Por Eduardo Zani Infografía: Marcelo Hidalgo Los domingos, desde 1998 hasta 2002, mi hermano y yo nos quedábamos en la casa de mi abuela. Teníamos derecho a ver dos horas de televisión y él utilizaba ese tiempo para ver a Alianza Lima. Yo me molestaba, a mis 5 años quería ver otra cosa, pero mi hermano era mayor. Tenía la autoridad en ese diminuto cuarto y su decisión jamás sucumbió. Alianza Lima fue dueña de nuestros domingos. Mi hermano se enamoró de Alianza Lima en los años donde el fútbol peruano era liderado por Universitario de Deportes tricampeón y Sporting Cristal finalista de la Copa Libertadores. Lo pongo de ejemplo porque él es el calco de un verdadero e inusual hincha blanquiazul.
La fundación de Alianza Lima: una unión más allá del fútbol Antes de todo, debemos derribar el mito que dice que Alianza Lima era un equipo de negros que vivían en La Victoria. Gerardo Álvarez (1) afirma que “los fundadores de Alianza Lima eran jóvenes de clase media de dos grupos: familias de profesionales y comerciantes italianos y chinos. Eran inmigrantes de segunda generación”.
En otras palabras, esos hijos de extranjeros fueron los hacedores de la fundación blanquiazul. Los más influyentes fueron los hermanos Pedreschi, hijos de campesinos que llegaron de Italia al Perú en 1874 (2). Es por eso el color verde de la primera camiseta de Alianza Lima responde a un homenaje al país 'tano'.
Alianza Lima es el equipo de La Victoria, pero se fundó en la calle Cotabambas, en la vía que une el Parque Universitario con la Alameda Grau. Se juntaban a jugar en un potrero al costado de un corral de caballos, el cual pertenecía al expresidente Augusto B. Leguía (3).
Alianza Lima se fundó en 1901, enfrentando al rechazo de la élite limeña. Ellos veían a los jugadores del club como irresponsables y ‘jareneros’, ya que sus trabajos estaban fuera de una centro laboral y no tenían horario fijo, por lo cual eran considerados ‘vagos’. Los futbolistas aliancistas empezaron a jugar el fútbol porque les divertía, más allá de perder o ganar.
Todos se juntaban en una cuadra (a lo que podemos llamar el barrio) para comer y tomar por varios días, sin importar que hubiese un partido el día siguiente. Su talento bastaba, y el tiempo que les sobraba era para trabajar. La unión de los jugadores de Alianza Lima iba más allá del fútbol, pues muchos de ellos carecían de presencia familiar. Martín Benavides (4) señala que “las relaciones íntimas permitían a muchos de los jugadores sustituir las ausencias familiares”.
La reinvención de Alianza Lima: cambio de nombre y mudanza al pueblo Entre 1918 hasta 1930, Alianza Lima pasó por una serie de situaciones que fortalecieron su identidad. La primera de todas fue el cambio definitivo de nombre. Sport Alianza quedaba a un lado para convertirse en Alianza Lima por pedido popular en 1925. Augusto B. Leguía, quien gobernó en el oncenio (1919-1930), fue un presidente que invirtió mucho en embellecer Lima con trabajos de construcción. Coincidentemente, la mayoría de los futbolistas aliancistas ejercían dicho oficio.
El presidente Leguía apoyó mucho al fortalecimiento de Alianza Lima no por un tema de hinchaje, sino porque en las prácticas de su gobierno tenía como uno de sus pilares la inclusión. Él buscaba llegar al pueblo, al sector popular, y qué mejor manera que con Alianza Lima, que dejó el barrio para mudarse al pueblo (5).
El primer partido en una cancha reglamentaria de Sport Alianza fue el 10 de abril de 1910, ganándole 2-0 a Sport Lima. Sí, después de nueve años de haberse fundado. Augusto B. Leguía, teniendo como intermediario a Foción Mariátegui, pariente de su esposa Julia Swayne, encaminó a Alianza Lima en los torneos de fútbol. Estos empezaron en 1912, contando con equipos de clase alta como el Circolo Sportivo y Lawn Tennis.
El primer clásico Si Alianza Lima no fue un equipo de negros, Universitario de Deportes tampoco era parte de la élite limeña. Al club merengue lo describía perfectamente su antiguo nombre: Federación Universitaria. Era un compendio de estudiantes de distintas universidades, quienes vieron el fútbol de otra forma
Alianza era jaranero, fiestero y divertidos; la 'U' era disciplinado, y veía el fútbol como una actividad extracurricular que debían practicarla con profesionalismo. Según Jaime Pulgar Vidal, la Federación Universitaria era el único equipo que se juntaba a entrenar durante la semana previa a un partido, lo cual despertó el agrado de la élite limeña. Alianza Lima y Universitario de Deportes se enfrentaron por primera vez el 23 de setiembre de 1928, en el conocido 'clásico de los bastonazos'. La 'U' ganó 1-0, pero unas semanas después, el ya equipo blanquiazul salió campeón del torneo ante su máximo rival.
Luego de una dura suspensión y rápido perdón en 1929, Alianza Lima terminó de meterse en el corazón del pueblo, y, así, culminó su identificación total en el fútbol peruano. El equipo de La Victoria es el más influyente en la cultura de nuestro balompié, y recibe sus 116 años como el más grande.
(1) Gerardo Álvarez, magíster de historia por El Colegio de México, en una explicación recogida del libro “El clásico, el inicio de una rivalidad” de Jaime Pulgar Vidal.
(2) Jaime Pulgar Vidal; p.83, 2014
(3) Algunas publicaciones afirman que el 'Stud Alianza' de Augusto B. Leguía nunca estuvo por ahí, y, además, que en 1901 ni existía.
(4) Martín Benavides es doctor en Sociología por la Universidad Estatal de Pennsylvania.
(5) Sin embargo, el apoyo de Leguía viene desde su primer gobierno, el cual culminó el 24 setiembre de 1912.
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