A finales de los ochenta e inicios de los noventa, un moreno de 1.87 metros de altura, de largos trancos y ojos saltones, apareció como atacante en el Sport Boys del Callao. Después de reventar redes enemigas 17 veces entre los años 1985 a 1997, el ‘chalaco’ llegó a jugar en Universitario de Deportes. Al principio le costó: equipo grande, la adaptación y los hinchas; sin embargo, después de los consejos de don Alfonso Yañez, el papá de ‘Puchungo’ y la charla con Juan Carlos Oblitas, su entrenador en aquella época, el delantero se metió al bolsillo a los cremas.
Consiguió tres títulos nacionales, incluido un bicampeonato (1992-1993), y la hinchada terminó creándole una canción en cada presentación con los cremas. Hablamos de Andrés ‘Balán’ Gonzales, quien fue el nuevo invitado en ‘Los Titulares de Puchungo’ a través de Depor. El excampeón también con Alianza Lima en 1997, recordó anécdotas junto al amigo que le dio el fútbol. Además, habló de sus inicios en el fútbol, su inolvidable paso por Universitario, la selección peruana y la amnistía de Alberto Fujimori, entre otros temas divertidos junto a su ‘compadre’.
El papá de ‘Puchungo’ fue como un padre para ti...
Sí, don Alfonso, en paz descanse. ‘Puchungo’ es réplica, solo vale uno. Era el bueno y el malo, listo. Los inicios no fueron nada fácil. Yo, por ejemplo, me iba a llamar Avelino, respeto a todos los Avelino, pero al único que conocí fue a ‘Chuiman’. Todos me dicen ‘Balán’ en las calles, pero soy Aurelio. Nuestros padres eran amigos, del Callao, se encontraban en el muelle. Los mejores consejos para el fútbol y para la vida los recibí del papá de ‘Puchungo’. Su partida fue algo muy duro para m. Mi tío Alfonso. No pude estar porque estaba con Covid. Es un deuda muy grande que tengo con mi tío.
¿Cómo fueron tus inicios en Sport Boys?
Muy fuertes. Me decían que si jugaba bien, me quedaba; pero parece que caí bien, ya que lo mío no era el dominio. Con una pelota hacía cola para que me prueben.
También jugaste con ‘Puchungo’ desde pequeño. ¿Cómo eran esas épocas?
Realmente, lo que me tocó vivir con mi compadre fue cosa única. Llegamos a tener un entendimiento, con una silbada o guiñada de ojo me dejaba de cara al gol. Lo conozco desde que tenía 10 años. Nunca hubo intercambio de palabras, a pesar de que ‘Puchungo’ es muy cargoso. Más de cuarenta años. Hemos jugado juntos, en contra, y también hemos convivido muchos años en concentraciones. Grandes recuerdos, ‘Puchungo’ se ponía bividí. Tenía un parecido a Kaká.
¿Fue complicado sobresalir en Universitario de Deportes?
Me costó mucho. Tuve muchos momentos en que me sentí derrotado. Era el incomprendido en la ‘U’, los primeros años, y el viejo de ‘Puchungo’ se prestaba para guapearme. Sentía en carne propia cuando mis compañeros me apoyaban para revertir la situación en mis inicios. Fue mucho soporte de los entrenadores, empezando por Juan Carlos Oblitas. En algún momento pasó por mi cabeza no jugar más en la ‘U’, no la pasaba bien, mi familia sufría. Recuerdo que hablé con Juan Carlos y le comenté llorando que no me sentía bien. Yo estaba ‘trágame tierra’, pero sentí el cambio cuando anoté el gol de ‘tijera’.
Después, los hinchas te sacaron hasta canción: “Balán, Balán...”
Tomaba una fuerza. Cada vez que me cantaban, salía con una confianza única. Yo no me movía hasta que canten mi canción. Me siento afortunado. Pasé los mejores años en Universitario. Me siento identificado para toda la vida con la ‘U’. Comenzó cuando aparecía con goles frente a Sporting Cristal y Alianza Lima. Somos históricos, dimos la vuelta olímpica en el ‘Lolo’ Fernández (1992). Grandes recuerdos que perduran en el tiempo.
¿Cómo cayó al grupo el paso de Juan Reynoso de Alianza Lima a Universitario?
Es una extraordinaria persona. Cuando llegó a la ‘U’ había un gran grupo. Era el mejor de la época y gran ser humano. El hincha es muy pasional, pero nosotros lo apoyamos. Fue un gran aporte para la ‘U’. Era un tremendo central. Yo creo que, en algún momento, Juan está capacitado para dirigir en cualquier lugar del mundo.
¿Qué recuerdos de las concentraciones en tienda crema?
Éramos muy unidos. Éramos como hermanos. Te enseñaban a querer la camiseta. Por darnos identidad, concentrábamos en el ‘Lolo’, todo lo que hacían los ídolos anteriores. Recuerdo la vuelta olímpica en el ‘Lolo’ Fernández, algo hermoso.
Fuiste el único futbolista que recibió el indulto de un presidente de la República (Alberto Fujimori) para volver a jugar por la selección peruana tras haber sido castigado...
Nuestra selección no venía bien. No pude jugar treinta meses por la selección. Eso empieza con Vladimir Popovic, hacía goles con la ‘U’, le gusté al profesor Vladimir. Tenía un castigo, le comentaron. Los delanteros no venían con suerte, y Alberto Fujimori me dio el visto bueno, fue populista. Me pidió un gol de ‘chalaca’ y se lo hice a Sporting Cristal. Salió todo redondo.
¿Qué sensación tras anotar tu primer gol con la ‘Blanquirroja’?
Yo no estaba en ese proceso, a mí me traen a la selección y hago un gol ante Bolivia, el empate. ‘Puchungo’ también entró a jugar. Lamentablemente, en la selección fuimos una promoción del recambio. No teníamos pelotas ni campo para entrenar. Tampoco se podía planificar nada. Nos tocó la más fea, entrenábamos con lo que quedó de La Rosa, Uribe, de la gente brava, y nos sentíamos bien.
Jugaste en España, China y México. ¿Qué tal las experiencias?
Gracias a las buenas actuaciones en Universitario pude emigrar a España. En Betis ascendí a la Liga, era míster Andrés Gonzales. Después, fui a China, pero no aprendí hablar, solo a cobrar. Nos hacían buena dieta. Estuve con Jacinto Rodríguez, tiempos muy duros en China, pero me fue bien en lo económico y futbolístico.
¿Por qué no continuaste en Alianza Lima?
Jugué grandes partidos, pero tuve algunas diferencias con Jorge Luis Pinto. El profesor tenía otras preferencias, aparecían otros jugadores, y ya estaba en una edad que quería jugar siempre. Yo me voy porque necesitaba seguir jugando.
En Estados Unidos viviste varios años. ¿Cómo te fue?
Bien. Al principio no entendía el idioma, pero después todo bien. El primero que me da una mano para trabajar como conserje fue el ‘Negro’ Meléndez, también de mantenimiento en todo el edificio. Había carro en el quinto piso, cerca del baño, tenía que limpiar todo. Todo lo relacionaban con el fútbol. Cambiaba hasta focos, mismo pelotas aéreas. Pensaba en lo que hacía, pero siempre honrado. También fui seguridad en discoteca, trabajé tres días.
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