Cuando Carlos Basombrío llegó a jugar en Alianza Lima, el ‘Cholo’ Castillo, máximo descubridor de talentos en el ‘equipo del pueblo’, apodó al exjugador de los años noventa como ‘Gato’. No tenía los ojos verdes, pero dentro de la cancha era velocista y elástico. Además, continuó con la costumbre familiar de comer a los ‘mininos’. Nacido en Barranco hace 52 años, el exlateral fue el nuevo invitado de ‘Los Titulares de Puchungo’ a través de Depor. Contó divertidas anécdotas de fútbol con Jorge Luis Pinto, Miguel Ángel Arrué y Wilmar Valencia. También repasó su hoja de vida futbolística en el equipo de sus amores, su experiencia en Grecia y sus deseos de ver tricampeón nacional al equipo blanquiazul.
Peloteabas desde chiquillo en las calles de Barranco. ¿Qué recuerdos?
Antes de llegar a Alianza, jugué campeonato calichín en Barranco, el equipo se llamaba Huáscar, también jugaba Juan Jayo. Como anécdota, los dos jugábamos de back centrales. De ahí me fui a Alianza. Tenía 11 años. Era back central y salí goleador del campeonato, imagínate. Metía unos puntazos a la pelota. Yo vivía en la cuadra dos de Alfonso Ugarte y Jayo en la cinco. Éramos gente callejera.
¿Cómo nació el apodo del ‘Gato’?
Me puso el ‘Cholo’ Castillo.
¿Comías gato?
No, era rápido, ágil y le invité pancito con gatito. Nunca se dio cuenta, lo fregué. Tengo más anécdotas con los gatos.
Suelta una...
Mi papá comenzó con el tema de los gatos y mi abuelita cocinaba. Los señores llegaban con su vinito. Mi papá se va de la casa y mi abuelo me dice que agarre la batuta. Nosotros teníamos trampa para cazar gatos. En el techo cazábamos nuestros ‘mininos’. No tenía para comer yo, menos mascota. Después nadie iba a mi casa a comer, solo si servía comida con hueso o espinas. Querían que le enseñen la carne.
¿Quién te llevó a Alianza?
Tenía un amigo llamado José Luis Vega, quien estaba en menores de Alianza. Su papá habló con mi viejo para que me prueben en Alianza, y ahí me quedé.
¿También fuiste atacante?
Sí, puntero derecho. El ida y vuelta se me hizo fácil adaptarme como marcador.
¿Con quiénes te codeaste en Alianza?
Cueto ya estaba culminando su carrera, también estaba ‘Bam Bam’ Valencia, ‘Mágico’ Gonzales, Jayo y Waldir, recién debutaban.
De Miguel Ángel Arrué recuerdo el mordisco al árbitro...
“Ustedes, jueguen; del árbitro me encargo yo”, nos dijo. Profesor muy motivador, apoyaba el grupo.
Fumaba mucho, también...
Se fumaba hasta los dedos.
¿Con quién más parabas en Alianza?
Mayormente caminaba solo, pero en concentraciones compartía con Jayo y Waldir. Ellos iban a mi habitación, pero salían porque yo me levantaba a las seis de la mañana y no los dejaba dormir. Waldir se tapaba la cabeza. A las ocho de la noche, todos dormían.
¿Cómo eran las concentraciones?
Decía que me iba a misa, pero me quitaba a mi casa a tomar desayuno y regresaba. Antes había solo un plato de sopa y tu segundo, nada más. Por ahí con suerte tu mazamorra, ahora te hacen como cinco comidas.
Con Jorge Luis Pinto era más estricto...
Era otra cosa. A Arrué le pedía permiso, con Gil salía hasta la hora que me daba la gana, más relajado. Le decía: “Profesor no quiero comer cau cau”. Y me iba a comer chifa.
¿Cuánto costó adaptarse con Pinto?
Aprendí a ser profesional dentro y fuera del campo. Nosotros encontrábamos toda clase de entrenadores, llegaban de toda clase, pero con Pinto fue el cambio. Desde el primer día.
¿Cómo así?
Cuando presentaban a un técnico, nos citaban a las nueve de la mañana en palco del estadio. Pinto llegó con la pierna en alto, ya sabía todo. Dijo que Waldir lo iba a invitar al Kímbara, ya sabía todo. Empezamos el mismo día de su presentación a entrenar, estábamos con ropa de calle. Te paraba todo el entrenamiento, todo el rato. Te controlaba hasta lo que comías. Nada de huevo frío. Descubrió uno enterrado en el arroz de ‘Kanko’. A los que dejábamos ensalada, nos decía que la ensalada tenía marca. Aprendimos etiqueta, la verdad. No podías sentarte en la mesa sin medias. Teníamos que ser profesionales dentro y fuera del campo. Íbamos con terno hasta Iquitos, abuso. Sabía bastante.
¿Cómo eran las pretemporadas?
No se le escapa nada. Nos llevaba a unos cerros a correr y pasaba con una camioneta y con su megáfono gritaba. Nos citaba los jueves para ver videos. Tres horas viendo videos. Después regresábamos en la tarde a entrenar. No podíamos dormir. Nos tenía locos, pero aprendimos. Volábamos en la cancha. Con Pinto llegué a jugar 52 partidos, y me fui a Grecia. Cuando hice la pretemporada en Grecia, me llevaba de encuentro a todos con Juan Carlos Bazalar, al ‘Chino’ Huamán lo jalábamos de la mano.
¿Cómo fue la experiencia en Grecia?
No entendíamos nada, solo repetíamos los trabajos del resto. Recuerdo que el técnico dijo ‘bala, bala’, y me tiré al piso, pero era balón, ellos dicen ‘bala’, una vergüenza.
En la selección peruana te veíamos muy poco...
Era el tiempo de Juan Carlos Oblitas. Convocaba más de la ‘U’, casi a nadie de Alianza. Yo estuve en una preselección con Company.
¿Cómo era Miguel Company?
Era karateca. Una vez se puso a pelear con un perro en la concentración. Era rayado.
¿Alguna otra anécdota con un excompañero o técnico?
Con Wilmar Valencia. Andaba con revólver. Coleccionaba relojes y revólver. Era loco. Cuando terminaba de entrenar, en la boca del túnel, él subía en su carro; y cuando uno levantaba la cabeza, te apuntaba con su pistola. Decía que saltemos, era rayado.
¿Qué recuerdos de los clásicos?
Llegue a jugar 25 clásicos, los recuerdos que comento a la gente es que siempre tenía un duelo. Me enfrentaba con Paolo Maldonado, me cruzaba con Julinho, muy hábiles, pero le metías un fierrazo y desaparecían. Cuando me agarraba con Dolmo Flores era otra cosa, le daba un ‘cachito’ y me fregaba. Era muy rápido. Le pegabas y no aflojaba, seguía.
Alianza va por el tricampeonato...
La ventaja es que tienen la mitad del campeonato, el Apertura. Eso sí, no la tiene fácil en el Clausura. Como aliancista, me gustaría que campeone, y jugar la final con la ‘U’, pero puede ser un partido para cualquiera de los dos. Es distinto que te joda un hincha de Cristal al de la ‘U’.
Actualmente eres entrenador...
Sí, estuve como asistente técnico con Pepe Soto en la reserva de Alianza, después dirigí Copa Libertadores Sub 20. Lamentablemente, no seguimos, nos quedamos contentos por lo que dimos por el club. Nosotros hemos pasado y dejamos algo en Alianza.
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