Cuando Hernán Barcos todavía no hacía muy conocida internacionalmente la celebración del ‘Pirata’ y emigró por primera vez en búsqueda de continuidad a Guaraní de Paraguay, año 2005 y 2006, el jugador que lo recibió con los brazos abiertos era el consolidado volante Édgar González, quien tres años después reforzó a Alianza Lima, en los años 2009 al 2012. Junto al ‘Negro’, el cordobés inició su romance con las redes que despertó posteriormente el interés en el fútbol ecuatoriano. Tras anotar veintidós goles en Olmedo de Riobamba, jugar en la Estrella Roja de Serbia, Huracán de Argentina, Shanghaía Shenhua y Shenzhen Ruby F.C. de China, el exseleccionado argentino por Alejandro Sabella se instaló en Liga Deportiva Universitaria de Quito, donde fue nuevamente goleador y se coronó campeón del campeonato ecuatoriano y de la Recopa Sudamericana, año 2010, junto a Norberto Araujo y el internacional Néicer Reasco. Depor charló con los tres excompañeros del goleador histórico extranjero del ‘equipo del pueblo’, quienes coincidieron en destacar no solo su vigencia futbolística, sino también profesionalismo, liderazgo y los valores que siempre transmitió en los grupos de trabajo donde jugó.