¿Qué podríamos reprocharle a un jugador tan influyente en el juego de la Selección Peruana como Christian Cueva? Nada, pues. Es de los que más corren, intentan y fallan goles por esa convicción, de cara convertirse en determinantes, en cracks como Paolo Guerrero. Y Christian todavía no lo es y lo sabe. Por eso, constantemente lucha contra sus limitaciones, contra su genio y falla como ayer ante Venezuela a los 90 minutos. Tiene derecho. Punto.
Comencemos a valorar a Cueva en función de lo que representa hoy y no lo juzguemos al nivel de Andrés Mendoza, pero – ojo- tampoco lo endiosemos. Claro, las redes sociales no perdonan, mientras que los críticos de sillón disparan sin piedad, con la ingratitud de siempre. Tampoco lo carguemos de excesiva responsabilidad, porque sus acciones solas no serán las que nos llevarán al ansiado Mundial. Los peruanos tenemos esa pésima costumbre de individualizar: pasó con Claudio Pizarro, Nolberto Solano, solo por citar a los últimos peruanos que triunfaron en el exterior.
Detrás de Christian hay, más bien, perseverancia, entusiasmo, imperfección y orgullo nacional por lo que viene haciendo en un club complejo como Sao Paulo, donde emergen las estrellas. Los halagos que se ganó de la prensa brasileña no son gratis en un mundo donde solo hay espacio para aplausos a Pelé, Ronaldinho, Ronaldo, Neymar.
Hay un Cueva antes y después de la era Ricardo Gareca. Ahora, se preocupa más por su estado físico; inclusive, después de los entrenamientos es de los pocos que se queda a practicar tiros libres, penales, jugaditas. Además, pide constantes consejos a referentes como Rogerio Ceni. Él los escucha, los asimila, los ejecuta, como ante Venezuela: Gareca le hizo entender el jueves que su presencia para el martes ante Uruguay es vital. Por eso, se alejó del juego brusco y de la provocación, a pesar de ir por debajo en el marcador; es decir, de la tarjeta amarilla, que lo hubiera marginado de un duelo trascendente. Ya no es más ese personaje iracundo.
Profundizando en la actuación de Perú ante Venezuela, Cueva influye directamente en el juego y en la prosperidad de Guerrero en el gol. En la medida que ambos se asocien más, llegará ese desequilibrio, que también se busca por los extremos con André Carrillo y Edison Flores. De hecho, me quedo con la intención de jugar con el balón al piso, con la capacidad de reacción del equipo y con el replanteo de Gareca en el segundo tiempo. Nosotros estuvimos más cerca del triunfo al final. ¿Hace cuánto tiempo no terminábamos con esa sensación de visita?
Gracias por tanto y por tan poco, Cueva. El martes tendrás tu revancha. En el fútbol, siempre las hay. Te lo he dicho siempre.
Lluvia se desató en Maturín a pocas horas del Perú vs. Venezuela [VIDEO]
LEE ADEMÁS...