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El anuncio del presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Fernando Costa, el lunes 15 de abril, marca un cambio importante en las sedes de los partidos de la Selección de Bolivia en las Eliminatorias 2026. Costa reveló que La Paz, hogar del Estadio Hernando Siles ubicado a 3.581 metros sobre el nivel del mar, ya no será la única sede para los encuentros de local de la ‘Verde’. Esta decisión se basará en la estrategia planificada por el cuerpo técnico y en el contexto específico de cada partido. Es esencial resaltar que jugar en esta ciudad representa un desafío considerable para la mayoría de las selecciones, con la excepción de Ecuador y Colombia, que están más acostumbrados a la altitud. Equipos como Brasil, Argentina, Uruguay, entre otros, enfrentaron dificultades respiratorias y sufrieron derrotas en este entorno, lo que subraya la importancia de los bolivianos en considerar cuidadosamente las condiciones del terreno de juego para garantizar un ‘ventaja’ a su favor.
Cuando se menciona La Paz, lo primero que se destaca es su desafiante altitud, ya que esta ciudad se encuentra a casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, lo cual la convierte en un lugar que genera temor en muchos equipos y selecciones que deben jugar allí. Sin embargo, los bolivianos que están adaptados a este tipo de clima han aprendido a aprovechar esta ventaja frente a sus rivales.
Es importante destacar que, si bien la altitud siempre es considerada como un factor que beneficia a Bolivia, no es el único aspecto relevante. Fernando Costa comunicó que Bolivia cuenta con otras áreas de gran altitud, lo que amplía el espectro de consideraciones. Además, se está evaluando la posibilidad de que la selección juegue en otros estadios, pero esto será aprobado mediante una estrategia que será planteada por Antônio Carlos Zago y su comando técnico.
El estadio Hernando Siles, situado en La Paz, es reconocido como la ‘casa’ de la Selección de Bolivia para sus partidos de fútbol. Aquí es donde el equipo boliviano disputó la mayoría de sus encuentros como local, aprovechando los 3,581 metros de altitud sobre el nivel del mar que suelen causar un impacto significativo en la mayoría de sus adversarios. Aunque es importante destacar que, a pesar de esta ventaja histórica, los resultados más recientes revelaron un declive en el desempeño del equipo boliviano en este estadio.
Durante las Eliminatorias 2026, la ‘Verde’ en el 2023, recibió a equipos como Argentina (donde perdió 0-3), Ecuador (perdió 1-2) y Perú (ganó 2-0) en este recinto, los resultados no fueron los esperados, perdiendo puntos claves como local. Además, en la Primera División del fútbol boliviano, los equipos locales en el Hernando Siles son Bolívar y The Strongest, quienes también disputan sus partidos de la Copa Libertadores y la Sudamericana en esta sede.
El plan B de Bolivia: es un estadio sin altura
La Federación Boliviana de Fútbol está en proceso de análisis para potencialmente designar a la ciudad de Santa Cruz como la nueva sede de los encuentros de la selección nacional de fútbol. Dentro de este terreno, se están evaluando cuatro estadios como posibles opciones: el Estadio Integración Bolivia, el Estadio Municipal de San Julián, el Estadio Gilberto Parada y el Estadio Tahuichi Ramón Aguilera Costas. Este último parece ser el principal candidato para ser seleccionado como el lugar donde Bolivia jugará sus partidos como local.
En contraste con La Paz, donde la altitud es considerable, en Santa Cruz los partidos se disputan en terrenos más bajos, aproximadamente a 400 metros sobre el nivel del mar. Esta diferencia de altitud contribuye a que las temperaturas en Santa Cruz sean más altas durante la mayor parte del año. El Estadio Tahuichi Ramón Aguilera Costas, con una capacidad para más de 38,000 espectadores, se destaca como el segundo estadio con mayor capacidad en Bolivia.
Este estadio fue testigo de numerosos eventos deportivos de alto nivel, que incluyen partidos de fútbol de competición, así como conciertos y otros eventos masivos. Es reconocido por su atmósfera vibrante y apasionada durante los eventos deportivos, así como por su arquitectura distintiva. Además, en el ámbito local, sirve como hogar para los equipos Oriente Petrolero, Blooming y Royal Pari, consolidando su importancia como un epicentro en el fútbol boliviano.
El Real Tomayapo de Tarija tomó la decisión de cambiar su sede para el próximo partido internacional como parte de un proceso de prueba. En esta ocasión, probarán el estadio ubicado a 429 metros sobre el nivel del mar. En este recinto, actuarán como locales en el encuentro de la Copa Sudamericana contra Belgrano de Córdoba programado para el miércoles 24 de abril. Además, es relevante mencionar que la Conmebol anunció recientemente que Santa Cruz será la sede de la final de la Copa Sudamericana 2025.
La altura no es lo único complicado de jugar en Bolivia
Jugar en la altitud de Bolivia, especialmente en ciudades como La Paz y El Alto, presenta desafíos únicos debido a la extrema elevación de estas zonas. La Paz, situada a aproximadamente 3.600 metros sobre el nivel del mar, y El Alto, que supera los 4.000 metros, se encuentran entre las localidades más altas del mundo. La disminución de la presión atmosférica a estas altitudes resulta en niveles más bajos de oxígeno en el aire, lo que puede afectar significativamente el rendimiento físico de los jugadores durante los partidos de fútbol.
La altitud extrema afecta el rendimiento físico de los jugadores de varias maneras. La menor presión atmosférica a altitudes elevadas resulta en una reducción en la densidad del aire, lo que significa que hay menos oxígeno disponible para que los jugadores respiren. Esto puede ocasionar dificultades respiratorias y limitar la capacidad de los jugadores para realizar esfuerzos físicos intensos durante el partido. Entre los efectos más comunes se incluyen la fatiga más rápida, un aumento en la frecuencia cardíaca y respiratoria, y una disminución en la capacidad de recuperación entre esfuerzos.
Los equipos que no tienen experiencia en estas condiciones pueden enfrentar un impacto aún más notable. Sus jugadores podrían no estar suficientemente preparados para adaptarse rápidamente a la altitud, lo que podría resultar en un rendimiento inferior al esperado y dificultar la ejecución de estrategias de juego efectivas. Hubo ocasiones, que muchos de ellos necesitaron de un balón de oxigeno, antes, durante y después de cada enfrentamiento.
Además, la menor densidad del aire en la altitud puede afectar la trayectoria y la velocidad de la pelota. Esto puede influir en el estilo de juego y la táctica empleada por los equipos, ya que los jugadores deben ajustar su enfoque y técnica para adaptarse a las condiciones atmosféricas cambiantes. En resumen, jugar en la altura de Bolivia presenta desafíos físicos y técnicos únicos que requieren una preparación especial por parte de los equipos visitantes.
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