Manchester City y Liverpool protagonizan un espectáculo. Dos de los mejores entrenadores del mundo mandan al campo a sus millonarios equipos con el fiel objetivo de sumar en la Premier League y apoderarse del liderato, ante un posible traspié del Manchester United.
A pesar de jugar en el Etihad Stadium, Liverpool fue quien se hizo con la posesión del balón. Sin embargo, el fútbol solo vale con goles, y eso fue lo que consiguió Sergio Agüero.
Cuando menos se esperaba el gol del Manchester City, Kevin de Bruyne realizó una genialidad. Como en el entrenamiento, donde te exigen parar el balón y pasar, el belga controló el esférico de una manera precisa y se la sirvió al argentino.
Agüero, quien sabe jugar con los defensores rivales, no cayó en el fuera de juego. El argentino le ganó la posición a Lovren, y luego dejó en el camino a Mignolet, quien quiso salir a robarle el esférico.