En Perú son las 7:00 a.m. del domingo, mientras que el reloj en Irán marca las 3:30 p.m. Willyan Mimbela ha perdido la noción del tiempo y no da luz verde para arrancar con la entrevista. “No sabía que era tan temprano allá”, responde luego de la broma que le lanzamos. De hecho, se le escucha feliz. No solo porque la familia llegó a visitarlo al hotel donde concentra, sino también porque su equipo, el Tractor Sazi, es uno de los líderes de la Iran Pro-League.
¿Cómo nace la idea de dejar Moyobamba para ir hasta Irán?
Me llegó una propuesta muy interesante. Ellos se fijaron en mí, porque mi gol fue elegido como el mejor del 2018 [ante Sport Boys].
¿Cómo te va actualmente?
Todo me va bien. Estoy jugando, que es lo importante. Pero en cuanto a la comida, no se parece en nada a la peruana [risas].
¿Y cómo has manejado el tema del idioma?
El capitán del equipo [estuvo en Osasuna], un amigo japonés y brasileño hablan muy bien el español. Entonces, no se me hizo muy difícil interactuar con el equipo.
¿Qué fue lo más raro que ha te ha pasado en esta aventura?
Hace un par de días, me tocó grabar un comercial para el club. Y lo más raro fue que me explicaron cómo hacerlo pero en iraní [risas]. Pasaron 20 minutos y tuvo que llegar un compañero, que habla español, para que me explique todo.
Pero, ¿cómo te comunicas cuándo caminas por las calles?
Aquí la gente habla mucho el inglés. Por eso es más fácil la comunicación. Justo, estoy aprendiendo a dominar este idioma. De hecho, mi esposa es la que más sabe [risas]. Yo no soy de salir mucho.
¿Qué opinan los iraníes de los peruanos?
Me preguntaron por Guerrero, Pizarro, Farfán. Saben que somos muy técnicos y ahora están seguros de que jugamos muy bien.
¿Extrañas mucho Perú?
A mi familia, la comida, etc. Pero estoy cómodo acá. Uno se acostumbra rápido.
Hasta los hinchas de Tractor ya corean tu apellido en el estadio…
Sí, la gente es muy aficionada al fútbol. Son 30 o 40 mil personas que corean tu nombre. Todo eso me emociona, porque significa que estoy haciendo bien las cosas. Cuando camino por las calles, ellos me dicen ‘Maradona’ [risas]. Es muy gracioso. Pero yo lo tomo de la mejor manera.
Esa ‘chapa’, ¿también es una responsabilidad grande?
Claro. Porque, sobre todo, estoy representando a mi país y, si las cosas van bien, puedo abrir puertas para más compatriotas. Muchos pensarán que el fútbol es bajo acá, pero se equivocan. Es intenso, se corre y se presiona mucho.
Teniendo en cuenta que eso les puede restar chances de ser convocados a la Selección Peruana…
En mi caso, es un deseo llegar a la Selección. Hace un par de años se habló de esa posibilidad. Ahora, tal vez soy uno de los peruanos con más continuidad en el extranjero. Entonces, sigo trabajando para mí y para mi familia.