Insultos y agresiones en el aeropuerto, tensión en las calles, nuestro Himno Nacional no se escucho en el estadio y una dolorosa goleada en contra por 4-0, que nos dejó sin chances de clasificar al Mundial de Francia, fue todo lo que sufrió la Selección Peruana en su visita a Santiago, el 12 de octubre de 1997. Cuatro años después, el 27 de marzo, Chile debía visitar Lima por Eliminatorias.
Esa noche, habían dos opciones, o ‘darle el vuelto’ a los sureños desde su llegada al Perú, tal como sucedió allá, o hacerlo en la cancha, donde se va quién es mejor. Salvo algunos pocos desadaptados hinchas, que fueron pocos, nuestros futbolistas demostraron que es mejor demostrarlo en un campo de fútbol y ganaron con mucha superioridad por 3-1.
Para varias, la Selección Peruana ya estaba con la soga al cuello en el proceso clasificatorio a la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002. Recién se iba a jugar la undécima fecha, pero una serie de malos resultados obligaron a que Francisco Maturana deje el cargo y Julio César Uribe tome su lugar. Con dos derrotas en igual número de partidos bajo su mando, un triunfo era más que necesario.
Uribe no dudó en llamar a las grandes estrellas del fútbol peruano a inicios de siglo: Claudio Pizarro, goleador del Werder Bremen de Alemania, Nolberto Solano, figura del Newcastle United inglés, Roberto Palacios, embajador de nuestro balompié en el Tecos UAG de México, Juan Jayo, ‘candado’ en el Celta español, Andrés Mendoza, atacante del Brujas de Bélgica, Flavio Maestri, letal en la U de Chile, José del Solar, experimentado volante del Malinas belga, entre otros.
La Selección Peruana estaba en la obligación de ganar, así que Uribe armó un equipo netamente ofensivo. Perú arrancó con Miguel Miranda en el arco, Nolberto Solano, Miguel Rebosio, Juan Pajuelo y Percy Olivares en la defensa, Juan Jayo y José del Solar en primera línea de volante, Darío Muchotrigo y Roberto Palacios en la zona ofensiva y Claudio Pizarro junto a Andrés Mendoza como delanteros.
Este era, quizás, el mejor once de la Selección Peruana que podíamos armar en 2001. Salvo Miranda, el arquero, el resto jugaba en el exterior y la mayoría eran protagonistas en sus equipos. Pero Chile no se quedó atrás, salvo Marcelo Salas, llegó a Lima con la base del Mundial 1998 y los Juegos Olímpicos del 2000. Nelson Tapia, Iván Zamorano y Reinaldo Navia asomaban como sus estrellas más importantes.
Era inevitable que dentro del estadio haya tensión. Varios hinchas seguían recordando - incluso hasta hoy - lo que sucedió en 1997 y no dudaron en insultar o no dejar en paz al plantel chileno. Carteles con el lema ‘el pisco es peruano’ es lo que más se veía. Aun así, felizmente, todo transcurrió en un ambiente manejable y ninguno superó el límite de lo normal.
Perú, con tan solo ocho puntos, y Chile, con diez, salieron al campo en búsqueda de un gol rápido. El resto de selecciones ya se estaban disparando en los primeros lugares, así que el Mundial asiático ya se iba viendo más lejano de lo que geográficamente estaba. Ninguna pudo lograr su cometido y el primer tiempo acabó igualado a cero.
A inicios del segundo tiempo, Uribe decidió la salida de ‘Chemo’ del Solar por Flavio Maestri. Con tres delanteros más dos volantes ofensivos, la intención de Perú quedaba clara. Al 53′, el mismo Maestri, quien jugaba en el fútbol chileno, adelantó la cuenta con un remate de cabeza. En su salto le ganó a dos rivales, Vargas y Ramírez, y celebró mostrando el '9′ en la espalda de su camiseta.
Ocho minutos más tarde, Reinaldo Navia se quedó solo tras una buena pared e igualó las cosas. El medio volvía a apoderarse en las tribunas del Nacional de Lima. Cuando ya las quejas bajaban de las tribunas, el ‘Chorri’ cobró un tiro de esquina, Andrés Mendoza cabecea, el balón iba al arco, pero el sureño Ponce aceleró su ingreso al desviarlo. A falta de 18 minutos, Perú iba ganando el partido.
Al 81′, Martín Hidalgo lanzó un centro por abajo desde la banda izquierda y Claudio Pizarro marcó el tercero luego de un sutil toque con la derecha. El ‘Bombardero’ celebró llevándose las manos a las orejas. Ya en esa época habían quejas de su baja producción goleadora. Es más, este fue su primer gol por Eliminatorias. A mitad de temporada fue transferido al poderoso FC Bayern de Múnich.
Pitazo final. Perú ganaba 3-1 y se daba un respiro en lo que fue otra fallida clasificatoria. Pero lo más importante fue que la Selección Peruana se cobró revancha de lo sucedido en la capital chilena en 1997 en una cancha de fútbol. No hubo excesos fuera, más allá de algún desadaptado, y demostramos que también sabemos cobrar el vuelto en un partido. Lamentablemente, ese fue nuestro último triunfo de local en ese proceso.
Un total de 38 mil 901 espectadores asistieron al Estadio Nacional de Lima para esta nueva edición del ‘Clásico del Pacífico’. La recaudación de este partido fue de un millón 32 mil 565 nuevos soles. Los precios de las entradas fueron de S/.10 las ‘populares’, S/.50, 60 y 75 en oriente baja, alta e intermedia, respectivamente, y S/.100, 120 y 150 las de occidente baja, alta e intermedia, respectivamente.
Al final de esa Eliminatorias, peruanos y chilenos fallaron en su intento de clasificar a la Copa del Mundo, quedando muy lejos de los primeros lugares.
La primera vez que ambos conjuntos se vieron las caras fue en la Copa América extraordinaria por el 400 aniversario de Lima, en 1935. En esa épocas, estas dos selecciones vestían camiseta blanca y no existió problema para que se presenten así a la cancha. Es más, previo al partido los 22 futbolistas posaron juntos, en una muestra de hermandad ya que aún habían rezagos de la Guerra del Pacífico.