Lolo Fernández: el “Cañonero” que rompía redes, cautivaba con su personalidad y protagonizó un milagro

Un tipo de buena pegada

De Lolo Fernández se han dicho muchas cosas. Por ejemplo, cuentan que en la hacienda de Hualcará en la que nació de pequeño rompió las paredes de una iglesia. También dicen que en un partido en Huacho rompió un arco de madera.

Incluso hay versiones periodísticas que hablan de una gran tarde del “Cañonero” en un partido amistoso que jugó un 16 de febrero de 1936 ante Vélez Sarsfield, cuadro que se encontraba de gira por Lima. Sobre los 75′ su potente disparo desmayó al arquero argentino Rotman.

“Lolo burla a Cosso, casi en mitad de cancha. Avanza un corto trecho para disparar un cañonazo estupendo, con una trayectoria como de 40 metros. La pelota venció las manos del arquero y lo volteó dentro de su valla. Mientras el público aplaude a Lolo, a quien abrazan y besan sus compañeros de equipo, Rotman sigue tirado en el grass. Primero llora. Después sufre un síncope. Tiene Aranda que sustituirlo”, contó el diario “La Crónica”.

Un tanto que también generó muchas alabanzas fue el que le hizo a Independiente de Avellaneda en un partido amistoso que se jugó en Lima en 1941 y que acabó igualado 2-2. Lolo Fernández marcó ambos tantos cremas, pero el segundo se robó todas las miradas. De hecho el reconocido periodista “Pocho” Rospigliosi” lo recordó en 1972, unos días antes de la primera final de la Copa Libertadores entre cremas y argentinos. El texto fue publicado en “La Nueva Crónica”.

“Estaba Fernando Bello en la portería de Independiente, un equipo de leyenda en el fútbol argentino y que contaba con una delantera de kilates o sea la que formaban Maril, De la Matta, Erico, Sastre y Zorilla, aunque en esa ofensiva había jugado antes un notable valor del fútbol uruguayo cual era Porta”, comenzó contando Rospigliosi.

A Lolo Fernández le hicieron una falta de unos quince o veinte metros. El árbitro del partido cobró tiro libre y el “Cañonero” se paró desde unos 35 metros para ejecutar su disparo.

“Sabino Coletta, un zaguero que se caracterizaba por jugar con vincha y que era capitán de Independiente, pidió que se hiciera barrera. Ya tenía antecedente de lo fuerte que pateaba Lolo. Y de pronto, el golero Fernando Bello que no quiere que se haga barrera; prefirió que le dejaran libre la vista para ver al tipo que disparaba”, agregó Rospigliosi en su columna.

Lolo Fernández colocó el balón, corrió unos metros, el remate fue en diagonal, el arquero no tuvo reacción, quedó hipnotizado y vio como el balón entró en su arco. Sus compañeros le recriminaron y Bello quedó parado y con las manos en la cintura. No pudo hacer nada para evitar el tanto.

Bello, a quien Rospigliosi pudo conocer en un viaje a Argentina también dio su versión de los hechos. “Creyó que la pelota iba a salir fuera del campo. Pero de pronto-el mismo Bello lo contaba-el balón hizo un bajón terrible, dada la potencia que llevaba y se incrustó en la portería”, añadió el periodista en la columna.

Lo más increíble es que el arquero argentino confesó su admiración por el “Cañonero”. “Y en su casa tiene una foto-aunque un poco chica-donde está Lolo Fernández cargándolo en aquel inolvidable partido”, agregó.

Alberto Ranilla, quien cuida por más de 45 años el viejo estadio ubicado en Breña que lleva el nombre de Lolo Fernández, también recuerda una de las anécdotas que le contó el ídolo crema cuando paseaba por la cancha, enseñaba a los más chicos y mostraba su humildad.

“Él contaba sus anécdotas cuando jugaba, cuando viajo a Huaral las tribunas no tenían mucho espacio y la gente que no quería pagar se trepaban a los arboles, lanza un tiro y la gente comienza a caer como peras y manzanas”, comentó.

Humilde, bonachón y hasta divertido

La imagen de Lolo Fernández fuera de las canchas era totalmente distinta. Teodoro era una persona sencilla, un tipo bonachón, amable, que siempre contaba sus anécdotas, un hombre divertido.

“Hablábamos de muchas cosas. Era muy divertido Lolo. Era de contar chistes, de hacer bromas. Para nosotros era uno más, porque estaba siempre, charlábamos a veces con él, en aquella época vivíamos más en el Lolo que en nuestras casas”, recuerda Rubén Techera, uno de los protagonistas del subcampeonato de Universitario de Deportes en la Copa Libertadores de 1972.

La versión dada por el exvolante uruguaya coincide con la que nos entregó Jorge Alva hace un par de años en una entrevista que salió publicada en el diario Correo.

“A Lolo lo conocí cuando yo ya era médico de la “U”. Él iba los sábados y enseñaba a patear los tiros libres, era de contar sus anécdotas, chistes, una persona muy agradable. Cuando se enfermó y estaba en la clínica Maison de Santé el presidente me encargaba ir a visitarlo”, comentó.

Lo de bonachón era algo que le salía por naturaleza. “Lolo era una persona muy cariñosa, se podía entablar una conversación con él, siempre con mucha chispa, era como ese abuelo que le hablaba con cariño al nieto”, agregó el doctor Alva.

Un tipo milagroso

Lo más increíble es que a Lolo Fernández le atribuyen algunos milagros. En la edición de “El Bocón” del 19 de diciembre de 1996, dos días después de su muerte cuenta uno de ellos.

“Lolo hizo un milagro en vida. Fue en 1947. Un niño había perdido el habla en un accidente de tránsito. Su familia hizo todo lo posible para curarlo y hasta lo llevaron a Uruguay, pero nada. Un día el niño y sus padres escuchaban en Montevideo un partido entre la “U” y Municipal. Cuando faltaban pocos minutos para terminar el partido, hay tiro libre para los cremas y Lolo se dispone a patear. “Gooool”, grita el narrador. El niño gritó “Lolo” y recuperó el habla”, dice la nota en un recuadro.

Miguel Villegas, autor del libro “Padre Nuestro”, uno de los que se ha escrito sobre Lolo Fernández, ve en el “Cañonero” a un hombre al que los hinchas cremas le tienen mucha fe.

“Dentro de mi radar cercano, nadie me ha confirmado que ‘Lolo’ cumplió un milagro. Sin embargo, lo que sí creo es que todo esto depende de cuanta fe le tengas. Y sí, conozco muchas personas que tienen mucha fe en ‘Lolo’. No es gratuito, claro está, ya que todas estas personan ven en él un ejemplo dentro y fuera de las canchas porque en verdad lo es”, comentó en una nota publicada en El Comercio hace casi tres años.

Grandes muestras de cariño

Lolo Fernández es casi un santo para los hinchas de Universitario de Deportes, es la máxima figura del club y al que los fanáticos le piden cuando las cosas van mal. Por eso, innumerables han sido las muestras de cariño. La más grande de ellas se mostró en estadio Monumental. Un telón hecho por la “Asociación Hinchada Crema” con su imagen y la frase “El más grande”, descolgó en la tribuna norte. El cuadro crema ganó 2-0 a San Martín con tantos de Raúl Ruidíaz y Diego Guastavino.

Hoy cientos de hinchas cremas llegarán al cementerio “Parque del Recuerdo” para dejarle flores, cantarle y acompañarlo por algunos minutos. En la noche desde las 7:30 pm se llevará a cabo una misa en la Catedral de Lima que es organizada por la “Asociación Hinchada Crema” desde 2014. Y así diversas agrupaciones hacen diversas muestras de aprecio más.

Lolo Fernández no está muerto. Hoy en su natalicio número 109 su gente lo recuerda, todos los domingos que juega Universitario su nombre está presente. Él tipo que rompía redes, contaba chistes y hacia milagros es inmortal.

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