Todos sabemos lo que puede rendir Christian Cueva cuando viste de corto, lo que nadie sabe -hasta ahora- es cómo hacer para que nuestro ‘Aladino’ vuelva a rendir al mismo nivel de la ‘era Gareca’ en la selección peruana. Ese juego pícaro, el buen trato a la pelota y su inventiva con ella para encontrar el espacio y la oportunidad pese a su desmadejado físico; no ha florecido en Alianza Lima. Parafraseando al entrenador-poeta Roberto Mosquera, Guillermo Salas no encontró nunca cómo regar el jardín emocional de nuestro máximo representante e ícono del ‘chocolate’ futbolero.