Lavallén, Iberico y Orzán: las claves de una victoria que invita a Melgar a soñar con la final

Las últimas semanas no fueron sencillas para Melgar, pues además de los malos resultados en la recta final del Torneo Clausura, el desgaste físico del equipo comenzó a evidenciarse cada vez más y el panorama para los Play-offs ante Sporting Cristal no era el de los mejores. Sin embargo, aun en el caos, los jugadores siempre se mostraron unidos y Pablo Lavallén, el cerebro del plantel, nunca renunció a sus convicciones ni en el momento más crítico. ¿Las consecuencias? Una victoria inobjetable por 2-0 sobre los ‘Rimenses’ y un paso importante para lograr el objetivo de llegar a la final por el título nacional.

Melgar llegaba a este partido como el menos favorito debido a las interrogantes que generaba su presente y las sensibles bajas de su zaga central. No obstante, nunca antepusieron la excusas y, a diferencia de Sporting Cristal, no se dejaron llevar por el momento e hicieron lo suyo a su manera. ¿Las claves de la victoria del ‘Dominó’? Aquí las detallamos.

La confianza de Pablo Lavallén

En el fútbol, trabajar en la derrota es menos sencillo que en la victoria, pues en un deporte tan resultadista como este, muchas veces las convicciones se caen a pedazos cuando las cosas no van bien. Sin embargo, Pablo Lavallén no se dejó llevar por la corriente y fue capaz de llenarle a su equipo de esa valentía que mostraron en los primeros meses de la temporada.

Así, pues, las bajas fueron suplidas con seguridad –Horacio Orzán, habitual mediocampista, jugó de central– y el equipo estuvo colectivamente impenetrable. Además, cuando parecía que Melgar se iba a resguardar ante la propuesta ultraofensiva de Sporting Cristal, invirtieron los papeles y terminaron por acorralar a su rival desde el primer minuto.

Horacio Orzán, líder y sinónimo de tranquilidad

Cuando muchos esperaban que Sporting Cristal aprovecharía las bajas de Leonel Galeano y Alec Deneumostier, Melgar hizo su trabajo y encontró en Horario Orzán el pilar para sostener a la defensa. El argentino, habitual mediocampista, nunca fue superado y llenó de confianza a su pareja en la zaga, Matías Lazo, que con 19 años también estuvo impecable ante el inútil planteamiento ofensivo ‘celeste’.

Orzán no solo fue una respuesta competente en lo defensivo, sino que sus características de mediocampista le permitieron sacar el balón bien jugado desde el fondo y darle dinamismo al juego de Walter Tandazo, Alexis Arias y Martín Pérez Guedes. Sin duda, una de las figuras en el estadio Monumental de la UNSA.

Las decisiones equivocadas de Roberto Mosquera

“En tres años, ha sido el partido más bajo que hemos jugado en la parte colectiva. Como siempre, yo soy el responsable”, dijo Roberto Mosquera tras el final del partido. Bueno, pues, razones no le faltaban al técnico ‘cervecero’. Y es que si algo benefició a que Melgar no tuviera oposición a su plan de juego, fueron sus decisiones equivocadas.

Sporting Cristal nunca supo explotar la posición improvisada de Orzán y, al contrario, cuando Mosquera cambió la formación de un 4-4-2 a 5-3-2, solo facilitó a que el argentino tuviera más espacio para jugar con libertad. Asimismo, la salida de un jugador explosivo como Joao Grimaldo no explicó la intención del DT de querer jugar al contragolpe en el segundo tiempo. En la pizarra, ‘Mous’ terminó siendo retratado con mucha facilidad ante la valentía y determinación de Lavallén.

Lo que parecía ser una formación ultraofensiva –sin volante de marca y con cuatro delanteros–, terminó siendo un híbrido inútil que nunca se encontró en el campo. A diferencia de Melgar que sí encontró soluciones a sus bajas en defensa, Cristal solo agravó su situación al no poder suplir la ausencia de Jesús Castillo.

La paciencia de Melgar para llegar al gol

Cuando un equipo se embotella en su propio campo y pasa a jugar con línea de cinco en el fondo, la respuesta del equipo rival tiene que estar ligada con la paciencia para encontrar los espacios para hacer daño. Melgar nunca se desesperó ante el cambio táctico de Sporting Cristal y movió el balón con velocidad y precisión.

Para esto fue clave el rol de Pérez Guedes, Arias y Tandazo. Los tres superaron al tridente conformado por Sosa, Calcaterra y Hohberg, quien ante los cambios constantes de Mosquera fue el más sacrificado porque nunca tuvo una posición fija. Mientras que en Cristal no sabían qué camino tomar ni qué hacer, en Melgar eran conscientes que el gol llegaría en cualquier momento.

Luis Iberico y su romance con el gol

El prematuro debut de Luis Iberico –a los 16 años en la Universidad San Martín– trajo consigo muchas expectativas sobre su futuro, sobre todo porque en sus pies siempre tuvo el bien preciado del gol. Sin embargo, la presión, los cambios de posiciones –ante la cantidad de delanteros de experiencia, muchas veces jugó de extremo– y esa tendencia perniciosa que hay en el Perú de sentenciar muy rápido a los jugadores, lo desaparecieron del radar por muchos años.

Pero desde hace varias temporadas que encontró su lugar en el mundo jugando de segundo delantero y, si bien parte desde la banda, los laterales de Melgar le permiten terminar cerca de Bernardo Cuesta y por ende cerca al gol. Esta vez sus dos tantos (llegó a quince en la temporada –trece por Liga 1 y dos por Copa Sudamericana–) los hizo desde esa posición que tanto le gustó cuando apareció en la San Martín y en donde supo ser goleador de un Sudamericano con la Selección Peruana Sub-15.

De ese chico que transitaba la ruta de Los Olivos a San Anita solo para cumplir el sueño de ser futbolista, queda una cosa: la determinación para creer que todo es posible. Hoy ya no es un chico y la madurez le ha llegado en el momento justo, es por eso que sus goles le dan los galones para ilusionar al pueblo arequipeño con una nueva final nacional. Ya lo dijo tras su doblete: “Vamos por el triunfo el domingo”.

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