La visita de Alianza Lima a Tarma se preveía como una prueba difícil, pero terminó convirtiéndose en una verdadera pesadilla para el equipo blanquiazul. El resultado final de 2-0 a favor de ADT fue justo, aunque la diferencia pudo haber sido aún mayor. Tras resistir durante 35 minutos con un jugador menos debido a la expulsión de Franco Saravia (25′), el equipo de Alejandro Restrepo se desinfló. La expulsión del arquero íntimo resultó perjudicial para un equipo que ya mostraba algunas falencias en su planteamiento desde el inicio del encuentro.
El estratega colombiano, quien ya tenía un historial negativo en partidos disputados en altitud, optó por un planteamiento arriesgado en 3-5-2, lo cual suele ser aún más desafiante en estas condiciones, especialmente para un equipo en el inicio de la temporada. Sin embargo, la apuesta resultó costosa y el equipo pagó las consecuencias. Además, al tener que sacrificar a Gabriel Costa para el ingreso de Ángel de la Cruz, el centro del campo se vio desequilibrado con Arregui y Rodríguez como protagonistas. Se esperaba que este fuera el partido en el que Kevin Serna demostrara por qué fue fichado, pero terminó siendo uno de los peores desde su llegada al Perú. El ímpetu y las ganas de Cecilio Waterman quedarán como una anécdota, ya que se vio muy aislado, especialmente después de la salida de Barcos.
Una roja trascendental
Durante los primeros 25 minutos del partido, Alianza Lima y ADT se encontraban realizando un partido equilibrado, con un juego trabado y algunas aproximaciones por parte de ambos equipos. Sin embargo, todo cambió tras un pase largo de César Inga a las espaldas de la defensa blanquiazul, buscando a Ángel Quiñonez. El ecuatoriano aprovechó su velocidad y tocó el balón por un lado para eludir a Franco Saravia, quien salió desesperadamente para evitar quedar mano a mano. Saravia llegó tarde y acabó llevándose al jugador norteño, quien resultó afectado pero pudo recuperarse. Esta acción provocó la expulsión de Saravia y obligó a Restrepo a replantear el juego.
La primera decisión del entrenador colombiano fue sacrificar a un volante como Gabriel Costa para dar ingreso al arquero Ángel de la Cruz. Aunque ‘Gaby’ no estaba teniendo un gran partido, su experiencia jugando en altura lo hacía un jugador importante, especialmente por su velocidad y capacidad para cambiar el ritmo del juego. En este sentido, es posible que el estratega íntimo haya cometido un error.
Con un hombre menos, las opciones ofensivas de Barcos y Waterman se vieron limitadas y el campo de juego se inclinó hacia el arco de Alianza Lima. Para corregir esta situación, Restrepo decidió iniciar el segundo tiempo con el ingreso del volante Jesús Castillo por Hernán Barcos, utilizando así dos cambios en 45 minutos. A partir de ese momento, el equipo se dedicó principalmente a defender y ADT aprovechó las oportunidades que tuvo, especialmente con remates desde fuera del área, contando con mucha libertad para disparar. Esto se vio exacerbado por el cansancio del equipo, que se vio afectado por la altitud de los tres mil metros de Tarma.
Les faltó altura
En el once inicial ante ADT, cinco jugadores se enfrentaban por primera vez a la altitud peruana: Jiovany Ramos, Juan Pablo Freytes, Adrián Arregui, Sebastián Rodríguez y Cecilio Waterman. Aunque algunos, como Freytes, Arregui y Waterman, tenían experiencia en ciudades de altura en Ecuador, México y Chile, ninguno había jugado a una altitud de más de tres mil metros sobre el nivel del mar. Esto se reflejó en el esfuerzo físico adicional que tuvieron que realizar al jugar con diez hombres durante casi 70 minutos.
Jiovany Ramos fue uno de los más afectados, mostrando dificultades para controlar y medir la trayectoria del balón en Tarma. Su zona fue constantemente atacada y Kevin Serna tuvo que ayudar en varias ocasiones por su banda. Surge la pregunta de por qué no se incluyó a Marco Huamán, quien tiene experiencia jugando en altura y usando una línea de tres defensores y podría haber sido una opción válida tanto por la derecha como por la izquierda. Juan Pablo Freytes, por su parte, también se vio afectado por la altitud. Su rendimiento no fue el esperado y no logró darle solidez a la zaga íntima. Ambos sectores fueron constantemente atacados por el equipo de ADT, lo que generó peligro en el arco de Alianza Lima.
Adrián Arregui también sufrió una disminución en su rendimiento en la altura de Tarma. Su precisión en los pases bajó significativamente, pasando de un 74% de efectividad ante Comerciantes Unidos a apenas un 54% contra ADT. Además, disminuyó en un 60% sus intentos de derribadas o tackles entre ambos partidos. La falta de oxígeno también le impidió llegar al arco contrario y rematar, algo que suele ser habitual en terrenos más bajos. Sebastián Rodríguez también experimentó una baja en su precisión de pases, descendiendo del 92% al 68%. El jugador, quien se esperaba que fuera el cerebro del equipo, realizó solo 30 toques en comparación con los 80 en el último partido en Lima, evidenciando su falta de protagonismo. Además, estuvo lejos de sus números habituales en cuanto a pases largos y cruzados.
Extremos desaparecidos
Al intentar formar una línea de tres en el juego, Restrepo buscaba aprovechar la velocidad y la capacidad de cambio de juego de Kevin Serna y Jhamir D’Arrigo en los últimos metros del campo. Además, su fortaleza física les permitiría cerrar los espacios y apoyar a Ramos y Freytes en defensa. Sin embargo, esta estrategia no funcionó en ningún momento del partido. Resulta llamativo considerando que ambos futbolistas están acostumbrados a jugar en altitud, con el colombiano incluso habiendo jugado la temporada pasada en Tarma.
Los números de Serna sugieren que ha tenido uno de sus partidos más flojos desde que llegó a Alianza Lima e incluso al fútbol peruano. Apenas logró una precisión de pase del 63%. Además, no contribuyó con ninguna asistencia o pase clave durante el partido. Solo ganó el 40% de los duelos por tierra y perdió el balón en 16 ocasiones. No realizó ninguna acción de dribbling significativa y su participación fue poco relevante en el juego. Además, ni siquiera intentó un disparo, ni dentro ni fuera del arco.
Por otro lado, Jhamir D’Arrigo tampoco intentó disparos. Aunque ganó un poco más de duelos terrestres (60%) y consiguió algunas faltas importantes, no mostró ser el arma letal y explosiva que se esperaba en el equipo blanquiazul. Este partido representó una prueba difícil para él y aún no ha alcanzado el nivel esperado. Con el rendimiento que ha mostrado Franco Zanelatto en sus pocas apariciones, parece que podría ser considerado como el reemplazo del exjugador de Melgar.
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