En momentos como hoy, por la pandemia del Coronavirus, el fútbol pasa a un segundo plano. Aún así, en diversos momentos, el balompié pasó a ser protagonista en un país. Si hablamos de uno futbolero como el Perú, aún más. Un 22 de marzo de 2013, todos gritamos, y hasta lloramos, juntos un gol de Jefferson Farfán.
La Selección Peruana necesitaba una serie de triunfos para seguir soñando con su clasificación al Mundial de Brasil 2014. Por la undécima fecha de esas Eliminatorias, la bicolor recibía a Chile, en una nueva edición del ‘Clásico del Pacífico’. Para males nuestros, Perú sumaba ocho derrotas seguidas ante los sureños, fulminante racha que contaba desde 2007.
La ‘Roja’ llegaba con nuevo entrenador, un viejo conocido nuestro. Jorge Sampaoli, quien había iniciado su carrera como entrenador en el Juan Aurich peruano once años atrás, se había convertido en un estratega reconocido en Chile. Luego de ganar la Copa Sudamericana con la 'U', caía de maduro que en algún momento sería el conductor del conjunto de la estrella solitaria.
Sergio Markarián también había dirigido en Chile, y con más años de experiencia como entrenador, también conocía bien al fútbol de los sureños. El ‘Mago’ armó su mejor equipo para este importante partido, una derrota era quedar prácticamente sin chances a estas alturas del proceso, tal como sucedió en el camino a Sudáfrica 2010. Por nombres, Perú tenía equipo de mucha experiencia.
Aquella noche en el Estadio Nacional, Markarián decidió que la oncena titular sea con Raúl Fernández en el arco, Jhoel Herrera, Christian Ramos, Alberto Rodríguez y Yoshimar Yotun en la defensa. Carlos Lobatón, Luis Ramírez y Rinaldo Cruzado jugaban en primera línea. Jefferson Farfán, por derecha, y Paolo Hurtado, por izquierda, iban como extremos. El único delantero centro era Claudio Pizarro.
Al frente estaba Chile, con su abrumadora estadística ante Perú y la base que ganó dos ediciones seguidas de Copa América años después. El partido empezó de igual a igual. Perú decidió primero aguantar, y por eso arrancó con el candado Lobatón, Cruzado y Ramírez al medio. La idea era que la ‘Roja’ no tenga tanto el balón, cosa que calzaba perfecto en la idea de Jorge Sampaoli.
Carlos Lobatón había recibido una tarjeta amarilla al 22′ y era un riesgo en esa primera línea. Al medio tiempo fue cambiado por Juan Carlos Mariño, así, Perú se animaba un poco más. La idea era que el ‘Burrito’ conecte con Pizarro arriba y Hurtado junto a Farfán por los lados. Era el segundo cambio, ya que una lesión de Ramos obligó a su salida por Jesús Álvarez en la primera parte.
El marcador seguía sin abrirse. Mariño fue pintado de amarillo por el argentino Diego Abal al 72′. A falta de once minutos, el ‘Mago’ va con todo y saca a Claudio Pizarro por Yordy Reyna. El en ese entonces atacante de Alianza Lima hacía su debut con la Selección Peruana en un partido tan importante y tenso. Era una verdadera prueba de fuego.
Disparos, remates de cabeza, clares chances de gol, salvadas en la línea del arco, buenas atajadas, faltas, pasaba de todo en el partido, menos un gol. A falta de tres minutos, al chileno Junior Fernández se le ocurrió hacer una bicicleta en el medio campo y lo pagó caro.
Yoshimar Yotun aprovecha la fallida maniobra para barrerse y robarle el balón. El lateral izquierdo avanza, dejando atrás a un rival, y le da un pase a Jefferson Farfán al corazón del área. Luchando hombro a hombro con un defensa rival, la ‘Foquita’ remata y Bravo ataja. Otra chance más fallada, el empate seguía y quedaba poco tiempo.
Pero el balón dio un rebote, quedando justo en los pies de Jefferson Farfán. El delantero se dio el lujo de dar una vuelta de 360 grados, con la pelota aún en ese sitio, y mandó un potente remate de zurda. Era gol. Agónico. Le daba el triunfo ante el clásico rival. Cómo no celebrarlo.
El gol no solo fue gritado por los 43 mil espectadores en el Nacional. Todos desde nuestras casas, trabajos, algún restaurante, lo celebramos. El grito unió a todo el país. Se formó un solo sonido con la palabra gol entre varias voces. Fue, sin dudas, el tanto más celebrado en la 'Era Markarián, y quizás unos cuantos años más o menos.
En momentos como los de hoy, debemos unirnos como cuando vemos un partido de fútbol. Respetando las normas y exigiendo que el resto las cumplan. Si lo hacemos en el estadio o viendo un encuentro por televisión, ¿por qué no hacerlo ahora que más lo necesitamos?