No es un partido de Copa América ni un compromiso por las Eliminatorias al Mundial 2026, pero el amistoso contra Nicaragua adquiere una relevancia impensada debido a la triste realidad que atraviesa la selección peruana. La salida de Juan Reynoso como técnico de la bicolor concluyó una etapa sombría que nos dejó en el sótano de la tabla de posiciones de Sudamérica, con apenas dos puntos de 18 posibles y registrando el peor arranque camino a la Copa del Mundo de nuestra historia. Pero la llegada de Jorge Fossati encendió nuevamente la ilusión y renovó la fe por intentar la épica. El ‘Flaco’ necesita convertirse en una especie de mago para hacer lo imposible con la escasez de recursos que tenemos y levantar a un equipo que parece hundido en el fracaso.