Recuerdo mi primera noche en el Calderón, mi primero de 300 días que viví en Madrid. Fue hace más de cuatro años, pero lo recuerdo como si fuera ayer. Jugaba el Atlético contra el Benfica en mi primer partido de Champions. La emoción corría por mi cuerpo. Iba a ver a Griezmann, Oblak, Fernando Torres y muchos otros, pero (sobre todo) me tocaba mirar fútbol de primer mundo y escuchar ese himno, que nos emociona a todos de tan solo de oírlo en la TV.
Previo al partido, yo ya era feliz. Camisetas rojiblancas en el pecho de miles de hinchas que bebían cerveza en bares cercanos al estadio, cantaban canciones del Atlético a todo pulmón y sacaban sonrisas a sus hijos con recuerdos para su posteridad. Allá todo es seguro y ordenado; acá tenemos que imitar lo bueno de allá. En el Calderón, solo hay (había) paz, entretenimiento y fútbol. Niños, adultos y mayores, todos unidos por el bien del Atlético, salen de sus casas para pasar una experiencia, más que las ganas de ver una noche de 22 pateando una pelota.
Lo mismo pasa en el campo de juego. El Atlético perdió esa vez, pero sus seguidores aplauden hasta un saque de banda en el 88. No dejan de cantar, no dejan de aplaudir y no dejan de seguir adelante (fiel al mensaje de Simeone) para encaminar el rumbo de los jugadores del ‘Cholo’ con sus cánticos. Esa experiencia fue la que me llevé a mi casa para declararme hincha del Atlético. Esa misma que hasta ahora me hace escuchar ‘Motivos de un Sentimiento’ de Joaquín Sabina.
Atlético Madrid-Barcelona
Pero vamos a los hechos. Cuartos de final de Champions. Partido de vuelta. Atlético había conseguido un gol en la ida frente al equipo de Messi, Neymar y Luis Suárez., probablemente el mejor tridente en la historia del fútbol mundial. Y ahí raspando el pase a las semifinales, con un estadio que volaba en número de decibeles, el ‘Cholo’ alineaba con Oblak; Juanfran, Godín, Theo Hernández, Filipe Luis; Augusto Fernández, Gabi, Koke; Yannick Carrasco y Antoine Griezmann.
El partido siguió su curso: Barcelona tenía el balón, Atlético contragolpeaba. Es difícil seguirle el ritmo de juego a ese tridente, que por si fuera poco también sumaba a Busquets, Rakitic, Iniesta y Dani Alves como Jordi Alba, como laterales. Equipazo. Por ello, el papel del público siempre es importante, es vital unir a la plantilla con los miles de fanáticos en un solo corazón ante el rival. Así lo mira un hincha del Atlético, que en los últimos años ha subido al escalón que merece.
El partido lo ganó finalmente el Atlético con doblete de ‘Grizz’: primero un cabezazo tras un centro con la izquierda de Koke y el segundo de penal, tras una mano previa de Iniesta en el área. Pero el partido de mi vida se resume a eso, a motivos de un sentimiento que no se pueden explicar. Porque “para entender lo que pasa, hay que llorado dentro del Calderón, que es mi casa”.
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