Hay maneras de perder un partido y la que sufrió la Selección Peruana en el Estadio Nacional fue la peor de todas. Y no porque Brasil nos pasó por encima ni por recibir un resultado abultado, sino por la forma en la que se dieron las cosas. La bicolor salió a la cancha decidida a cambiar la historia con los recursos que tenía a su alance e intentando hacer el mejor de sus partidos; pero lo que recibió a cambio fue un golpe certero en el corazón, uno directo al orgullo cuyo dolor todavía se siente en el interior. Fue un 0-1 en contra que nos hundió anímicamente desde el minuto 90, porque hasta antes de ese gol de Marquinhos la posibilidad de sumar ante el ‘Scratch’ era tan grande como la ilusión de lograr la clasificación al próximo Mundial.