¿Alguna vez llegaste a un lugar de casualidad y desde entonces se volvió tu refugio o, mejor dicho, tu pasión? Diego Melián tenía cuatro años, cuando su maestra de kinder le comentó a sus padres que lo inscribieran en una academia de fútbol. La sugerencia no tenía nada que ver por alguna destreza con el balón, sino para calmar la inquietud que invadía al hoy ‘1′ de la ‘Academia’. Nadie imaginó que aquel día -ni él mismo-, su vida iba a cambiar para siempre. Se cuadró en el arco y encontró una profesión.
Sí, Diego Melián, arquero de Deportivo Municipal, se relacionó con el fútbol desde muy chico. Su predisposición a aprender y a divertirse con el balón lo llevaron a querer avanzar a un nivel mayor en el deporte. A los nueve años, por ejemplo, logró ingresar a las divisiones de menores de Peñarol, club con el que siempre se identificó. “Se dio esa oportunidad y la disfruté muchísimo”, le contó a Depor.
Aquella etapa no solo le permitió pulir el oficio con la camiseta ‘1′, sino también para darse cuenta de otros detalles: “Me tocó compartir con chicos que a la larga se terminaron convirtiendo en grandes jugadores, pero hubo otro grupo, que parecían ‘cracks’ y terminaron dejando por una u otra razón. Allí te das cuenta que la carrera de futbolista no es para nada fácil, hay un montón de factores que juegan en medio y se hace difícil aguantar. [...] La vida te va dando esas enseñanzas que te van formando para lo que se viene más tarde”.
Lamentablemente, aquella aventura acabó cuatro años más tarde, por lo que había que replantear si ese sería el camino que elegiría para toda la vida o era tiempo de analizar otra opción. Si bien el panorama no era de lo más alentador, Melián no dudó en apostar por el deporte que amaba, así que decidió empezar de cero junto a Atlético Basañez, elenco de la tercera división de Uruguay, con el que logró debutar con su primer equipo a los 15 años.
El día que casi deja el fútbol
Pese al buen momento que estaba atravesando Melián con Basañez, las circunstancias llevaron al club a cerrar sus puertas por temas económicos, haciendo que los jugadores busquen dónde continuar su carrera. Fue así que llega a Terremoto FC, institución que comenzó a disputar la 3ra y el cual aprovechó para poder exhibir su buen juego hasta conseguir un nuevo pase, el cual se dio a los 17 años.
“Con 17 voy de Terremoto a Huracán del Paso de la Arena, que había ascendido a la segunda división. Allí jugué por seis meses alrededor de 15 partidos”. Esta fue una oportunidad envidiable, pero no perfecta. La titularidad en el equipo no le garantizaba un sueldo. Encima, las cosas en casa no eran sencillas: su padre, luego de trabajar 30 años en una fábrica textil, se quedó desempleado. Sin un sueldo fijo en el balompié, Diego comenzó a preguntarse si debía o no continuar este camino. Había que apoyar con la familia.
“En ese momento, yo no era remunerado o bien remunerado, porque solo recibía viáticos. Lo consideré, pero -por suerte- mis padres siempre pudieron darme ese apoyo y me dijeron que siguiera transitando este camino y a la larga se terminó dando bien. Así es el fútbol, cada uno tiene sus historias”, nos confesó.
Pero, como de cada situación en la vida se aprende, pudo sacar lecciones que hasta hoy le sirven. Aquellos días de ‘vacas flacas’, luego de fichar por Danubio, también sirvieron para que Diego, junto a Sergio Navarro (ex guardameta de Sporting Cristal en el 2000), preparador de arqueros en dicho club, formaran la Escuela de Arqueros Navarro-Melián en su natal Uruguay, para así formar a más muchachos en este deporte.
La importancia del fútbol formativo
Sin embargo, más allá del tema educativo y deportivo, hay una motivación más grande que puede llevar a una persona a enseñar el noble oficio que profesa: “Me da mucha alegría que siga en funcionamiento la Escuela de Arqueros, porque es lindo ver que los chicos se perfeccionan, se divierten. Fue una estupenda idea que surgió de Sergio a la que me sumó y me siento muy contento, porque a mí me gusta mucho el tema de la formación de chicos, del ida y vuelta con los niños”.
Pese a que Diego se encuentra en Lima, desde inicios del 2020 tras ficha por Deportivo Municipal, la Escuela de Arqueros no ha parado de funcionar. Eso sí, se tuvieron que adaptar a las circunstancias de la pandemia, con clases teóricas vía Zoom y a partir del 2021 recién pudieron regresar a las prácticas presenciales: “Sergio sigue a cargo y ahora se ha sumado un nuevo arquero uruguayo que se llama Nicolás Rocci, que ahora está en Defensor Sporting, y también un padre de uno de los muchachos que se formó y ahora enseña”.
Su experiencia desde muy chico en clubes como Peñarol y luego Atlético Basañez le hicieron a ver la importancia de estar con los niños. Melián tiene claro que, llegado el momento, lo primero que quiere hacer es enseñar; si bien anhela ser técnico en la primera división (tiene la licencia B y sigue estudiando para alcanzar ese objetivo), no descuidará la formación de más chicos y futuros arqueros.
“El mensaje que me gusta dar a los niños en las escuelas, es que ellos se diviertan. Hoy en día se vive mucho la presión de los padres que quieren que sus hijos sean jugadores de fútbol, que salgan ya y no es así. Ellos tienen que divertirse, hacer amistades, tener una vida social activa y luego tendrán tiempo para afrontar las cosas más jodidas de este deporte y de la vida. Yo apunto a eso, que sea recreativo y que se vayan formando para un mañana, que puede darse como no”, confiesa.
Los retos con Deportivo Municipal
Deportivo Municipal se mantiene entre los tres primeros de la tabla de posiciones, con doce puntos, tras cuatro victorias y solo una derrota. El arrancar con buen pie en el campeonato ha dado confianza al equipo, tal y como confesó Melián, quien en la última fecha dejó en claro que su arco es un ‘cerrojo’, pues le atajó un penal a Nelinho Quina en el triunfo contra Universitario: “Empezar con una racha de cuatro partidos ganados de cinco, la verdad que es una motivación extra, así que estamos muy contentos”.
Respecto a las expectativas para esta temporada, por el formato descentralizado, agregó que “se empareja todo muchísimo. Los equipos de provincia, así como nosotros, intentan hacerse fuertes en su localía y es un poco lo que tiene este formato, que se hace muy importante el pisar fuerte en casa”.
Si bien su vínculo con ‘Muni’ culmina a finales de este 2022, Diego Melián no tiene en cuenta eso. Sabe que el club está peleando arriba y que dará todo de sí para conseguir los objetivos que se han trazado. “Hoy en día no pienso cuándo acaba el contrato, ni nada menos, porque creo que lo mejor es estar enfocados en el hoy, en lo que manda el club y en seguir haciendo la cosas bien”, reflexiona. Solo resta esperar y pensar en Sport Boys, el rival de turno. Esta es la vida del ‘1′ de Deportivo Municipal, uno de los más aplicados en la ‘Academia’.
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