Hace una semana, Estados Unidos solo tenía 40 minutos en esta Copa América y parecía que el telón iba a caer prematuramente para ellos. Colombia le ganaba 2 a 0 con dos goles de pelota parada y lo desnudaba como un equipo vulnerable y, lo que es peor, sin el espíritu de antaño para sobrevivir ante la adversidad.
Sin embargo, luego de pasarle factura y cuatro goles a Costa Rica, anoche venció a Paraguay 1-0 y tras la sorpresiva derrota de Colombia en la fecha final, quedó en la cima del grupo A, a la espera de su rival en cuartos de final. No es que el equipo de Jurgen Klinsmann haya despejado todas las dudas del debut, pero si bien las victorias no hacen a la felicidad por sí solas, igual que el dinero, sí que calman los nervios.
El 1-0 sobre Paraguay se construyó ladrillo por ladrillo en el primer tiempo y se defendió con uñas y dientes en el segundo. A diferencia del debut, esta vez la columna vertebral del equipo —la línea de tres volantes conformada por Bradley, Jones y Bedoya— se convirtió en protagonista. El secreto de su buena actuación se basó en el traslado eficiente y el repliegue rápido cuando el equipo de Ramón Díaz decidía contraatacar. En ese espacio vital, la buena actuación de Michael Bradley —motor y aduana de los norteamericanos— fue decisiva.
A pesar de que solo le bastaba un empate para clasificar a cuartos, Klinsmann plantó el equipo como lo había hecho con Costa Rica. Un 4-3-3 agresivo en ataque que se acomodaba a 4-4-2 o 4-5-1 con constante presión cuando perdía el balón. En la primera instancia, destacó la labor por las puntas de Bobby Wood y Gyasi Zardes —tan recostados sobre las bandas que en otros tiempos les hubieran llamado punteros. Era lo que el partido pedía ante la marca personal de Gustavo Gómez sobre Clint Dempsey que había ordenado el "Pelado" Díaz.
Precisamente de un pase acertado de Bradley hacia la punta izquierda de Zardes que encontró a Paraguay a contrapié nació el único tanto del encuentro. El desborde del hombre del L.A. Galaxy dejó desairado al veterano Da Silva y el centro hacia atrás fue conectado por Dempsey para batir a Villar y poner adelante a Estados Unidos con justicia. Hasta ese entonces, Paraguay también había tenido oportunidades de gol, como cuando el defensa John Brooks quedó solo frente a tres guaraníes y milagrosamente le arrebató la pelota al talentoso Miguel Almirón en el último suspiro. Pero en general, el joven jugador de Lanús no tuvo espacios ni tranquilidad para poder echarse el equipo al hombro como lo había hecho frente a Colombia en la segunda fecha.
En el segundo tiempo, las cosas cambiaron cuando el lateral derecho de Estados Unidos Deandre Yedlin fue expulsado tras recibir dos amarillas en un minuto. Faltaban casi 40 minutos y la acción irresponsable de Yedlin denotaba que el equipo anfitrión sigue siendo inexperto en muchos aspectos y víctima de su propio exceso de entusiasmo. Klinsmann sacó a Dempsey y planteó un 4-4-1 que dejó a Wood como solitario y sacrificado delantero. Díaz puso a Jorge Benítez e Iturbe intentando abrir el partido por los laterales y eso le dio más espacios a Almirón y su zurda. Pero la mayor parte de los ataques del conjunto guaraní naufragaban al llegar al área y convertían a Brooks en figura excluyente en la zaga norteamericana. El pitazo final encontró a Estados Unidos atrincherado y a Paraguay tirando centros estériles o rematando sin suerte desde fuera del área.
Estados Unidos pasa a cuartos de final sacudiéndose de los nervios del debut y la presión del anfitrión, pero con tareas pendientes en el terreno de la concentración. Colombia aprovechó esas carencias en el debut y anoche la inocentada de Yedlin pudo haberle costado caro.
Paraguay por otro lado, se despide del torneo sin triunfos pero con la tranquilidad de saber que va encontrando nuevas figuras como Almirón, Víctor Ayala, Óscar Romero, Gómez y otros que han demostrado serán de gran utilidad para Ramón Díaz en la eliminatoria. En la Copa América pasada Paraguay tenía el plantel con mayor promedio de edad y hoy está entre los más bajos.
En ese sentido, y al haber mostrado algunos pasajes de buen juego —especialmente en el segundo tiempo contra Colombia— el equipo guaraní no se va de Estados Unidos con las manos totalmente vacías. Contrario a lo que muchas veces se piensa, no solo de resultados se vive en el fútbol.
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