Minuto 27 de la final del Mundial de Sudáfrica 2010. Sobre el campo ha caído Xabi Alonso tras una criminal patada del holandés De Jong. Se retuerce de dolor, pide que no lo toquen, se toca el pecho y aún siente las huellas de los botines de su rival. Metros más allá, el árbitro Howard Webb se dispone a sacar una tarjeta.
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Los españoles y muchos que entienden de fútbol suponen que será una expulsión. Sin embargo, el inglés salva a De Jong. ¡Insólito! Una patada tan descalificadora como esa se ha quedado sin un castigo acorde a la proporción de la falta.
Han pasado seis años de ese episodio que marcó la final del Mundial 2010 y por primera vez Howard Webb se pronunció al respecto en su libro 'El Hombre en el Medio', que 'The Times' está publicando por entregas.
"Xabi Alonso cabeceó un balón hacia David Villa y en ese momento De Jong chocó contra él. En ese momento, yo estaba justo detrás de Alonso, a diez yardas, por lo que no vi el punto exacto de impacto", explica Webb.
"Yo sabía que había sido una entrada a destiempo, contundente y merecedora de sanción. Ninguno de mis ayudantes me dijo nada por lo que mostré una amarilla por aquello que vi con mis ojos. Con la mano en el corazón, nunca se me pasó por la cabeza que era roja. Estaba convencido de que era tarjeta amarilla".
Como para cerrar el tema, Howard Webb explicó lo tormentoso que fue el momento posterior a esa amarilla. "No fue hasta el medio tiempo cuando me di cuenta de que a entrada de De Jong podía haber sido roja. Me sentí muy fastidiado. Creí que había fallado en una final de un Mundial. ¡Qué puta pesadilla!".
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