“Quiero arbitrar en Primera por mis competencias, no por ser mujer”, le dijo hace unos meses al diario francés L’Equipe. Después de haber dirigido la final de la Copa del Mundo Femenina el último 7 de julio entre Estados Unidos y Holanda, ahora Stephanie Frappart tendrá la oportunidad de oro en el deporte masculino siendo el árbitro principal del encuentro entre Liverpool y Chelsea por la Supercopa de Europa.
Con 35 años, la francesa quedará en los libros de historia como la primera referí femenina en dirigir una final masculina de competiciones UEFA, pero el objetivo ha sido conseguido por un trabajo lleno de pasión y sacrifico. Y es que fue con 13 años que una pequeña niña que jugaba al fútbol en el Pierralaye se dio cuenta que las tarjetas y el silbato podía interesarle un poco más.
De esa manera se inscribió a clases de arbitraje para “conocer mejor las reglas” y, seis años después, dejó de lado los botines y los balones para concentrarse plenamente en impartir justicia. Fue en ese momento que encaminó una carrera que, poco a poco, empezó a dar sus frutos a pesar de las injustas dificultades que tienen como razón al sexo femenino.
Por eso, reconociendo que su figura puede abrirles las puertas a muchas chicas que sueñan con tener la misma importancia que Antoine Griezmann o Kylian Mbappe, Frappart no se atemoriza ante las circunstancias. “Uno de mis objetivos es suscitar vocaciones para que las mujeres empiecen a arbitrar”, señaló en su país.
De salto en salto
Aunque el primer hito en Francia lo marcó otra mujer –de nombre Nelly Viennot– en 1996 cuando se convirtió en la primera árbitro asistente del fútbol profesional francés, Stephanie sabe que tiene todo para mantenerse en la élite por muchos años más y el apoyo de Aleksander Čeferin, presidente de la UEFA, es muy importante para ello.
“Como organización, damos la máxima importancia al desarrollo del fútbol femenino en todos los ámbitos. Espero que la habilidad y la devoción que Stéphanie ha demostrado a lo largo de su carrera para alcanzar este nivel sirva para inspiración a millones de niñas y mujeres de toda Europa y les demuestre que no debería haber barreras para alcanzar el sueño que cada uno tiene”, dijo el reemplazante de Gianni Infantino en el máximo cargo de la organización europea.
Pero antes de viajar por el ‘Viejo Continente’, Frappart dio pasos agigantados en el fútbol de su país y el primero se dio en el 2014. Fue en ese año cuando la juez empezó a ser tomada en cuenta por la FFF al ser asignada para impartir justicia en la Ligue 2 (segunda división de su país) y aunque haya tenido algunos problemas con entrenadores (David Le Frapper, de Valenciennes, tuvo comentarios sexistas contra ella), nada le impidió seguir soñando.
En la última temporada (2018/19) ya se dio cuenta que lo suyo era una realidad. Por primera vez iba a estar encargada de dirigir un partido de la Ligue 1 y lo hizo de la mejor manera posible. Fue el 28 de abril cuando el torneo la presentó como encargada del Amiens-Estrasburgo que terminó con un 0-0 en el marcador, pero una sonrisa en su rostro.
Después de dirigir en la Supercopa de Europa, Stephanie Frappart no parará. Ya le dijeron que será parte de la nómina de árbitros para la temporada 2019/20 en la Ligue 1 y ahora solo queda demostrar que el estado físico no es una limitación. “Las exigencias deben ser las mismas, los futbolistas no van a correr menos esperando a una árbitro mujer”, aseguró.
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