Un ambiente de fiesta total se apoderó del icónico Obelisco de Buenos Aires este sábado por la noche tras la consagración de Argentina en la Copa América. Hinchas se reunieron en el usual epicentro de celebraciones de los argentinos.
El monumento no registraba aglomeraciones desde noviembre de 2020, cuando falleció Diego Armando Maradona.
Al mismo tiempo, cientos de vehículos se volcaron a la avenida 9 de Julio, en dirección al centro porteño, entre bocinazos de festejo.
Las escenas de muchedumbres con banderas, abrazos y gritos de euforia se repetían en las principales ciudades del país, incluida Rosario, la cuna de Messi.
Llanto, la mirada al cielo y un grito desaforado de festejo ahogado durante 28 años fue la postal repetida la noche de este sábado en todos los rincones de Argentina, cuya selección se adueñó de la Copa América 2021 tras ganarle a Brasil 1-0.
Cuando el árbitro uruguayo Esteban Ostojich pitó el final del partido entre la albiceleste y su rival de todas las horas, y Lionel Messi se dejó caer de rodillas en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro, millones de compatriotas quedaron tan abrumados por la emoción como él.
La selección argentina obtuvo su primer título desde 1993, pero incluso para los fanáticos más viscerales había un motivo reforzado para festejar: Messi, considerado por muchos el mejor jugador del mundo y tal vez de la historia, dueño de una zurda mágica y una habilidad arrolladora, al fin lograba ganar una Copa con la casaca de su país.
“¡Por fin, por fin!”, gritó con un hilo de voz el comentarista argentino Juan Pablo Varsky en una transmisión televisiva, mientras en Buenos Aires miles olvidaron las restricciones del covid para salir a la calle y unirse entre gritos y abrazos.