Alianza Lima tendrá que enfrentar a dos rivales este miércoles por la Copa Libertadores: a Fortaleza de Brasil, que tampoco ha sumado puntos en el grupo F y a la presión de 25 partidos consecutivos sin ganar en el máximo torneo internacional de clubes. El panorama pinta complicado para los blanquiazules, que se reforzaron con Cristian Benavente como fichaje del año, ya que la necesidad de acabar con la mala racha coloca encima de sus espaldas una mochila pesada que el actual plantel no ha podido quitársela en las dos primeras fechas (ambas derrotas).
¡𝐋𝐥𝐞𝐠ó 𝐥𝐚 𝐛𝐚𝐧𝐝𝐚!⚪️🔵
— Club Alianza Lima (@ClubALoficial) April 26, 2022
Ya estamos en Brasil. 🇧🇷
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El paso del tiempo y los malos resultados han ido acumulando el peso de una mochila que guarda en su interior 25 partidos sin victoria. La última vez que el ‘equipo del pueblo’ festejó a nivel internacional fue en 2012, cuando venció 1-0 a Nacional de Uruguay en la casa de la Selección Peruana. Y desde entonces, la alegría se apagó. La presión aumentó y hoy el equipo de Carlos Bustos debe lidiar con ese problema, cuya solución no puede aplazarse más.
“La presión de Alianza Lima es distinta a la de hace Carlos Stein, por ejemplo, porque ellos quieren llegar más lejos de lo que siempre se han llegado. Si un jugador no está preparado mentalmente para ello, la presión va a traer como consecuencia que el jugador no produzca (en el campo de juego). En Alianza, su mejor partido lo hizo contra la ‘U’ hace poco, porque es el clásico rival, pero contra equipos más chicos no responden adecuadamente”, expresó Julio César Peche, psicólogo deportivo y exmiembro del área de psicología del plantel blanquiazul en 2004.
Para el especialista, la presión viene desde el exterior hacia el interior. “Por ejemplo, las barras presionan tanto que los jugadores tienen que hacer lo que la barra está pidiendo. Muchas veces el deportista falla un disparo no porque tenga la intención de fallar, sino porque la presión misma hace que los músculos estén rígidos y no respondan al mandato cerebral”, agregó Peche al respecto.
¿Cómo se presenta la presión?
Leopoldo Caravedo, especialista en psicología, asegura que hay tres niveles de presentación de la presión en los futbolistas: el mental, el emocional y el físico. “Uno y otro se influencian. Cuando hay presión, lo que ejerce es un mayor desgaste sobre lo mental y lo emocional, porque el deportista lo que necesita es reponerse de las ideas y las presiones que hay en su mente respecto al juego. La manera de afrontarla son varias: una es el descanso para el aspecto físico, lo otro es buscar emociones que sean agradables, y lo otro es tener pensamientos e ideas que lo saquen del campo de juego y lo ayuden a distenderse de la competencia”, apuntó.
La situación de Alianza Lima y los 25 partidos sin ganar en la Copa Libertadores es una estadística que tiene que asumirse, pero no debe afectar al actual plantel. ¿La razón? Se genera un desgaste innecesario que puede afectar a la hora de saltar al campo de juego contra Fortaleza. “Para el deportista, las estadísticas son lo que ha ocurrido antes; pero no son un mandato perenne. No es que porque las cosas fueron así, no van a poder cambiarse. Lo digo porque en algunos jugadores, entrenadores, las estadísticas se convierten en mandatos, como si tuviesen que repetir esas estadísticas. Entonces, hacen un esfuerzo en vano. La idea es cambiarlas”, manifestó Caravedo.
En un partido de alta competencia como en la Libertadores es difícil saber qué jugadores juegan bajo presión, ya que esta se manifiesta de diferente manera en cada uno. El problema surge cuando se presenta un panorama adverso, como ir perdiendo 1-0 temprano, sufrir una expulsión al inicio del partido o estar obligado a ganar para no quedar fuera de competencia. Cada futbolista lo asume y reacciona a su manera.
“Eso se ve conforme pasa el partido. Por ejemplo, el Manchester City iba ganando 2-0 y de repente queda 4-3. Entonces, siempre hay posibilidades de bajar la presión, de que se transforme en un empuje. En algún momento del partido, el Real Madrid hace un gol y despierta. En el jugador, la presión puede tener ese efecto o uno paralizante. Nuestro cerebro tiene tres alternativas: ataca, se paraliza o sale corriendo. La presión puede enfocarse en cualquiera de los tres caminos”, explica Caravedo.
Por su parte, Peche sostiene que es importante mantener la concentración desde el pitazo inicial hasta el final. Enfocar todos los sentidos en lo que sucede dentro de la cancha, de manera que el futbolista pueda estar más cerca de conseguir el objetivo. “Un jugador que vive desordenadamente, la cabeza también la tiene desordenada y jugará desordenadamente; es decir, los jugadores que llegan el éxito son jugadores disciplinados que mantienen un orden. No solamente a nivel de práctica, sino también a nivel mental”, indicó.
La perspectiva de un futbolista
Dicen que de la teoría a la práctica hay una gran diferencia. Si bien la presión juega un rol importante en el futbolista, depende de este mismo saber manejarla y afrontar cada partido de la mejor manera. En ese sentido, Walter Ibáñez, exdefensor de Alianza Lima y parte del equipo que venció 1-0 a Nacional en el 2012, aseguró que el plantel actual no tiene por qué cargar el peso de los malos resultados anteriores en este torneo.
“Considero que cargar con presión a este plantel por lo que pasó anteriormente no corresponde. Lo que sí existe es la necesidad de Alianza, como equipo grande, de empezar a sumar en un partido internacional, porque es mucho tiempo para un equipo así estar sin ganar en la Copa. Pero, insisto, el grupo que la ha tocado es complicado, son grandes rivales. No es que el equipo sienta presión, sino que el rival que tienes al frente es muy fuerte”, expresó el ‘Colo’, quien en aquella ocasión compartió la zaga central junto a Christian Ramos, titular hoy en el equipo de Carlos Bustos.
El exfutbolista uruguayo recordó que la temporada 2012 fue difícil para los íntimos, ya que los problemas económicos afectaron al grupo. A pesar de eso, el equipo supo rebelarse a la adversidad y darle una alegría al hincha blanquiazul, que no conoce de triunfos en Copa Libertadores desde hace 25 partidos.
“Ese año fue difícil para nosotros. Cuando llegamos, los primeros tres meses fueron terribles, no nos pagaban, todas las semanas se iba un compañero diferente. Fue difícil, pero aún con eso se sacó ese resultado en un torneo importante como la Libertadores. Significó mucho para nosotros y también para el hincha. Nadie pensó que iba a ser la última victoria que celebramos, pero el fútbol te da la oportunidad de cambiar la historia”, finalizó el ‘charrúa’.
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