Antes de tomar su vuelo de Cusco a Lima para sumarse a los entrenamientos con Jorge Fossati, muchas cosas pasaron por la cabeza de Luis Ramos. Desde sus días correteando detrás de una pelota en el distrito trujillano de La Esperanza, pasando por su largo recorrido en la Copa Perú hasta debutar profesionalmente con Carlos A. Mannucci en 2019. Era un sueño cumplido, pero estaba incompleto. Desde que perdió a su padre Luis Agapito en 2014, el ‘Tanque’ tenía una motivación extra y una deuda por saldar. “No voy a estar tranquilo hasta cumplirle a mi padre y llegar a la selección, porque es lo que él quería. Nosotros veíamos los partidos juntos y hasta que yo no llegue a la selección, siento que todavía no le he cumplido”, reveló en una entrevista con Fútbol Al Toque en noviembre de 2023. Casi un año después de aquellas palabras, el delantero de 24 años puede mirar al cielo y sentirse satisfecho por el fruto de su esfuerzo: hoy es parte de la Selección Peruana que tanto alentó junto a su papá.
Si bien hoy todos los focos apuntan a Luis Ramos como una alternativa para los partidos contra Uruguay y Brasil, independientemente de si logra o no sumar minutos en las Eliminatorias 2026, hay una historia de superación que viene escribiendo a su ritmo, bregando para hacerse un nombre en el fútbol peruano. Sus primeros pasos los dio en Central Junior y la Academia Sudamericana –actualmente conocida como Huanchaco FC–, pero necesitó salir de su tierra para tener otro roce de competencia, por lo que a los 14 años dejó a su familia para mudarse a Lima y terminar su formación en la Academia Cantolao. Dos años después regresó a Trujillo y encontró en la Copa Perú el escenario ideal para ponerse a prueba así mismo, experimentando la rudeza del fútbol macho al defender los colores de Juventud Unida de La Esperanza, Sporting Tabaco de Santiago de Cao, Andorra El Molino, Ases de Huanchaco y Ciclón Santiaguino.
Todavía no cumplía la mayoría de edad, pero el peso de la vida lo llevó a madurar a un ritmo diferente que al resto de su generación y no tardó en comprender que si quería ser futbolista profesional, tenía que afrontar cualquier torneo con la seriedad debida. Para él no había termino medio ni partido en el que no se esforzara al máximo. Mientras que algunos decidían irse de fiesta y vivir su juventud a su manera, él no. “Desde pequeño en casa me enseñaron que tenía que sacrificar muchas cosas. No me costó, porque ya estaba formado con esa disciplina, esa perseverancia”, relató. Carmen Leiva, su madre, cumplió un rol fundamental en todo este proceso porque tuvo que asumir la ausencia de su esposo con tesón y resiliencia.
A puertas de cumplir 18 años, Ramos fue observado por Juan José Oré en unos partidos de exhibición en Trujillo y le vio condiciones suficientes como para aportar a la Selección Peruana Sub-18. Si bien aquel viaje a la Videna fue breve, hizo que se diera cuenta de todavía tenía un techo por descubrir. “A Luis lo vimos y lo trajimos como a muchos chicos que a veces demoran en despegar, pero tienen talento. Viene haciendo las cosas bien, terminó como goleador de Segunda División, luego demostró en la Liga 1 y gracias a Dios ya tiene su oportunidad en la selección. De ahí dicen que no tenemos ‘9’, ¿ya ven que sí hay?”, le contó ‘JJ’ a Depor.
Luis mantuvo la misma humildad con la que salió de Trujillo a los 14 años y cuando se le presentó la oportunidad de integrarse a Mannucci no la desaprovechó. Quemó sus últimas etapas en la reserva y en mayo de 2019 debutó de la mano de José Soto, en la derrota por 3-2 a menos de Sport Boys. El resultado era lo de menos, pues desde arriba alguien estaba orgulloso de su hijo. “Viejito, vengo a agradecerte por guiarme por el buen camino y formar una gran persona. Vengo a decirte que cumplí el sueño que tanto tú y yo anhelábamos, que llegue a jugar el fútbol profesional. Tú sabes, viejito, que esto no quedará acá y aún tengo para rato, sé que tú seguirás bendiciéndome”, le escribió a su padre tras visitarlo en su lápida.
Con pocas posibilidades de jugar en la Liga 1 después de su debut, Ramos llegó a Deportivo Llacuabamba para afrontar la Liga 2 2021 y en los 20 partidos que disputó marcó ocho goles. En la siguiente temporada recaló en Municipal, pero al nuevamente tener mínimas chances de mostrarse, cerró la segunda parte de 2022 en ‘Llacua’. Bien dicen que la paciencia es una virtud, y precisamente eso es algo que él cultivó desde que tuvo que hacerse grande en la capital para hacerle frente a la ausencia de su padre. Todo eso que le tocó vivir, todas las veces en que sacrificó tardes de ocio para seguir pegándole a la pelota, valió la pena por las alegrías que disfrutó en un 2023 que le marcó para siempre.
Se hizo camino al andar
Si bien la temporada 2023 no empezó como esperaba, pues se vio obligado a dejar Municipal por la difícil situación dirigencial y económica que atravesaba el club, Luis Ramos enrumbó hacia Andahuaylas para sumarse al proyecto deportivo de Los Chankas y seguramente fue una las mejores decisiones de su vida. Los pobladores andahuaylinos, cálidos como solo ellos saben serlo, lo adoptaron como uno de los suyos para que se sintiera como en casa. Él, confirmando que ya había alcanzado la maduración necesaria como para hacerse sentir en el área rival, les retribuyó ese cariño siendo el artillero de la Liga 2 de aquel año y firmando un histórico ascenso a Primera División. Sus 19 goles en 20 partidos hablaron por sí solos, llevándolo a ser galardonado como el mejor jugador de la temporada.
Como no podía ser de otra manera, Luis Agapito estuvo presente en los festejos que inundaron las calles de Andahuaylas. “Este triunfo se lo dedicó a mi viejito que está en el cielo, lamentablemente no puede verme, pero desde donde esté yo sé que está orgulloso de mí”, manifestó minutos después de haber anotado el gol de la victoria en la tanda de penales contra Alianza Universidad, desatando la locura en el Estadio Los Chankas. Más allá de reflejar un evidente choque de emociones, sus ojos llorosos al soltar aquellas palabras tienen un significado que solo él comprende, vinculado a su esfuerzo y dedicación para hacer posible el sueño que empezó a construir desde muy chico con el respaldo de su familia. De doña Carmen desde acá y de don ‘Lucho’ desde la eternidad.
A pesar de que no continuó con los ‘Guerreros’ para este 2024, su salto a Cusco FC no frenó su crecimiento y en lo que va de la presente campaña registra nueve goles en 30 partidos disputados, números que lo colocan como el tercer máximo anotador nacido en nuestro país, solo por detrás de Jean Pierre Archimbaud (9) y Alex Valera (10). Si bien su convocatoria coincidió con la lesión de Gianluca Lapadula, su buen momento no es obra de la causalidad, por lo que su presencia en la Videna no amerita ninguna discusión. Bien reza la canción: caminante no hay camino; se hace camino al andar. Nadie podría cuestionar que él no anduvo lo suficiente como para no merecer todo lo bueno que le está pasando.
“Estamos urgentes de un ‘9’ de esas características. Necesitamos usn jugador de área, que no salga tanto de ahí y que se apoye como él sabe hacerlo. Cae para bien lo de Ramos. Yo creo que puede ingresar (contra Uruguay), pero vayamos con mucha prudencia”, argumentó Juan Carlos Bazalar, extécnico de Luis Ramos en Los Chankas, al referirse a su convocatoria. Con Alex Valera como principal opción para el partido frente a los ‘charrúas’, Jorge Fossati tendrá en sus manos la posibilidad de que pueda debutar oficialmente en la Selección Peruana. El contexto será clave. Eso sí, no es una causalidad que su tierra natal sea La Esperanza. Solo el tiempo dirá si él lo es también para la ‘Blanquirroja’.
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