El Real Madrid se proclamó el domingo campeón de Liga tras cinco años, pero, ¿cuáles son las joyas que les han llevado a lograrlo?, ¿cuáles son los jugadores clave que han conseguido ganar el torneo de la regularidad? Las repasamos:
Real Madrid o Barcelona: ¿cuál de los dos tiene más títulos a lo largo de la historia?
Cristiano Ronaldo. El portugués ha descansado más que nunca y eso se ha notado en el final de curso. Aunque no haya sido su temporada más goleadora, ni mucho menos, ha marcado cuando lo ha tenido que hacer y ha sido productivo en cuanto a puntos se refiere para su equipo. Incluso hubo dudas sobre su rendimiento. Cristiano no estaba a su nivel, no metía las que nunca fallaba y se le notaba falto de velocidad punta. Se estaba preparando, quería estar al 100% en la recta final y lo consiguió. Planificación inteligente.
Isco. El jugador de moda en las últimas fechas. Su fútbol de estilo callejero encandila a todos y ha convencido a Zidane de que debe ser una pieza clave en el esquema inicial. Las lesiones en la BBC han favorecido su aparición y las supo aprovechar. Por el pasa el fútbol y la magia en el ataque del Real Madrid. Rompe defensas con su anarquía ordenada y llevando el balón pegado al pie. Sus comienzos este curso no fueron buenos, pero lo ha revertido con trabajo y, por supuesto, con el talento innato que tiene.
Sergio Ramos. Sin sus goles en las postrimerías de los partidos, el Real Madrid no sería campeón, pero tiene mucho más. Un capitán de verdad, de los que contagia su espíritu a todos los compañeros. Es el primero que se va arriba cuando el partido lo requiere, y el primero que provoca temblor a los rivales en los saques de esquina. Respeto y admiración a partes iguales. Los goles en los últimos instantes lo hacen único.
Marcelo y Carvajal. Dos de los mejores laterales del planeta. Son claves para el buen funcionamiento ofensivo del Real Madrid. Marcelo, más volante que lateral muchas veces, rompe por el medio y eso dinamita los esquemas defensivos rivales. Carvajal, tira de línea de banda para apoyar y llegar a línea de fondo. Los centros de ambos son letales.
Nacho. La gran aparición del curso. Siempre cumple, hace casi todo bien. De ser cuarto central a segundo por las lesiones de Pepe y Varane, incluso lateral. Ha aprovechado la oportunidad en la temporada que más partidos ha disputado. El Bernabéu le adora. Madridista de cuna, no de adopción. Sabe su rol y está encantado de formar parte de esto. Ejemplo para muchos.
Casemiro. El ancla del barco. Sujeta los desequilibrios defensivos cuando juega la BBC. Más protegido con el 4-4-2, más desguarnecido con el 4-3-3. En ocasiones se excede, pero va dentro de su juego. El no tener otro como él, hace que en ocasiones llegue forzado a las acciones, lo que provoca ese exceso. Sin embargo, por unas cosas o por otras, todavía no ha sido expulsado.
Kroos. El mediocentro silencioso. Balón al pie y al espacio, milimétrico. Cada vez que la pelota sale de sus botas, va con la dirección y la fuerza exactas hacia su destino. Sus llegadas a la frontal del área son mayores desde la inclusión de Casemiro detrás suyo. Proyección ofensiva y gol suman a las labores de organización.
Asensio. Apareció en el momento clave, saliendo desde la banca y fulminando a todos con la manera de correr con el balón. Imparable en el uno contra uno y con olfato de gol. Un crack del futuro que se destapó esta temporada. Zurda prodigiosa.
Lucas Vázquez. Sus salidas a la cancha provocan efervescencia en el Santiago Bernabéu. Aporta algo diferente. Ritmo endiablado como el correcaminos, tanto en ataque como en defensa. La gente lo nota y se contagia de su agitación, al igual que todo el equipo. Clave en la segunda unidad blanca.
Morata. Puntal sin reconocimiento de la unidad B del Real Madrid. Sin tener clara su continuidad, sin los minutos que merece y sin jugadas para la historia, pero con una efectividad como la de los mejores delanteros del mundo. Cuando sale, marca y eso no se encuentra todos los días. Un gol cada 88 minutos en Liga y uno cada 55 minutos en Champions le avalan. Benzema está por delante de él, muchas veces incomprensiblemente, pero cuando le ha dado descanso, lo ha aprovechado. Hattrick en Leganés, el gol que inició la remontada en Gijón, etc. Lleva un gol más que Karim en la temporada, cuatro más en la Liga.
¿Luka Modric? Obviamente todos han sido importantes y más en el plan de rotaciones que ha ejecutado Zidane a lo largo de la campaña. A Luka Modric lo tenemos que meter en esta lista, aunque no ha tenido su mejor año. Decir esto del croata es muy difícil, porque es un genio, pero su intermitencia en las genialidades nos ha llevado a mencionarle en capítulo aparte.
Le ha faltado cierta continuidad en esa luz a la que nos tiene acostumbrados. Partidos muy buenos, otros con menos protagonismo. Aún así, pieza clave y sin la cual el Madrid no tejería igual su fútbol ofensivo, por eso entra en la lista.
El papel de Zidane. A todo esto, hay que añadir el papel fundamental que juega Zidane dirigiendo a este tipo de jugadores. Estrellas con mucho ego, que aceptan sin discusión (más allá de algún enfado momentáneo) las decisiones del míster. Y es que Zidane ha conseguido que reine un ambiente fenomenal en el vestuario y ha hecho a todos partícipes de los logros. Minutos repartidos, importancia para todos y un manejo de la personalidad de cada uno al alcance de muy pocos. Zizou maneja a la persona, no tanto la táctica, le gusta eso. Esa es la gran virtud de Zinedine Zidane.
Desde España
Juan Lorenzana (@juanlp91)