Juan Eduardo Hohberg estuvo clínicamente muerto durante un partido del Mundial de 1954.
Juan Eduardo Hohberg estuvo clínicamente muerto durante un partido del Mundial de 1954.

Al primer tiempo del partido de la Eurocopa 2020, entre Dinamarca y Finlandia, le queda solo tres minutos. Repentinamente, cae sobre el terreno de juego mientras intenta coger un pase. Se paralizan las acciones y el árbitro, con desespero, llama a los médicos. El hombre del Inter de Milán ha sufrido un paro cardiaco. , pero el inmediato trabajo de los galenos termina salvándolo para alivio de los hinchas que rezaban por su vida en las gradas del Parken de Copenhague. Con la ‘10′ en la espalda, el danés gambeteó a la muerte y acabó siendo atendido en un hospital.

El exvolante del Tottenham obró el mismo milagro que Juan Eduardo Hohberg, exfutbolista de la y abuelo de , que en pleno partido del Mundial de 1954 sufrió un infarto, se le declaró clínicamente muerto por algunos instantes y volvió a la vida para completar los 90 minutos.

El rival era y en la Copa del Mundo de Suiza, la Celeste se jugaba el pase a la final. Hohberg, por aquel entonces delantero de Peñarol, era una de las figuras de la selección charrúa junto a los reconocidos Obdulio Varela y Juan Alberto Schiaffino. La tarde del 30 de junio, los sudamericanos salían con el ánimo a tope por la clasificación.

Lamentablemente para los intereses de Juan Hohberg y sus compañeros, Hungría, que a ese partido llegaba con la baja del mítico Ferenc Puskas, empezó ganando gracias a los goles de Zoltán Czibor y Nándor Hidegkuti. A falta de 15 minutos para el final del choque, en el estadio La Pontaise de Lausana, todo era cuesta arriba para la Celeste.

Recordando la primera línea de su Himno Nacional (“Orientales, La Patria o la tumba…”), Uruguay nunca bajó los brazos y a los 75 minutos encontró la recompensa. Con un buen pase, Schiaffino dejó a Hohberg solo en el área para marcar el descuento. La prórroga ya no era cosa inalcanzable y con esa capacidad para reponerse a las adversidades, los charrúas llegaron al 2-2.

Juan Hoghberg fue protagonista de partido entre Uruguay y Hungría.
Juan Hoghberg fue protagonista de partido entre Uruguay y Hungría.

Casi 40 mil personas en el estadio de Lausana vieron que, a falta de cuatro minutos para el pitazo final, la fórmula del primer gol se repitió. Schiaffino habilitó a Hohberg. El entonces delantero de 24 años encaró al portero, sacó una gambeta de la chistera, mandó el balón al fondo de las redes y forzó la prórroga para definir al finalista del Mundial 1954.

Según crónicas de la época, los Orientales celebraron eufóricamente el gol del empate ante Hungría. Rodearon a Hoghberg, lo abrazaron y juraron marcar uno más para proclamarse finalistas. La alegría era inmensa, tan inmensa que el corazón del delantero uruguayo no pudo soportarlo. Se desplomó mientras sus compañeros volvían al centro del campo para la reanudación.

Como con Eriksen en el Parken Stadion, la ayuda no tardó en llegar. Carlos Abate, el kinesiólogo de la selección, se jugó la carrera para salvar a un Hoghberg que yacía muerto en la cancha. Masajes en el pecho, respiración boca a boca y una dosis de coramina. Todo valía para resucitar al goleador que minutos antes prolongaba la vida de Uruguay en la Copa del Mundo.

¡Resucitó! Hohberg reacciona gracias a las técnicas de reanimación, pero su mirada está perdida en el infinito. No termina de darse cuenta de lo que ha pasado. Uruguay ya ha agotado los cambios, el ‘Verdugo’ lo sabe y decide seguir jugando. Si un infarto no lo ha vencido, tiene que haber pensado, menos lo va a hacer un grupo de húngaros.

Juan Eduardo Hohberg cae fulminado tras marcarle a Hungría.
Juan Eduardo Hohberg cae fulminado tras marcarle a Hungría.

Según los médicos fueron exactamente 15 segundos los que Juan Hohberg estuvo muerto. Increíblemente, tuvo el físico para volver a jugar, pero ni las ganas de seguir viviendo ni la garra charrúa ayudaron a alcanzar la final. En el tiempo suplementario, Hungría terminó imponiéndose por 4-2 con goles de Sándor Kocsis.

Hoghberg, el futbolista que marcó dos goles, murió, resucitó y volvió a jugar, todo en 90 minutos, no quiso quedarse con el mal recuerdo de la eliminación de Uruguay solo cuatro años después del ‘Maracanazo’ de 1950 ante Brasil. El abuelo de Alejandro fue titular en el partido por el tercer puesto ante Austria, pero las cosas no salieron como las deseó.

En el estadio Hardturm de Zúrich, ante 35.000 espectadores, Austria le ganó por 3-1 a Uruguay, cuyo único gol fue precisamente obra de Juan Eduardo Hohberg. El destino no quiso que el ‘Verdugo’ entre al podio con sus compañeros, pero sí le regaló más tiempo de vida. Más no podía pedir.


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