¿Qué puede hacer pensar a un futbolista en el retiro? Ponerle punto final a una larga carrera que, como la vida misma, te ha dado momentos buenos y no tan buenos. Una considerable lesión, quizás. O el simple hecho de que, un día cualquiera, te levantas de tu cama, sin las mismas ganas de antes para ir a entrenar. A partir de ese instante podría empezar a tomar fuerza alguna decisión. Pero, ¿qué pasa cuando tu cabeza y tu cuerpo te dicen: “aún tienes algo para ofrecer en la cancha”? Y sumado a ello, tus compañeros, tu entrenador y hasta los propios rivales se acercan y te motivan a continuar. ¿Qué se hace? Dudas, piensas, lo analizas y lo defines. Así lo ha hecho Ysrael Zúñiga que, a sus 41 años, renovó contrato con Melgar por una temporada. Para alegría de los hinchas ‘Rojinegros’. Y para alegría, sobre todo, de él y su familia. El ‘Cachete’, de esto y más, habló con Depor.
—¿Qué significa el fútbol para ti?
—Mucho, es mi vida. Amo lo que hago. Me apasiona lo que hago. Hasta ahora, a pesar de la edad, si tengo que sacrificar cosas o salidas a reuniones, lo hago. Porque me encanta.
—¿Te imaginaste jugar hasta esta edad?
—No pensaba en ser futbolista profesional. Jugaba en el barrio, con los amigos, pero no pensaba ser futbolista. Cuando se dio la posibilidad, siempre intenté hacer lo mejor posible.
—¿Y cómo nació todo?
En la comodidad que el sofá de una sala te da y, con la contemplación de Tiziana, Gya y Thiago, sus tres hijos -que interrumpen la conversación, con todo derecho, cuantas veces quieren- Ysrael contesta: “Por mi hermano. A mi hermano (Christian) lo llevaron a las Divisiones Menores de Cristal. Yo estaba en Lima, estudiando. Un día fui a saludarlo, y me invitó el profesor Alberto Gallardo a participar de la práctica. Me invitó a jugar, y me invitó a quedarme, también”. Ysrael Zúñiga, prácticamente, está fuera de casa (Camaná, donde nació), desde los 16 años. El fútbol, tan impredecible como ilógico con los resultados, le tuvo preparado muchos destinos y muchas aventuras.
—¿Qué te ha dado el fútbol, y qué te ha quitado?
—Me ha dado todo. Alegrías, tristezas. Me ha enseñado a ser mejor persona, a ser disciplinado. También me ha quitado mucho. A mi familia la veo un par de veces al año, por horas.
Cuando Ysrael habla de su familia no incluye a su esposa Frecia, ni a sus hijos, con los que vive en Arequipa. Se refiere a sus demás parientes. Y es que, aunque Camaná se encuentre a solo a 178 kilómetros de la ciudad, y la tentación de visitarlos esté presente, 'Cachete' prefiere, muchas veces, no hacerlo. Aun cuando, por ejemplo, acabó de jugar partido el sábado por la tarde y tiene libre hasta el lunes. “El primer día de la semana me gusta entrenar bien. Porque marca cómo van a ser los próximos días. Así es que, termino el partido el sábado y, antes de viajar o hacer el desgaste de ir manejando, opto por quedarme aquí, descansando”, explica. Eso se llama disciplina. Aquí, y en todo el mundo.
—¿Cómo te decidiste seguir esa forma de vida?
—Gracias al profesor Alberto Gallardo. Conversaba mucho con él sobre cómo tiene que ser un futbolista profesional. Después, con todos los entrenadores que he tenido. Con compañeros, con excompañeros. Uno aprende de todos. Hay chicos que son talentosos, hay chicos que podría llamárseles “estamos ahí”. Y yo he sido de los que “estamos ahí”. Para estar a la par de los demás, he tenido que hacer cosas distintas, como el cuidado personal, la alimentación, el descanso, todo eso.
—¿Cuánto tiene que ver la familia?
—Es muy importante. La familia o la persona que tienes al lado. Que entienda la profesión en la que estás o la situación en la que te encuentras. Si no puedes salir el fin de semana, porque prefieres descansar para hacer bien tu trabajo, pues descansa. Ahora, si tienes a tu costado a una persona que le gusta la joda, la fiesta, y tú, por caerle bien, vas a ser eso, no va.
—Has visto de todo a lo largo de tu carrera…
—Sí, de hecho. He compartido momentos con personas muy talentosas, que se han perdido en menos de tres años, como he compartido con chicos que no tenían mucho talento, pero que siguen jugando gracias al ímpetu al carácter, a ser buenos profesionales.
—Bien dicen que solo con el talento no alcanza…
—El talento es importante, pero si tú tienes carácter, compromiso, estás convencido de lo que quieres, y sacrificas algunas cosas, lo puedes hacer bien. E incluso mejor que el más talentoso.
Si bien la renovación con Melgar fue oficializada el jueves reciente, Ysrael Zúñiga ya tenía casi decidido extender su carrera profesional a finales de la temporada pasada. Grandes motivos tenía para reflexionar y definirlo. “Siento que todavía tengo gasolina. Todavía no está vacío el tanque”, decía el atacante. El físico lo sustentaba. En una de las pruebas físicas que tuvo el plantel, su rendimiento fue más alto en relación a los últimos tres años. En vez de que el rendimiento baje, pasaba lo contrario. Por si fuera poco, algunos rivales, al final de los partidos, se acercaban y lo animaban: “No seas tonto, no te puedes retirar”.
—¿Te ilusiona volver a jugar un torneo internacional?
—Más allá de eso, es la ilusión de poder competir. Si vas a quedarte en el equipo es para competir. No para acompañar, porque acompañar es ocupar un espacio que, quizás, algún joven lo puede ocupar.
—¿Cómo te llevas con el entrenador Enrique Meza?
—Muy bien. Llegó en enero del 2017, de la mano de un proyecto de Melgar, donde él tiene una participación importante en formar chicos. Nos conocemos bastante bien. Más allá de ser buen entrenador o ser inteligente, es una persona diez puntos.
—Llegó después de la salida de Reynoso. ¿Se puede decir que hay un antes y un después desde que asumió Juan el 2014?
—Antes de que llegue Juan, Melgar era un equipo de media tabla para abajo. Solamente competía por salvar el descenso. Al tener cabezas competitivas, se hace competitivo. El primer año, empezamos bastante bien. El segundo año, campeonamos. El tercer año, jugamos la final. El 2017, también comenzamos bien con el Torneo de verano. Tuvimos un bajón, pero nos repusimos. Han sido cuatro años muy positivos.
—¿Qué es lo principal que le aportó Reynoso a Melgar?
—Siempre te exige al máximo. Para Reynoso, el resultado es secundario. Ganar, perder o empatar puede estar dentro de cualquier plan. Para él, lo importante es el crecimiento personal. A Juan no le importa si has hecho dos o tres goles, hoy día. Si en la semana no te entrenas bien, no juegas
Los resultados conseguidos en los últimos años en Melgar fueron de la mano con un trabajo serio que se activó desde el lado administrativo. Si antes, los jugadores sufrían para arreglar cualquier inconveniente que no lo hacía el club; hoy la situación es diferente. “No te hace falta nada. Tienes cuatro o cinco juegos de ropa, hasta para entrenar. Parece un equipo de selección. Antes, nos ‘comíamos’ seis o siete horas sentados porque no podían pagar el hospedaje”, dice. Y con esa tranquilidad para trabajar, en el camino, fueron creciendo Patricio Arce y Alexis Arias, dos jóvenes de quien el ‘Cachete’ se emociona al hablar y relata dos hechos que explican su interés por ver crecer a los demás. Por que empiecen a ser líderes.
Final del Torneo de Verano 2017 ante UTC. En los camerinos del Estadio Héroes de San Ramón, Melgar se prepara para el partido que definirá al campeón. Zuñiga es el capitán y debe hablar en los vestuarios. Justo antes, decide cambiar de opinión. Levanta la cabeza y pregunta: “¿Quién es el menor? Lo mira a Alexis Arias. “Ya, habla, todos nosotros te vamos a respaldar”, le dice. Otro episodio lo demuestra el momento en que hay un penal a favor de Melgar. Desde hace buen tiempo, Ysrael dejó de ser la opción número 1 para patearlos. La razón es para incentivar a que los demás asuman la responsabilidad. Ya si alguien no se siente listo, va el ‘Cachete, sin problemas: no tiene nada que perder.
—¿Cómo es el camerino de Melgar?
—Agradable, prima mucho el respeto. No importa si tienes 17 o 18 años. Si tienes que hacer una broma, la haces. Todos nos tratamos por igual. Eso sí, la responsabilidad a la hora de los partidos, la llevamos los grandes. Los jóvenes tienen carácter. A veces les exijo, pero frente a los entrenadores, yo asumo la responsabilidad.
—Jóvenes de selección, como Loyola o Santamaría. También crecieron.
—Ahora los chicos saben a dónde quieren ir. Saben a dónde quieren llegar. Se les nota. Cada vez que vienen de la Selección, vienen súper mejorados. Pasa por la mentalidad. Ellos también quieren ser como los mejores jugadores peruanos que tenemos en el extranjero.
—¿Qué impresión tienes de Ricardo Gareca?
—Ha sido muy importante. El ‘Profe’ llegó entre la aceptación y las críticas. Empezó el proceso y ya lo querían sacar. La Copa América fue un respaldo muy bueno. Después de la Copa América, los chicos mejoraron. Le dio la confianza a muchos.
Aunque Ysrael sea uno de los pocos arequipeños de la plantilla de Melgar y sea considerado un ídolo por su aporte en muchos años, él prefiere el perfil bajo. ¿Cómo lo toma? “No se me suben los humos. Sé cómo soy, a dónde quiero ir, a dónde quiero llegar. Tranquilo, pero siempre con mucha responsabilidad. Desde que tenía 19 años cuando llegué siempre sentí responsabilidad. Porque represento a la ciudad. Recibir el cariño de la gente es bonito, pero a la vez te hace comprometerte más”, dice. Guardia Republicana, Coronel Bolognesi, Sport Agustino, Universitario de Deportes, Atlético Universidad, Sporting Cristal, Juan Aurich, además del ‘Dominó’, disfrutaron de sus goles en Perú; sin embargo, es su primera salida al extranjero, en el Coventry City, de Inglaterra, la que recuerda más, allá por el 2000.
El primer gol de Ysrael Zuñiga en la Premier League: al Bradford, el 18 de marzo del 2000
—¿Cómo fue esa aventura?
—A mí se me dio todo muy rápido. Fui goleador en todos los equipos en los que me inicié. Y de pronto, me fui a Inglaterra. En ese tiempo no había la tecnología que hay ahora. No estaba enterado de nada. Cuando llego a la Premier League, la mejor liga del mundo, me encontraba con cada jugador. Si ahora voy a la Premier, le pido los chimpunes a todos, la camiseta, hasta el short (Risas).
—¿Por qué se te hizo difícil?
—No hablaba el idioma, no tenía con quien conversar. Fue difícil porque no entendía nada.
—¿Y cómo te comunicabas?
—A todo le decía sí. (Risas). Me encontré con Mustapha Hadji (jugador marroquí de origen español, que hablaba hasta seis idiomas). Sabía que él leía. Y así se me dio la curiosidad por aprender también a mí. Empecé a aprender francés, un poco de italiano. Y fui aprendiendo inglés también, hablando con ellos. Hablo, entiendo, pero no lo sé escribir, porque no lo he estudiado.
Desde que inició la conversación ha pasado casi una hora e Ysrael responde con mucha paciencia cada una de las preguntas. En el repaso de todo lo vivido en el fútbol, no puede dejar de mencionar el gran talento que tiene Reimond Manco, al que tuvo de compañero en Juan Aurich y al que disfruta ver en la cancha. Porque de él también se aprende. “Si quiero competir, este se puede amanecer cinco días, y al día siguiente, juega como crack. Pero a mí no me alcanza. Ha sido ejemplo para muchos jóvenes que habrán dicho: “yo quiero jugar como él, pero no ser como él”. A mí me ha ayudado a crecer un montón, incluso cuando lo tenía de compañero”, dice.
A ‘Machito’ Gómez, con el que jugó en Universitario, también también lo destaca. “Me gustaría bajarle 15 años y que juegue acá. Una cosa es mirarlo, y otra, tenerlo como compañero. A veces el talento no basta. A mí me hubiera gustado tener el 50% de Manco y el 50% de 'Machito'... ni Cristiano Ronaldo”, cuenta el 'Cachete'. Y acompaña sus palabras con un gesto de admiración, al mismo tiempo que una de sus hijas le pide atención. La entrevista ya casi terminó.
Ysrael Zuñiga es padre, esposo e hijo. Es entrenador, está cerca de acabar la carrera de Gerencia Deportiva, formó su academia de fútbol para niños hace unos años y seguirá siendo futbolista profesional. ¿Hasta cuándo? Solo él tendrá la respuesta. Por lo pronto, debe exigirse día a día en los trabajos de pretemporada. Como uno más, dejando en segundo plano la edad. Lo espera la siempre difícil Copa Libertadores y el Descentralizado. Para eso hay que prepararse. Para intentar siempre: "Ser competitivos". Lo tiene grabado el 'Cachete'. Y lo repite con mucha convicción.