Escándalo en la prórroga. Probablemente, hasta entonces, ningún repechaje había estado envuelto en tanta polémica. Y no era para menos, pues una campeona del mundo estuvo contra las cuerdas durante más de 90 minutos y ante los ojos de todos, tal vez, mereció quedarse sin Mundial. Sin embargo, una mano tan milagrosa como escandalosa, y de nada menos que de la figura de los galos Thierry Henry, terminó por llevar a Francia a Sudáfrica 2010.
El equipo dirigido entonces por Raymond Domenech se midió con Irlanda por el pase a la Copa del Mundo. En la ida, Francia logró llevarse una mínima ventaja en Dublín, gracias al gol de Nicolas Anelka, que pareció cerrar la llave y la clasificación para los galos.
Pero todo se derrumbó dentro del Estadio de Francia de Saint-Denis, cuando Robbie Keane marcó el 1-0 para los irlandeses al minuto 33. Desde entonces, el encuentro se convirtió en un ataque constante de los franceses y una resistencia casi conmovedora por parte de los de Giovanni Trapattoni, que lograron forzar los tiempos extras.
Que Francia se quede sin Mundial parecía tan real como las opciones casi nulas de Henry, Anelka y compañía por lograr el empate.
Cuando peor estaban los galos, apareció la figura de Henry para controlar dentro del área un balón con la mano y darle a Gallas una asistencia definitiva. El fútbol, una vez más, volvió a saltar al vacío. De nada sirvieron las protestas irlandesas ante tamaña mano. Francia evitó los desmanes en casa y tomó el último tren hacia Sudáfrica.
Fue tan polémica y obvia la mano de 'Titi', que luego ya del partido y con Francia en el Mundial, el delantero pidió disculpas a través de su cuenta Twitter: "No soy el árbitro... pero si he herido a alguien lo siento mucho", escribió el galo.