Ruben Jongkind asumió en 2010 como Director de Desarrollo del Talento en Ajax –a pedido explícito del histórico Johan Cruyff–, con el objetivo de resucitar una de las divisiones menores más emblemáticas de la historia del fútbol. La nueva consigna era directa y concisa: potenciar las canteras a partir del desarrollo de las cualidades físicas, técnicas y tácticas de cada jugador, dejando de lado ese enfoque grupal que tan poco éxito venía dando.
Durante su paso por De Toekomst (cantera del Ajax), Ruben coincidió con jugadores con mucho talento, como Christian Eriksen, Toby Alderweireld y Daley Blind, quienes llevan años destacando en el fútbol internacional de élite, pero ninguno como Matthijs de Ligt. Este último era la 'joya' defensiva más grande de las menores. Todos en Ámsterdam sabían lo que tenían en las manos y, de paso, Jongkind conocía cómo explotar el talento de un chico por entonces aún grueso y tosco en sus movimientos.
"Tuvimos peleas con varios técnicos. Ellos querían hacerlo jugar como defensa central y nosotros queríamos que juegue de mediocampista, porque le hacía falta mejorar su velocidad y toma de decisiones. Para ellos era mejor como central, y lo sabíamos, pero recién después se convertirá en el titular del primer equipo. Ahí necesitará estas cualidades. Hacerlo jugar de mediocampista es lo mejor que podemos hacer", contó Ruben a SkySports en 2018.
Había quedado claro: pese a su corta edad, las condiciones defensivas de De Ligt eran excelentes. Aspectos que los centrales suelen perfeccionar con el pasar del tiempo –caso de posicionamiento, coberturas y timing, entre otros– necesitaban muy poco que pulir. Esto, también, en gran parte porque él nunca se conformó y hasta acudió a Barry Hulshoff, tricampeón europeo entre 1971 y 1973 con Ajax, para afinar sus cualidades defensivas.
De todas formas, el resto era el problema. Por eso, en 2014 y por un año entero, situarlo en el mediocampo era la mejor solución. Jongkind se había salido con la suya. La idea de juego del Ajax obligaba al joven holandés a desarrollar aún más su juego y convertirse en un jugador completo, moderno. El fútbol de estos tiempos le exige a un central no solo defender, sino generar y atacar. Existirán, exagerando quizás, un puñado y algo más de centrales en el mundo que lo han logrado. Y uno de ellos ha sido Matthijs de Ligt.
Hoy, tras años 13 años de perfeccionismo en la fábrica de talentos llamada Ajax, el central holandés ha pasado a ser el nuevo jugador de la Juventus. ¿La cifra del traspaso? 85,5 millones de euros, convirtiéndolo en el central más caro de la historia y el tercer fichaje más costoso de la ‘Vecchia Signora’, solo por detrás de Cristiano Ronaldo y Gonzalo Higuaín. Ese monto, por un defensa de 19 años, no es en vano.
4 claves que pueden consolidar a De Ligt como… ¿el mejor central del mundo?
Mentalidad
Matthijs no es conformista, y lo ha demostrado a lo largo de su formación. Cuando tuvo que mejorar sus movimientos y agilidad, por ejemplo, buscó a Bram Son, campeón europeo de los 800m planos, para que lo entrene dos veces por semana. En mentalidad y predisposición para el trabajo, pocos lo podrán superar.
De hecho, sus compañeros son conscientes del esfuerzo diario del joven y eso explica el respeto que generaba dentro del camarín del Ajax. Figura y líder dentro y fuera del campo, el joven holandés tiene todo para convertirse en símbolo en la Juventus. Buffon y Chiellini, dos pesos pesados del club, también contribuirán a formarlo en ese aspecto.
Recambio generacional
Pese a estar a poco de cumplir 35 años, Giorgio Chiellini aún mantiene un gran nivel y reafirma, temporada tras temporada, su condición de referente bianconero. Pero no será así para siempre y los dirigentes del club italiano lo reconocen, especialmente tras el retiro de otro histórico defensa como Andrea Barzagli.
La ‘Juve’ lo intentó con Daniele Rugani, quien asomaba como una de las grandes promesas del fútbol ‘tano’ y, con 24 años, sigue sin consolidarse en el primer equipo. El recambio generacional ya empezó en Turín y De Ligt será el abanderado de una nueva camada de centrales.
Maurizio Sarri
La idea de juego del italiano Maurizio Sarri es de público conocimiento. El técnico irrumpió en la escena europea cuando dirigió al Empoli en la temporada 2014/15, y en Napoli y Chelsea mostró estar a la altura de grandes retos, siempre bajo una misma idea. ¿Cuál? El juego de posición, ese que caracterizó a los holandeses Rinus Michels, Johan Cruyff y Louis Van Gaal.
Para él y su 4-3-3, es indispensable que sus centrales sean dúctiles con el balón, que puedan salir jugando y que sepan conducir hacia al frente cuando la situación lo requiera. De Ligt ya venía de poner ese conocimiento táctico en práctica en Ajax y no tendrá problema alguno repitiéndolo con Sarri. De hecho, calzaría perfecto y el estratega podría potenciar aún más sus condiciones.
Su año jugando de mediocampista le terminó sirviendo, y mucho. Con un 90% de precisión de pases en la Eredivisie, salir jugando no será un inconveniente para Matthijs de Ligt ni para Maurizio Sarri. El joven holandés da confianza con la pelota y será una pieza clave para romper líneas y también quebrar la presión alta rival.
Incluso, el central también se aventura y distribuye, mismo interior, en campo contrario, liberando al habitual mediocentro (Lasse Schone en Ajax y posiblemente Miralem Pjanic en Juventus) hacia posiciones más adelantadas dentro del campo. Un 84% de pases acertados en cancha rival durante la Eredivisie pasada lo consolidan como un jugador más en fase ofensiva.
Juego aéreo
Un cabezazo, tanto en defensa como en ataque, te puede cambiar el rumbo de un partido por completo, y Matthijs, con su 1.90m de altura, da la sensación de peligro inminente en ambas áreas. El juego aéreo es y ha sido su fuerte desde las menores en Ajax y sus números en la temporada 2018/19 demuestran su incidencia en el juego.
De los 200 duelos aéreos que disputó en la liga holandesa, el nuevo central de la ‘Juve’ ganó 130 y perdió 70. En la UEFA Nations League, su promedio fue aún mejor: triunfó en 13 y cayó en solo 4. A nivel de clubes, desde 2016 –año en el que debutó con los de Ámsterdam– De Ligt ha convertido de cabeza 9 de sus 12 goles. Es, efectivamente, un monstruo.
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