La verdad no tiene precio... salvo si te metes con Google. El estadounidense Jeffrey Ervine gastó 100 mil dólares en procesos legales para eliminar una mentira que fue indexada en el popular motor de búsqueda.
Para entender esta situación, hay que tomar en cuenta que en Estados Unidos no existe el derecho al olvido; es decir, la facilidad de solicitar a Google la eliminación de enlaces a datos personales -incluso si la información es verdadera- según determinadas circunstancias. Esto hizo que el caso de Ervine atraviese el pantanoso terreno de la burocracia internacional.
Sucede que Ervine trabajó un tiempo como director de operaciones de un fondo de cobertura que administró más de mil millones de dólares. En 2010 se enteró por contactos fuera de Estados Unidos que Google enlazaba el nombre de "Jeffrey Ervine" con una web en la que aparecía su foto personal con un texto que lo señalaba como estafador.
Quien estaba detrás de la web era un joven que se había hecho pasar por millonario, y fue Ervine quien lo denunció con las autoridades. El sujeto fue sentenciado a 42 meses de prisión y luego deportado a Turquía. Esta difícil situación lo motivó a crear la web para difamar a Ervine.
La aventura legal de Ervine empezó tras recibir la negativa de Google a eliminar el contenido difamatorio, debido a que la legislación estadounidense no los obliga a hacerlo en los resultados de búsqueda. Su opción era entonces acudir con un fallo judicial.
Ervine tuvo que demandar al creador de la página web. Esto demoró un año entre los trámites de documentación en el extranjero y el proceso en sí. La justicia finalmente le dio la razón a Ervine, y con fallo en mano volvió a Google para eliminar de una vez la dichosa web.
Como si la espera no hubiese sido suficiente, Google tardó algunos meses más en contestar afirmativamente a la petición de Ervine. Finalmente la web fue eliminada, pero tras un papeleo judicial casi interminable que demandó el gasto de 100 mil dólares. Todo sea en nombre de la verdad.
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