Algunos se preguntarán qué fue de la vida de Erick Torres, aquel volante de Sporting Cristal que jugó entre el final de la década de los noventa e inicios del 2000. Y con éxito: fue cinco veces campeón nacional con la camiseta celeste y, tras veinte años de carrera, se retiró con Los Caimanes, en 2012.
Siempre fue volante de marca y con panorama. Un técnico en la cancha. Y la proyección no falló. Tras colgar los chimpunes, el 'charapa' se enrumbó en la carrera de entrenador: primero como asistente de Víctor Rivera en César Vallejo (2013) y después empezó su camino desde abajo, en la Copa Perú.
En 2014 y 2015, Erick Torres llegó hasta octavos de final, con Sport Chavelines (Pacasmayo) y Deportivo Hualgayoc (Cajamarca), respectivamente. Y hoy, en su segundo año con este último club, se metió en cuartos de final del 'fútbol macho' y es candidato a ascender a Primera División. Depor conversó con él y nos habló de todo.
Poca gente sabe que hoy estás dirigiendo…
Me ha tocado dirigir fuera de Lima y la capital, mayormente, domina el monopolio del fútbol. He estado en equipos de provincia y me ha ido bien.
¿Te consideras un técnico de perfil bajo?
Nunca me ha gustado el tema de figuretear mucho. Creo que el trabajo tiene que demostrar lo que eres. Estoy empezando de abajo y eso te enseña muchas cosas. A veces llegas muy rápido arriba y te cuesta. No es igual jugar que dirigir, una cosa es como futbolista y otra como técnico.
¿Cuánto ha sido tu aprendizaje dirigiendo en la Copa Perú?
El tema de la Copa Perú te enseña mucho porque tienes que hacer muchas cosas. Es mi tercer año dirigiendo solo y me ha ido bastante bien. En 2014 y 2015 llegamos hasta octavos y este año ya estamos en cuartos. La meta es clara: llegar hasta lo último y ganar la final.
¿Has tenido problemas con los arbitrajes o algo parecido?
No muchos. Por ahí tuvimos uno en la etapa departamental, en Cajabamba frente a Coopac, nos anularon un gol y perdimos 3-1. Lo bueno es que nos hemos hecho bastante fuertes de local y en el año hemos perdido dos partidos en total.
De Hualgayoc, la localidad donde juega tu equipo, se sabe poco…
Hualgaycoc es un distrito pequeño que queda a dos horas de Cajamarca, pero que tiene toda la organización para participar. Tenemos infraestructura, estadio propio y el apoyo de la mina que es muy importante.
Hoy es el el equipo con más altura en la Copa Perú…
Sí, la ciudad está a 3600 metros de altura y es la sede más alta. Está por encima del (estadio) Garcilaso de Cusco. Además, los equipos de Puno ya quedaron fuera.
De los ocho equipos que quedan en carrera, cinco son de altura. ¿El campeón será de altura?
Creo que sí. De altura está el Binacional de Arequipa que es un equipo fuerte y también nosotros. Luego, de la costa ha quedado el Orellana, EGB y Kola San Martín que es de la selva. Creo que tienes un plus cuando eres un equipo de altura.
¿Te gusta la idea de jugar una finalísima en la capital?
A mí me gusta la idea de la finalísima, está volviendo el tema de años anteriores y (el torneo) se hace más limpio porque va a ser televisado. Solo te preocupas en hacer tu trabajo.
Más allá del sueño, ¿te ves como campeón de la Copa Perú?
Nosotros tenemos una idea clara y una meta que es ser campeón. Hemos hecho un equipo para llegar. Trabajamos bien durante el año y la meta es clara: llegar a Lima y ascender a Primera.
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