En Argentina normalmente eres católico, judío o maradoniano. Y es que el ‘diez’, más allá de colores particulares, desata pasiones allá donde vaya. Teniendo historia en Argentinos Jrs y Boca Juniors, el mejor jugador de la historia del fútbol para muchos también es amado por las hinchadas rivales. Hoy, como entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata, no se cansa de recibir el cariño de todos los hinchas de la Superliga.
Pero en estas horas vivirá un caso particular. Además de seguir jugándose cada fecha como una final contra el descenso, en el ‘Pelusa’ puede influir su corazón ‘xeneize’ para salir con todo ante River Plate. El martes, el ‘millonario’ jugará la primera semifinal de la Copa Libertadores frente a su clásico rival, pero antes debe poner el pecho ante un personaje que, en un momento dado, les rompió el corazón.
Allá por 1981, la ilusión se apoderó de los hinchas riverplatenses. Cuando Diego brillaba en La Paternal, una puerta en el Monumental de Núñez se abrió. Sí, antes de llegar a La Bombonera, Maradona pudo ser una estrella del rival de toda la vida. La llave estaba en 10 millones de dólares, que los iban a pagar entre 1000 socios ($10 000 cada uno con el beneficio de tener una platea en la cancha por 20 años).
Pero las cosas se torcieron. Un día que el todavía futbolista de ‘El Bicho’ asistió al estadio ‘millonario’ para observar un torneo infantil, un grupo de dirigentes se dirigió a él de forma amenazante. “No vuelvo más”, respondió el ‘diez’ sin reproches y decidido a no ponerse la camiseta de River Plate en los meses siguientes.
“Tenía la ilusión de ir, pero Aragón Cabrera (el presidente por aquel entonces) derrumbó todo”, diría Maradona más adelante, después de que los intereses económicos de las partes caminen por lugares diferentes. Al final, Diego Armando terminaría llegando a La Boca, antes de empezar su travesía por tierras europeas.
Historia con el ‘Muñeco’
Desde el banco se enfrentarán por primera vez, pero con Maradona como entrenador y Gallardo como jugador ya se vieron las caras. Antes de acabar su carrera, el Diego dirigió al Deportivo Mandiyú (1994) y el destino lo quiso poner nuevamente en el estadio Monumental para enfrentar al River de Enzo Francescoli y del ‘Muñeco’, quien empezaba a crear su historia con la camiseta de la franja roja.
Cuando el cuadro de Corrientes ganaba 2-0 y sorprendía al ‘Millo’, apareció el ‘Principe’ uruguayo para poner el descuento y generar ilusión en su gente. El resto de la tarea, para quitarle el desahogo de la garganta al ídolo que estaba en la banca de suplentes del rival, lo hizo el mediocampista que ahora es entrenador.
Marcelo Gallardo, con un disparo de larga distancia, ponía el 2-2 y le aguaba la fiesta a Maradona. Ahora, después de haber perdido ante Vélez en Núñez, el ‘Muñeco’ no quiere que el ‘diez’ se la pague de vuelta e ilusione a todos los hinchas ‘xeneizes’ de que si él pudo, ellos también podrán, pero a nivel internacional (después de perder la final del 2018).
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