que con ambos intercambió camisetas. Abreu es uno de los que integra esa prestigiosa lista a la que se le pueden sumar otros detalles más como que el ‘Loco’ presume de tener más de 1600 polos de rivales en su colección. Aunque la de los astros argentinos, tienen historias particulares.
En una entrevista con el periodista Fernando Palomo, en vivo a través de Instagram, el delantero del Boston River de Uruguay reveló cómo obtuvo sus tesoros más preciados y hasta la vez que se olvidó del partido por preocuparse porque no le roben.
La escondió en La Bombonera
En 1997, Sebastián Abreu jugaba en San Lorenzo y le tocó visitar a Boca Juniors de Diego Maradona en La Bombonera. Aquí el relato:
“A Diego lo conocía de mi época de soltero de San Lorenzo en el ’96 y me lo encontraba siempre en una disco, entonces hice una muy buena relación. Volvió en el ’97 a Boca y nos toca jugar un clásico en La Bombonera y obviamente mi sueño era tener la camiseta de Maradona. ¡De quién no! (..) Me sorprendí que terminó el primer tiempo, nos íbamos caminando para los vestuarios y siento que me chiflan y me gritan ‘¡uruguayo!’. Cuando me doy vuelta es Diego que me dice: ‘¿vamos a cambiar?’. En un segundo tenía la camiseta afuera. Pero llego al vestuario y me pregunto: dónde la escondo. Yo con la persecuta de que alguno me la manotee”.
“Los vestuarios de Boca tenían los roperos con un espacio atrás en el cual era muy difícil que alguien se pudiera meter, así que la meto en una bolsa negra y la tiro atrás. Termina el segundo tiempo, perdimos 2-1 y salgo rápido caminando. Pero no salgo rápido porque habíamos perdido, sino porque iba en la cabeza diciendo ‘la camiseta, la camiseta, la camiseta’. Espero que se bañen todos, quedo solo con el utilero Salvador. El tema es que el ropero era todo cerrado en las paredes y no tenía cómo entrar. Me tuvo que ayudar Salvador a hacerme calzo con el pie, ayudarme que no me vaya a caer, primero ver que estuviera, y con un palo engancharla. La encuadré junto con una foto que me saqué con él en ese partido y otra en la que me estamos cambiando la camiseta, ¡porque hay muchos perseguidos que dicen, ‘esa es trucha’!, entonces no, mirá”.
La de Messi también fue difícil
Si ya había obtenido la de Diego, le faltaba la del otro mounstro al que enfrentó: Lionel Messi. Esta vez, Abreu estaba más grande, tenía un nombre ganado, pero igual pidió el cambio,. Pero este se dio recién al finalizar el partido.
“La que más me costó, porque la querían todos, era la de Messi de la Selección. Le habíamos ganado y los habíamos eliminado de la Copa América en Argentina (en 2011) y yo dije ‘por más que hay una cierta afinidad, es difícil que me la mande’. Pero ahí es cuando uno se saca el sombrero con ese tipo de personas y de futbolistas. Estaría terriblemente enojado, triste, amargado, aparte él soñaba con ganar ese título en su país, pero tuvo la delicadeza de mandar la camiseta con Bilardo y yo mandarle de Uruguay”.
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